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Mientras el mundo contempla los devastadores incendios de Australia desde lejos, hay gente que está experimentando el terror allí mismo. Y mientras los bomberos lo dan todo para luchar contra el fuego y salvar todo lo posible, el impacto ha sido enorme. El hijo del famoso Steve Irwin, Robert, intentó explicar junto a su madre Terri la verdadera escala de los daños causados por los incendios, y le costaba contener las lágrimas mientras ella explicaba la terrible disminución de la población de koalas, muy vulnerables. Se calcula que ya han fallecido unos 500 millones de animales en los incendios, pero la familia Irwin está ayudando a más de 90.000.

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    Terri y Robert Irwin hablaron con Sunrise, intentando explicar el verdadero impacto de los incendios en la fauna australiana

    Con estas cifras, mucha gente intenta ayudar a los animales heridos, con personal de zoológicos y veterinarios en las zonas de incendios. El equipo del Zoo Australia está entre ellos, a pesar de estar a casi 2000 kms de la zona de incendios. «Podemos ofrecer un refugio seguro a los animales que necesitan ayuda,» dijo Terri. Su hijo explicó que veían todo tipo de animales heridos y que en estos momentos estaban atendiendo a zarigüeyas, aves, koalas, ornitorrincos y muchos otros.

    Mientras su madre explicaba el actual estado de la población de koalas, Robert, que tiene 16 años, tenía dificultades para contener las lágrimas

    Ambos explicaron que las quemaduras y la inhalación de humo son frecuentes ahora, pero otro problema colateral es que para escapar del fuego, los animales huyen a zonas donde se supone que no deberían estar, y por ello, muchos son atropellados accidentalmente por coches o atacados por animales domésticos. Y les preocupan sobre todo los koalas: «Su instinto es ir hacia arriba, ya que la seguridad para ellos se encuentra en las copas de los árboles. Los eucaliptos tienen mucho aceite, y cuando se prenden fuego, explotan en llamas. Esto significa que estamos tratando a pocos koalas, porque la mayoría quedan básicamente incinerados.»

    Parece que podría ser necesario clasificar a los koalas como especie en peligro de extinción tras estos eventos

    A Robert, que tan solo tiene 16 años, le costaba contener las lágrimas mientras su madre explicaba que estaban «intentando hacer todo lo posible para ayudar de cualquier modo, pero la situación es totalmente horrible. Se nos rompe el corazón.»

    En internet, la gente admiró su sincera reacción

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