Casi un tercio de los alimentos que se producen para el consumo humano cada año, lo cual equivale aproximadamente a 1.300 millones de toneladas, se pierde o se desperdicia. Según los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, cada año los consumidores de los países ricos desperdician casi tanta comida (222 millones de toneladas) como la cantidad neta que llega a producir la región del África subsahariana (230 millones de toneladas).
Sabemos que son números que cuesta imaginarse, pero piensen en la última vez que tiraron ese aguacate que se pasó una eternidad sobre la encimera de la cocina desesperado por convertirse en un increíble guacamole para finalmente acabar en la basura. Así pueden pensar en todos aquellos productos que terminaron desechando porque simplemente se olvidaron de su existencia. Sin embargo, a veces compramos comida en cantidades que ni siquiera llegamos a consumir y esa es otra razón por la cual contribuimos al desperdicio de alimentos en todo el mundo. La verdad es que si lo pensamos, resulta bastante vergonzoso.
Una de las formas de lidiar con este problema (¡y también de ahorrar dinero!) es ser cuidadosos al momento de realizar las compras y pensar en cuánta comida será suficiente para cubrir tus necesidades. Otra, es utilizar tu ingenio para sacarle el mayor provecho a todo lo que sobra o queda olvidado en la nevera.
Así que cuando alguien publicó: “Todos sabemos que se puede utilizar el pan duro para hacer tostadas francesas o que podemos freír el arroz cocido sobrante, ¿pero qué otras recetas saben para evitar tirar las sobras a la basura?”, en el subreddit de Cocina, todos comenzaron a compartir increíbles trucos para poder darles un buen uso a las sobras ¡y aquí hemos recopilado las recetas más útiles y deliciosas para que ustedes puedan intentar realizarlas!
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Puedes preparar focaccia con la masa de pizza fermentada en exceso. Cuando la focaccia esté dura, puedes hacer picatostes con ella y, a su vez, con los picatostes puedes hacer pan rallado y con este, puedes preparar albóndigas.
Puedes sumergir verduras viejas en agua con hielo para que vuelvan a estar crujientes. Esto puede hacerse con vegetales como el apio, verduras de hoja o pimientos que si bien no se han puesto malos, han perdido parte de esa textura crujiente que suelen tener. Solo tienes que sumergirlos dos o tres minutos en agua helada y estarán como nuevos. ¡Es increíble!
Sopa. Sopa. Sopa. No soy historiadora pero, como la principal cocinera de esta casa, estoy segura de que la sopa se inventó para no desperdiciar calorías valiosas.
Para saber cuáles son los peligros de desperdiciar tanta comida y de qué maneras podemos darles “otra vida” a nuestros alimentos, Bored Panda se contactó con Fiona Hollis, directora de comunicaciones del City Harvest. City Harvest es una organización benéfica que se dedica a la redistribución de alimentos de Acton y entrega comida por el valor de £6,000 mensuales de forma gratuita a más de 350 organizaciones benéficas del Gran Londres.
No sé si esto será una revelación para alguien, ¡pero se pueden comer tanto las hojas de la remolacha como las de los rábanos! Son deliciosas. A mí, personalmente, me encantan las hojas de remolacha, creo que son similares y hasta mucho más ricas que la acelga. Cada vez que compro remolachas, siento que estoy llevándome un vegetal 2x1.
Me gusta cortar las bananas que ya están demasiado maduras en rodajas y caramelizarlas con mantequilla. Cuando están listas, las espolvoreo con azúcar moreno y un poquito de sal. Dios mío, quedan increíbles ya sea para comerlas solas o ponerlas sobre una bola de helado.
Cuando se le preguntó sobre los peligros del desperdicio de alimentos, Hollis explicó que los residuos de alimentos que se depositan en vertederos (ya sea comerciales o domésticos) provocan emisiones muy dañinas de gases de efecto invernadero como, por ejemplo, el metano que contribuyen en gran medida al cambio climático. “No son solo los desperdicios que se generan en la cadena alimenticia del Reino Unido los que provocan el calentamiento global con las emisiones de metano sino también la gran cantidad de energía utilizada en la agricultura, las fábricas y los transportes de mercancía, así como también las grandes cantidades de agua que se requieren para los alimentos que llegan a nuestras mesas”, dijo y agregó que los alimentos que consumimos requieren de una gran cantidad de recursos, energía y mano de obra.
Yo me traigo a casa las patatas fritas que me sobran cuando voy a comer a un restaurante y las utilizo para hacer tortitas de patata. Corto las patatas en cubos, añado un poco de cebolla picada y luego frío todo con grasa de tocino.
Las patatas fritas no me parecen tan ricas cuando sobran y creo que si no las utilizara luego de esta forma, no me molestaría en traerlas de los restaurantes.
