Después de una larga vida siendo amable y compasiva con cada animal que se cruzaba, Margarita Suárez, una amante de los animales de Mérida, en México, recibió un honor inesperado en su funeral: un puñado de perros callejeros e incluso un pájaro fueron a sus exequias a mostrar sus condolencias. Margarita era conocida (tanto por los humanos como por los animales) por alimentar a multitud de animales callejeros que se reunían en su puerta cada mañana, y por llevar una bolsa con comida consigo a donde quiera que fuera, por si se encontraba algún animal poder alimentarlo.
Los perros incluso siguieron al coche fúnebre desde el velatorio, dispersándose solamente cuando el cuerpo estaba preparado para su cremación. ¡Sigue leyendo para conocer más detalles de esta historia!
(via: dailymail)
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