Estas 18 mujeres comparten las preguntas personales más extrañas que les han hecho en entrevistas de trabajo
Tener una entrevista de trabajo es un hecho de por sí ya muy estresante, pero esta experiencia puede tornarse aún más frustrante para las mujeres. Aunque mucho se ha avanzado en estos últimos años, el sexismo todavía se encuentra muy presente en el entorno laboral, y la sala de entrevistas no es una excepción: muchas candidatas han tenido que lidiar con él incluso antes de conseguir el puesto.
Para adentrarse en el tema, la usuaria de Reddit u/poxycabbage publicó en la plataforma una pregunta abierta: “¿Cuáles son las preguntas personales más extrañas que les han hecho en una entrevista de trabajo y que no creen que les hayan hecho a los candidatos masculinos?”. En solo un par de días, esta publicación recibió cientos de respuestas, muchas de ellas detallando las frases maleducadas, ofensivas y totalmente ilegales con las que los reclutadores responden a las mujeres a diario.
De esta forma, por lo menos, obtienen información valiosa sobre sus potenciales compañeros antes de comenzar a trabajar allí.
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“¿Estás en una relación?”.
“Sí, tengo pareja”.
“¿Y tu pareja…?”.
“...está muy bien, gracias”.
Becca Carnahan es una orientadora vocacional experimentada situada en las afueras de Boston, Massachusetts, quien se dedica a ayudar tanto a profesionales que se encuentran a mitad de sus carreras como a aquellos que recién están comenzando para que puedan encontrar satisfacción en sus trabajos y disfrutar de ellos.
Carnahan le comentó a Bored Panda que cada entrevista de trabajo es distinta y similar al mismo tiempo. “Las competencias y habilidades que buscan los entrevistadores van a diferir significativamente según el puesto y la empresa”, comentó. “No obstante, casi siempre se te preguntará alguna variación de ‘Háblame de ti’”.
Me preguntaron si estaba casada y, luego, si estaba abierta a la idea de engañar a mi marido.
“Hay algunos temas que no solo están prohibidos, sino que también es ilegal que los entrevistadores pregunten”, destacó Carnahan. “No se deben hacer preguntas sobre el estado civil, hijos, etnia, religión, raza y edad en una entrevista. También debes tener en mente las leyes del lugar donde resides. Por ejemplo, en algunos sitios, los empleadores no pueden preguntar sobre tu historial salarial”.
Según esta orientadora vocacional, aunque puede que algunas de estas preguntas inapropiadas o ilegales surjan en la entrevista en un tono indiferente o con la intención de ‘conocerte’, estás en todo tu derecho a negarte a responderlas. “Puedes decir que preferirías no responder, cambiar el rumbo de la conversación o preguntar directamente: ‘¿Es esto relevante para el puesto al que estoy aplicando?’ o ‘¿Puede ayudarme a entender cómo esto es relevante para el puesto para el que me están entrevistando?’”, Carnahan afirmó que responder de esta manera puede llegar a resultar intimidante, pero que también es importante protegerte a ti misma y a tus límites.
Esto sucedió durante una entrevista de salida donde abandonaba el puesto para buscar algo menos tradicional. Mi encargado (un hombre de 45 años) me preguntó qué pensaban mis padres sobre mi decisión, queriendo asegurarse de que tenía su permiso para renunciar.
Quiero aclarar que tengo 30 y tantos años, estoy muy bien consolidada en mi área y de ninguna manera dependo económicamente de mis padres.
Totalmente surrealista y condescendiente.
Tristemente, podríamos ver un incremento de estas entrevistas. Proyecciones recientes, basadas en escenarios económicos creados por McKinsey y Oxford Economics, estiman que la tasa de empleo en mujeres no recuperará sus niveles prepandemia hasta 2024, dos años completos después de la recuperación en los hombres.
FORTUNE informó que sin acciones significativas, como un aumento del apoyo patronal y de los programas de capacitación, hay un verdadero riesgo de que la participación de la fuerza laboral femenina se enfrente a su declive más abrupto desde la Segunda Guerra Mundial.
La participación de la mano de obra femenina ya ha disminuido hasta un 57%, su nivel más bajo desde 1988, según el Centro Nacional de Leyes para la Mujer.
Me preguntaron si mi periodo era regular. Mi supuesto futuro jefe era un hombre de 40 años. Fue realmente incómodo, yo tenía 19 años.
“La entrevista no es unilateral, tú también estás evaluando si la empresa es adecuada para ti. Si hay señales de alarma sobre su cultura o sobre cómo la compañía trata a sus empleados, entonces no tienes por qué aceptar la oferta o incluso continuar con el proceso de entrevista”, dijo Carnahan. No te preocupes demasiado si no funciona, evitar un mal lugar te permitirá ahorrar tiempo y energía a largo plazo."
