Es bastante tentador mentir después de que, por ejemplo, salga mal el mensaje que le enviaste a la persona que te gusta. “Oh por Dios, mi amigo me robó el teléfono y te envió ese mensaje a modo de broma, ese en verdad no fui yo. Nunca diría eso, LOL”.
Pero las historias se pueden manipular hasta cierto punto. Si te pasas, quedas expuesto. Además, las personas no son tan ingenuas como creemos
Y tengo el grupo de Reddit perfecto para respaldar estas afirmaciones. Se llama r/OopsDidntMeanTo (“Ups, fue sin querer”), y las imágenes que sus integrantes publican exponen todo tipo de “accidentes”.
Aquí tienen algunas de las publicaciones más ridículas, desde llevar a un labrador a una reunión con una persona que le tiene fobia a los perros hasta comprar un Range Rover. Si estas situaciones no prueban que es mejor aceptar la vergüenza que huir de ella, entonces nada lo hará.
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Los bichos me pillaron durmiendo
Bella DePaulo, Doctora en Psicología de la Universidad de Virginia, dijo que mentir es simplemente una condición de la vida. En su investigación, ella descubrió que tanto los hombres como las mujeres mienten aproximadamente una quinta parte del tiempo en los intercambios sociales que duran 10 minutos o más. Y, en el transcurso de una semana, engañamos al 30 por ciento de las personas con las que tenemos una interacción a solas.
Sin embargo, existen algunas diferencias entre ambos sexos. Las mujeres tienden más a decir mentiras altruistas para evitar herir los sentimientos de las personas, y los hombres tienden más a mentir sobre ellos mismos. De Paulo descubrió que los hombres mienten con mayor frecuencia para impresionar. Consideren esto: una conversación típica entre dos hombres contiene ocho veces más de mentiras sobre ellos mismos como de mentiras sobre otros.
Odio cuando eso sucede
Qué tragedia
Por supuesto que no todas las mentiras son dañinas. De hecho, a veces mentir es la mejor manera de proteger nuestra privacidad, y a nosotros mismos y a otros de malicias. Algunos engaños, como presumir o mentir para ser discretos y amables, por ejemplo, pueden clasificarse como de menor gravedad.
Pero las mentiras más obvias (aquellas que dejan de lado la verdad o incluyen algo falso) son dañinas, ya que destruyen la confianza y la intimidad, es decir, lo que une a la sociedad. ¡Entonces no nos extraña que humillaran a estas personas por ello!