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Los búhos nos han fascinado durante siglos. Aparecen frecuentemente en nuestras historias y mitos desde los tiempos de la Antigua Grecia y Egipto. Muchas culturas de distintas regiones del mundo han otorgado un significado simbólico a los búhos, viéndolos como guardianes de la sabiduría, protectores de los muertos y vigilantes del mundo subterráneo.

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Mi primer encuentro con los búhos fue mucho menos místico y etéreo. Me encontraba visitando un santuario de la vida salvaje cerca de mi casa en Nuevo México en pleno verano y pude ver un gran número de estas aves. Como artista visual, me quedé impresionado por la llamativa belleza de sus plumas y sus grandes ojos coloridos.

Supe inmediatamente que quería trabajar con ellos. Después de conseguir permiso para una sesión fotográfica, preparé un  estudio pocas semanas después y los cuidadores me trajeron a los búhos individualmente. Lo principal que quería conseguir era una mirada frontal, fijándose directamente en la cámara. Así es como consigo una conexión más íntima y potente con otro ser vivo: mirándoles a los ojos.

Muy pronto me di cuenta de que esto iba a ser extremadamente difícil de conseguir. La mayoría de ellos puede girar su cabeza hasta 270 grados y la mayoría preferían mirar el fondo negro tras ellos que a mi y a mis luces. No me sorprende mucho.

Más información en: bradwilson.com

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