Tengo pareidolia y me dedico a la creación de personajes de las caras que veo

Agarra mi pico, si buscas la ropa sucia Apenas me ves, quizá una vez a la semana ¿Cómo puedo tener otra mirada que la mirada decepcionada? Seco tu ropa mientras lees un libro. Soy un pato secador y por un duro seco tu camisa. Maneja mi cuenta, gira a la izquierda para recibir tu prenda. Nos vemos la semana que viene, pero, por favor, no más vómito.

¡GAHAYUCK! ¡Hola! ¡Tengo algo que compartir! Es el hielo y el agua, y los ofrezco en este orden. Si primero quieres agua, por supuesto, ¡calma la sed! Pero para que sepas, ¡YUHU! Estás en la zona de salpicadura. Mis dientes desnivelados expenden tus deseos, ¡empuja mis ojos!

Estoy maduro. Con los dientes deteriorados. Mi otra parte olvidada. Esta cara con forma de medialuna es solamente reciente. Pero no te aterrorices, según las reglas botánicas, mis semillas brotarán. Para que hayan más tomates para treparte. Aunque no habrá ninguno como yo. Soy único, no me encontrarás en una botella de Heinz.

No todos saben que mi nariz es para soportar. Mis ojos quedan mirando hacia delante. Me ocupo de mis asuntos cuando llevas tus negocios. Soy el conductor, soy de metal. Bloqueas la puerta cuando caen tus pantalones. Sujeto a tu chaqueta o cualquier otra cosa, pero no consigo reconocimiento, cuando llevas tu misión. Tiras la cadena y sales de prisa, como que si tienes algo que hacer. La próxima vez que nos vemos, por favor, devuelve la mirada.

Sí, soy Frankie, ¿quién pregunta? Con las manos cortas, impulsado por el fuego y mi único vestimento es un sombrero de jugador de bolos. Me dedico a la combustión de la madera. Para cocinar un guiso o calentarte. Pero te advierto que no me alimentes demasiado. Soy un horno serio y sinceramente no me importa en lo más mínimo quemarte.

¡Hola! Soy Sharron, la puerta del urinario. Espero que el jabón en mi cara te impida salir de este lugar. Mi mirada de sorpresa es causada por la cantidad de manos que no usan los suministros sanitarios. Pues, ven aquí y déjame desinfectar tus manos, luego seca tus manos después de enjuagar.

Estás en el baño cerca del orinal. Un perezoso en tránsito con su relleno de oxígeno. Los brazos descansando en paz, una risa en la cara, despacio, no es una carrera. Feliz por tu presencia, el perezoso mira fijamente y alegremente. Cuando terminas y tiras la cadena, hacia el cosmos, sin prisa.