No obstante, también hay muchas entrevistas de trabajo razonables. Carnahan comentó que una buena forma de empezar a prepararse para ellas es “leer la descripción del puesto detenidamente y pensar en las conversaciones que ya has tenido con gente de la empresa: cuáles son las habilidades y competencias más importantes para el puesto y de qué manera destacar tienes es lo que la compañía está buscando, no solo en las preguntas que te harán en la entrevista de conducta, sino desde el primer momento en que te presentas”.
Tenía que pasar un “chequeo médico”. Básicamente era un informe sobre mi historial médico y tenían una sección exclusivamente para mujeres: número de embarazos, cesáreas, abortos, fecha de la última menstruación, fecha del último PAP y su resultado. Fue invasivo e incómodo, me sentí violada al momento de terminarlo.
“Veo que tienes un anillo de compromiso… ¿piensas tener hijos pronto? Porque te recomiendo que esperes por lo menos un año si consigues el puesto. No creo que sea buena idea entrenarte en el trabajo para que después pidas una baja por maternidad”. Eso fue lo que literalmente me dijo un reclutador; totalmente ilegal. No pude hacer nada contra él por no tener pruebas.
“¿Tienes novio?”, “¿planeas quedar embarazada?”, todo en la misma entrevista. Aquí es ilegal preguntar esas cosas, pero es mi palabra contra la de ellos.
“Como mujer, ¿crees que serás capaz de realizar el trabajo?”, “¿te sentirías cómoda en una plantilla de solo hombres?”: otra entrevista.
Me preguntaron cómo me sentiría en un entorno de fábrica donde la temperatura no está controlada. Acababa de salir del ejército… una organización que se especializa en trabajar bajo terribles condiciones.
Muchas preguntas disimuladas sobre cuándo/si planeaba comenzar una familia, cómo iba a vestirme para el trabajo (incluso si pensaba usar maquillaje ¿?), qué haría si un cliente coqueteaba conmigo y mi favorita: si me identificaba o no como feminista y cómo conciliaba eso con mi elección profesional.
Fue muy frustrante.
Tenía 23 años en ese momento; un chico me preguntó si mis dos hijos fueron planeados y si tenían el mismo padre. Cuando respondí que sí a la última pregunta, me dijo: “¿Estás segura?”. Fue muy incómodo, y cuando se lo conté a otras personas no hacían más que justificarlo: “Solo quería saber qué tipo de persona eres, es normal que haga esas preguntas personales”.
“¿Tienes hijos?”.
“Tu cabello es tan bonito…”, y entonces se acercó para tocarlo.
“Hablas muy bien para ser mexicana”. (Nací en Estados Unidos).
Una decepción. Era para un puesto permanente en un centro de atención; días después me ofrecieron el trabajo, pero lo rechacé.
“¿Estás casada?, ¿no? Hay un muy buen bar aquí abajo, ¿quieres terminar la entrevista allí?”.
Estaba allí sentada con el entrevistador y me dice: “Ese es un reloj muy caro, ¿cómo lo conseguiste?”. Quedé impactada, pero respondí que era un regalo. Todavía tengo el reloj, pero no quise el trabajo. Otro me preguntó si realmente necesitaba mis gafas o si las utilizaba para parecer inteligente.
Me estaban entrevistando para un puesto en un hospital y cuando me pidieron que les contara sobre mí, mencioné que quería ser médica. La respuesta: “¿Alguna vez has considerado enfermería?”. Qué decepción.
No fue tan problemático como otras respuestas de por aquí, pero bueno…
Hice unas cuantas entrevistas como programadora en la industria de los videojuegos. Esta es un área que aún está dominada por el sexo masculino.
Siempre me preguntaban si jugaba videojuegos y si me gustaban. Algunos de mis amigos hombres estaban haciendo entrevistas al mismo tiempo y nunca les preguntaron algo así. Tenía que probarles que era “una de ellos”, y era algo exasperante.
En este caso, yo era la entrevistadora y estaba a cargo de la mesa de información de mi empresa en una feria de trabajo. Estaba conversando con 3 personas (2 mujeres y 1 hombre), todos eran estudiantes de derecho y tenían entre 20 y 30 años. Yo era una abogada en mis 30 y tantos, así que era una conversación bastante casual. Le pregunté al grupo: “¿Alguna otra pregunta que quieran hacer sobre la organización o sobre ser abogado en general?”, y el chico preguntó: “¿Estás soltera? Jajaja, solo bromeaba”.
Quedé tan confundida que solo me reí un poco y dije: “Nop, estoy casada y embarazada de mi primer hijo”. Esto fue hace algunos años, pero desearía haber tenido la claridad necesaria para decirle en ese momento: “Eso fue totalmente inapropiado, tienes que irte”. Si lo hubiese hecho, creo que él habría aprendido una lección muy importante y también habría dado un buen ejemplo a las 2 mujeres que estaban allí. Más tarde ese mismo día, una vez que las cosas se calmaron y tuve un momento para pensar, descarté su currículum… y al día siguiente deseé no haberlo hecho porque podría haberle enviado un correo con ese comentario.