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Salvo que seas un árbol o una boca de riego, no suele ocurrir que un perro te mee en la espalda. Por lo general. Pero es lo que le ocurrió a Heinze Sanchez, de 27 años, en Rio de Janeiro, y el pobre hombre se indignó bastante. Por si eso no fuera suficiente, una cámara de seguridad lo grabó todo y el mundo entero acabó viéndolo. Llegados a este punto, la mayoría de personas intentarían olvidar un día así, pero no Heinze. Al día siguiente volvió al mismo sitio, buscando al mismo perro que se le meó encima.

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«Lo busqué por el vecindario, preguntando si tenía dueño,» dijo Heinze. «Cuando lo encontré, le llamé y se acercó a mi moviendo el rabo.» Ambos estuvieron jugando un rato. «Entonces decidí llevármelo a casa, y vino conmigo. Es bastante dócil, no se aleja y llora cuando tengo que salir de casa. Hizo un pequeño desastre en la casa del vecino, pero es un buen perro.»

Mucha gente criticó a Heinze en internet por intentar darle una patada al perro segundos después del incidente del pis. «Encogí la rodilla. Fue una reacción del momento y no tenía intención de hacerle daño. De hecho, otro perro se acercó, y le dije: ¿Has visto lo que me ha hecho tu amigo?»

Heinze le puso el nombre de Enzo a su nueva mascota. «Le puse ese nombre porque siempre dije que cuando tuviera un hijo, su nombre sería Enzo. Y ahora, él está conmigo, alimentado y limpito.» Parece que los perros callejeros tienen más formas de conseguir ser adoptados aparte de interrumpir bodas.

Más información en: Facebook (via: extra.globo)

Heinze Sanchez estaba sentado en la calle mirando el móvil cuando un perro lo confundió con un retrete

El vídeo se volvió viral y muchos criticaron a Heinze por intentar darle una patada al perro. Pero la historia no acabó ahí

Sanchez dijo que fue una «reacción del momento» y que no tenía intención de hacer daño al perro

De hecho, volvió al día siguiente al mismo sitio, para buscarlo

Y tras conseguir encontrarlo, se lo llevó a casa

Le puso el nombre de Enzo

«Siempre dije que cuando tuviera un hijo, su nombre sería Enzo. Y ahora, él está conmigo, alimentado y limpito»

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