A pesar de ser ciego de nacimiento y criado en una granja-criadero, el golden retriever Smiley no parece tener nada de lo que quejarse. Este perro siempre contento es tan motivador, alegre y cariñoso que también trabaja como perro de terapia, repartiendo su alegría entre enfermos mentales y pacientes discapacitados cada semana.
Stacey Morrison es la fotógrafa que ha realizado esta encantadora sesión fotográfica con Smiley y dijo esto sobre él: «Se choca mucho contra las cosas. Y como aprendí enseguida, cuando corre hacia ti, ¡no sabe cuando tiene que parar! Pero por lo demás se apaña bien. De hecho, cuando está atendiendo sus asuntos perrunos como oler cosas, escuchar, retozar o haciendo mimos con el hocico, te olvidas de que tiene una discapacidad.»
Según Morrison, la dueña de Smiley es una entrenadora de perros profesional llamada Joanne que afirma que «es importante que explore sus alrededores él solo, usando sus propios instintos, sin personas rondándole o que se avergüencen cada vez que se choca contra algo.»
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