Cuando la vida nos da limones… no haremos limonada ni ralladura de limón. Lo que haremos es un litro de limoncello, ya que hay que sacar lo mejor de cualquier situación. Afortunadamente, existen trucos simples para cualquier problema de la vida cotidiana con el que nos encontremos.
Puede que sean escépticos con respecto a ellos, dado que el término “trucos para la vida” se ha convertido en una especie de broma. Todos sabemos lo inútiles e ilógicos que son algunos de los trucos que se comparten en línea y cómo consiguen visitas descaradamente al pretender ser novedosos. Pero no todos los llamados trucos para la vida son inservibles, y algunos realmente pueden hacer que nuestras vidas sean más eficientes y menos miserables.
Existen muchas formas de mejorar nuestro día a día, desde aprender a guardar calcetines hasta a cómo reutilizar cebollas verdes. “¿Cuál es tu MEJOR truco para la vida?”, tuiteó la escritora Amanda Deibert, y el hilo se volvió algo de lo que vale la pena tomar nota. A continuación, ¡encontrarán los mejores y más interesantes trucos que la gente compartió allí!
Image credits: amandadeibert
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La obsesión con respecto a ser más felices, saludables, exitosos y mejores jamás ha sido tan fuerte. Quizás se pregunten por qué no aceptamos nuestra naturaleza humana defectuosa y nos permitimos vivir (¡algunas personas sí hacen eso!), pero, al parecer, tenemos la poderosa necesidad de alcanzar la perfección.
Al mismo tiempo, una tendencia no tan nueva ha surgido en las redes sociales durante los últimos años: los trucos para la vida. Al presentar trucos desde increíblemente absurdos hasta genuinamente ingeniosos y útiles, las cuentas de trucos para la vida han crecido en las redes sociales, en donde nos prometen formas sospechosamente sencillas y efectivas para solucionar los problemas cotidianos. De hecho, muchas de ellas requieren poco o nada de esfuerzo, y se preguntarán si en ello se encuentra parte de su atractivo.
Así que, para saber más sobre la obsesión de nuestra sociedad con el bienestar, Bored Panda habló con Helen Marlo, una psicóloga clínica junguiana licenciada, que ofrece terapia, psicoanálisis y consultas. Helen también es profesora de Psicología clínica en el Departamento de la Universidad de Notre Dame de Namur y, afortunadamente para nosotros, le apasiona este tema tanto como a nosotros.
Marlo argumenta que un mayor foco en el bienestar, además del atractivo de los trucos para la vida, puede decirnos mucho sobre cómo nos sentimos en la actualidad. “Parcialmente, [esto] me dice cuánto estrés y dolor está experimentando la gente y cuán desamparada se siente, especialmente ahora, quizás debido al profundo malestar cultural, a los traumas colectivos (incluida la pandemia), a las opiniones polarizadas y a los conflictos divisivos”.
Además: “Estos trucos para la vida y prácticas para el bienestar, a veces, pueden ayudarnos a que nos sintamos mejor y permitirnos lidiar con lo que nos estresa en la vida, mientras nos brindan un respiro de los problemas difíciles y del dolor, que no parecen tener una solución sencilla”, explicó Marlo.
“Sin embargo, cuando el bienestar y los trucos para la vida se vuelven una obsesión, creo que esto revela un costado más oscuro: la comprensible fantasía que tienen las personas de que el conflicto y el sufrimiento humano puede evitarse, eliminarse o superarse por medio de estas prácticas”, dijo la psicoanalista junguiana. Curiosamente, los trucos para la vida y las prácticas para el bienestar pueden llegar a tener casi una cualidad mágica, dijo Marlo. “Si hago esta práctica, entonces, de alguna manera, lidiaré con problemas, traumas o causas de sufrimiento más complejas”.
Asimismo: “La obsesión con el bienestar puede revelar una intolerancia o una negación al conflicto inherente, a la complejidad y al sufrimiento que forma parte de la vida humana”, explicó Marlo, y añadió que: “Los trucos para la vida y las prácticas para el bienestar pueden pasar por alto el poder curativo de volverse más consciente, lo que incluye tener conversaciones difíciles al relacionarnos con los demás”.
En un nivel más básico, la obsesión con el bienestar también puede ser reflejo de un conflicto que tenemos en nuestra sociedad. Marlo argumenta que se trata de respetar las interdependencias y promover las relaciones mutuas. “Una búsqueda obsesiva del bienestar propio puede reforzar una actitud egocéntrica, solipsista o narcisista frente a la vida. Es decir, lo que promueve el bienestar de uno puede darse a expensas del bienestar de otro o de toda la comunidad”.
“Las prácticas para el bienestar y los trucos para la vida también pueden reflejar la muy humana fantasía de los atajos. Esto es la idea de que podemos alcanzar algo grande sin poner tiempo y esfuerzo. Como cultura y como especie, durante mucho tiempo nos ha encantado la promesa de soluciones rápidas y sencillas”, explicó Marlo.
En ese sentido: “Promover el bienestar como una respuesta para tener una vida plena puede jugar con las vulnerabilidades humanas, dado que ¡el bienestar puede ser gratificante al instante!”. Marlo agregó que: “Se siente bien, es positivo, se enfoca en uno mismo y no tiene límites. Siempre podemos contar con más bienestar, y ¡nuestras mentes pueden hacernos creer que más es mejor!”.
Cuando le preguntamos si existe un punto en el que la obsesión con mejorar y con nuestro bienestar puede volverse poco saludable, Marlo dijo que, en general, cualquier cosa que se vuelve una obsesión no es saludable, incluso si se trata del bienestar. “La búsqueda por el bienestar, por una mejora y por un crecimiento puede ser erróneamente considerada saludable porque es alabada, porque se vincula con el éxito, el valor y el estatus alto, y porque es socialmente aceptable. La falta de bienestar suele asociarse con una falla o una debilidad personal o moral, que podría corregirse o no”.
Según la psicóloga junguiana: “La búsqueda obsesiva del bienestar y de mejorar puede oscurecer los verdaderos desafíos psicológicos relacionados con conocer y aceptar nuestros límites y los límites de los demás como humanos, además de aceptar las limitaciones inevitables y el sufrimiento de la vida que tenemos que vivir”.
“En la práctica, usualmente me encuentro con individuos que se obsesionan con cosas sobre las que, en realidad, ¡no han pensado lo suficiente!”, dijo Marlo. Continuó explicando que: “Es decir, se enfocan en la parte que es fácil para ellos y no consiguen mirar la situación en general, en especial cuando les resulta difícil, lo que incluye cualquier cosa que se relacione con la obsesión y que, quizás, no desean conocer”.
Marlo también dijo que perderse en las obsesiones sobre el bienestar y la superación personal puede impedir otros tipos de conocimientos. “La búsqueda obsesiva de superación y bienestar suele limitarnos a la hora de darnos cuenta del valor de las cosas rotas e imperfectas. Con frecuencia, no afirma ni nos deja espacio a ser receptivos, pacientes, tolerantes y abiertos a comprender que el crecimiento genuino suele ser un proceso que se da con el tiempo”, concluyó.