En general, fantasear con el ojo por ojo –vengarnos de alguien que nos ha hecho algo malo– es propio de la naturaleza humana. Pero, a menudo, actuar de forma vengativa es solo eso, un escenario en nuestra mente. Nuestra brújula moral, combinada con el miedo de que escale en algo peor, es lo que nos mantiene bajo control. Esto le pasa a la mayoría, pero no a todos.
La venganza es un poderoso detonador emocional que puede llevar a algunas personas directamente a la acción. Por eso, en Bored Panda decidimos ver las formas en la que la venganza se manifiesta en nuestra vida cotidiana. Indagando por internet, encontramos muchos actos a los que la gente recurre en un intento de restablecer la justicia, como derramar agua delante del lavavajillas para que su marido trate de arreglarlo, aunque el aparato esté en perfecto estado. Continúen deslizando para ver lo que hemos reunido y échenles un vistazo a nuestros artículos anteriores sobre el mismo tema aquí y aquí. ¡Que lo disfruten!
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Yo hubiera hecho lo mismo
Para los que aún no están familiarizados con el término, el diccionario Oxford define la mezquindad como “preocupación indebida por asuntos insignificantes, especialmente de naturaleza mezquina o rencorosa”.
Además, la mezquindad puede ser más sutil que la clásica venganza. Un experimento social de 2009 realizado en Harvard y la Universidad de Virginia reunió a grupos de personas para jugar a un juego financiero.
En cada grupo, se colocó a un experimentador específicamente para que hiciera trampa, de modo que los demás jugadores se dieran cuenta. Los científicos descubrieron que, cuando se les daba la oportunidad de vengarse sin culpa, todos los que jugaban y habían sido víctimas la aprovechaban.
Es decir, estaban enfadados por lo que les había pasado, y los que tenían la oportunidad de vengarse la aprovechaban.