Este truco es increíble… ¿Te quedó algo de pan duro? Pasalo brevemente por agua (solo si está mayormente cubierto por corteza) y ponlo en el horno a 200 grados durante siete minutos o hasta que el agua se evapore. Funciona de maravilla. Creo que también puede hacerse con el pan en rebanadas, pero quizás es mejor rociarle agua en su lugar.
Puedes guardarte las bananas que ya están demasiado maduras para preparar pan de banana.
O congelarlas durante seis meses para luego tirarlas, tú decides.
Hace poco, me había sobrado un poco de pan de olivas que ya estaba duro y me puse triste porque no podía hacerme tostadas francesas con ese mismo pan.
La solución: ¡Tostadas francesas saladas! ¡Estaban increíbles! La salsa de huevos tenía hierbas y un poco de sal, y le agregué un poco de balsámico de higo y aceite de oliva. Me encantó el resultado y planeo volver a hacerlas.
Hollis compartió algunos trucos para poder darle “otra vida” a nuestra comida. El primer método es el encurtido. “Es muy sencillo encurtir verduras frescas que pueden estar a punto de echarse a perder utilizando productos que cualquiera puede encontrar en su despensa: vinagre, semillas y especias. Algunas de las mejores verduras para hacer encurtidos son el rábano, el pepino, el calabacín, la cebolla o la coliflor”, mencionó.
Otra gran forma de cocinar a partir de las sobras es preparar conservas. “La mermelada es una gran solución para utilizar las frutas que están por echarse a perder. Ni siquiera necesitas comprar azúcar especial para mermelada, solo tienes que poner un poco de azúcar glas y un gran chorro de limón; este último añade pectina, la cual es muy importante para que la mermelada espese”. También hay otra técnica que puede que muchos realicen a menudo: ¡Congelar!. Hollis sugirió congelar restos de fruta y vegetales para preparar batidos y sopas. Esto es muy útil para resolver la comida del desayuno, el almuerzo o la cena de forma rápida y sencilla.
Puedes usar manzanas magulladas para hacer compota de manzana. Personalmente, suelo ponerle compota de manzana a las gachas para el desayuno.
Si les quedó algo de pan duro, aquí tienen algunas formas para poder reutilizarlo: “El pan rallado es excelente para hacer albóndigas, espolvorear sobre la pasta, freír o preparar gazpacho, ¡y hasta se puede utilizar para cocinar postres como la tarta de melaza!”. Otra gran receta en la que puedes utilizar pan duro es la ensalada panzanella, la cual lleva tomates, verduras, queso mozzarella y un aderezo para humedecer los picatostes hechos con pan duro. Los picatostes también van muy bien con sopas y ensaladas.
Yo utilizo el puré de patatas sobrante para hacer ñoquis. Solo tienes que añadirle huevo, harina y sal para obtener unos deliciosos ñoquis listos para hervir y servir con tu salsa favorita.
Es más: “Los vegetales sobrantes, incluso la piel de la cebolla y el ajo, pueden hervirse con un poco de sal y otros restos de verduras para hacer un delicioso caldo. El caldo vegetal es tan versátil que puede utilizarse para cocinar sopas, guisos, risottos y tartas muy sabrosos”, sugirió Hollis.
Puedes utilizar las sobras de vegetales cocidos para hacer frittata o tortitas de vegetales.
Si te ha sobrado arroz cocido, puedes preparar arroz con leche. Solo tienes que poner a calentar en una olla una parte de arroz, una parte de leche y las especias o endulzantes que más te gusten hasta que la mezcla espese a tu gusto.
Las hojas de coliflor. Córtalas en trocitos pequeños y saltéalas con un poco de mantequilla… a mí me gusta añadir también un poco de ajo. Fríelas hasta que estén crujientes y así obtendrás tanto un aperitivo muy sabroso como un ingrediente para añadir a tus ensaladas. Es realmente delicioso y la verdad es que se trata de algo que normalmente uno no usaría.
Los trozos de queso sobrantes pueden utilizarse para preparar una quiche o queso untable.
Casi cualquier ingrediente salado ya sea fresco o sobrante puede utilizarse para preparar quiché o frittata.
Dato curioso italiano: Los arancini se hacían con las sobras del risotto sobrante y para el relleno solían utilizarse también los sobrantes de ragú, salsa bolognesa y queso.
¡Estas bolitas de arroz con queso eran mis favoritas cuando era pequeño!
Si tienes que pelar gambas, puedes guardar la cáscara para hacer caldo de marisco y puedes hacer lo mismo con el caparazón de las langostas y mejillones, así como también los huesos y cabezas de pescado. Solo tienes que congelar todo y mezclarlo luego para obtener un increíble caldo de mariscos.