«Esto no lo supe hasta los 30 años»: Este hombre comparte 20 consejos útiles que la gente desearía haber conocido antes

No todo va cuesta abajo cuando envejecemos. Seguramente nuestro círculo de amigos íntimos se reduce, las resacas empeoran y caen más responsabilidades sobre nuestros hombros. Pero un nuevo conjunto de investigaciones ha demostrado que algunas de nuestras capacidades cerebrales mejoran a medida que envejecemos.

Por ejemplo, un estudio de 2011 en el que se analizaron los datos de más de 60.000 personas descubrió que nuestra capacidad para reconocer caras seguía mejorando a medida que envejecíamos, hasta justo después de cumplir los 30 años. "A casi cualquier edad, la mayoría de nosotros mejoramos en algunas cosas y empeoramos en otras", comentó a Business Insider el autor principal del estudio e investigador del departamento de ciencias cognitivas y del cerebro del MIT, Joshua Hartshorne.

Otro estudio más reciente descubrió que algunas de nuestras habilidades, como leer las emociones de los demás y recordar acontecimientos que acaban de ocurrir, por nombrar algunas, siguen mejorando hasta que cumplimos 30 años. Increíblemente, habilidades como las matemáticas básicas y un vocabulario más amplio aumentan a lo largo de nuestra vida y alcanzan su punto álgido alrededor de los 50 años.

¿Significa esto que nos volvemos más inteligentes con la edad? Bueno, depende de lo que definamos como "inteligente", pero algunas de nuestras capacidades cognitivas mejoran efectivamente a medida que envejecemos. Sin embargo, algunas se deterioran, como nuestra capacidad de procesar y recordar información con rapidez (también conocida como inteligencia fluida), que alcanza su punto máximo a los 18 años aproximadamente. Después de su pico, esas capacidades disminuyen continuamente durante el resto de nuestra vida.

Pero eso no significa que sea una mala noticia para nosotros. Hay otro estudio que sugiere que tener un mayor propósito en la vida puede ayudar a proteger contra el deterioro cognitivo entre los adultos mayores. De hecho, un mayor propósito en la vida se ha relacionado con una reducción de la mortalidad por todas las causas y de los problemas cardiovasculares, un aumento de la longevidad, el mantenimiento del funcionamiento físico general, un menor riesgo de infarto y una menor incidencia de trastornos del sueño.