Se supone que tu boda será un día perfecto. Un día en el que todo se tratará sobre ti y la persona con la que elegiste pasar el resto de tu vida. Pero siempre existe la posibilidad de que algo salga mal, y no me refiero únicamente a que pueda estar lluvioso.
Recientemente, un usuario de Reddit llamado VeryVeryGeneric les pidió a los demás usuarios de la plataforma que hablaran sobre las peores partes de sus bodas y muchos de ellos respondieron. Al momento de escribir esto, la publicación ha recibido más de mil comentarios con muchas historias interesantes que, para bien o para mal, estas personas jamás olvidaron. Aquí les traemos algunas de ellas.
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Mi hermana ocupó la cabaña en la que iba a quedarme porque se negaba a quedarse en mi casa con los demás invitados. Luego, durante la boda, anunció que estaba embarazada… Han pasado 12 años y mi esposo todavía le tiene rencor por ello.
El que ahora es mi ex esposo me empujó contra una pintura y contra el suelo mientras bailábamos el vals. Debería haber sabido que era una señal de lo que ocurriría después.
Uf. Tuve una pequeña boda en las montañas de Colorado. Una pareja hizo todo esto:
- Trajeron a su hijo de 7 años sin consultárnoslo;
- Condujeron desde Texas y esperaban quedarse con nosotros en nuestra casa, en Denver, hasta que viajáramos hacia las montañas (en el parque Estes, a una hora y media de distancia);
- Se quedaron con nosotros (porque mi esposo es demasiado amable) y criticaron nuestro hogar (era muy pequeño, las paredes eran muy finas);
- Pensaron que podían asistir a la boda viajando en el día desde nuestra casa, por lo que no reservaron una habitación de hotel. Mis padres contaban con una habitación extra en la que los varones se prepararon, así que se la dieron. Estaba en el hotel Stanley y costaba $800. No se ofrecieron a pagarla ni dijeron gracias. De hecho, le pidieron la tarjeta de crédito a mi papá, en el caso de que hubiera algún incidente;
- La mujer vistió de blanco para la boda.
- El hombre se olvidó de comprar el chaleco que usarían los padrinos. Tuvo que ir al centro comercial un día antes de la boda e improvisar.
- El bebé lloró durante la ceremonia y quien coordinó la boda tuvo que pedirles que se fueran.
- Habíamos alquilado una cabaña para pasar el fin de semana con el cortejo nupcial. Iba a haber mucha fiesta y bebida. Trajeron al bebé sin preguntárnoslo y luego se enojaron y apagaron las luces porque éramos demasiado ruidosos (por cierto, habíamos pagado unos $400 dólares por persona).
- En NUESTRA NOCHE DE BODAS, mientras teníamos sexo, el hombre no dejó de golpear la puerta preguntándonos si habíamos visto sus llaves.
- No nos compraron un regalo.
Ah, y más tarde me enteré de que la mamá del hombre se había ofrecido a volar hasta Texas desde Colorado para cuidar al bebé mientras ellos estuvieran en la boda y la cabaña, pero se rehusaron.
¿Además del hecho de que todavía era una niña? Habíamos discutido previamente sobre lo humillante que me parecía esa costumbre de que uno los novios aplaste el rostro del otro contra el pastel. Mi novio estuvo de acuerdo conmigo. Luego, de todas formas, hizo eso. Pasé parte de la fiesta llorando en el baño, segura de que había cometido el peor error de mi vida.
Tenía razón. Él casi me mata.
Mi hijo (quien iba a llevar los anillos) y su padre terminaron en un accidente de tránsito cuando estaban de camino al lugar.
¡NO era algo que quería oír mientras colocaban 33575789 horquillas en mi elegante peinado! El estilista oyó la conversación y me trajo un poco de vino.
El niño y el padre estuvieron bien, también los otros conductores, y solo se retrasaron un poco. Todo lo demás salió de maravillas.
Pero, RAYOS. Oír “Tu hijo tuvo un accidente automovilístico” me trajo de vuelta a la realidad de inmediato. La boda es una trivialidad, pero la familia y el matrimonio son compromisos serios que vale la pena hacer y mantener.
Luego de servir el pastel, tuvimos un GRAN buffet con postres de estilo italiano. Estaba muy ocupado bailando, hablando y divirtiéndome como para dirigirme allí. Mi mamá me preguntó si quería algo, así ella lo guardaba en una caja. Le dije que sí, que quería un cheesecake. Solo eso, un cheesecake (ya que es mi pastel favorito). Poco después, mi mamá me dijo que ya no quedaba más.
Mi prima se acercó para decirme adiós mientras sostenía una caja de dulces. Hablamos, me dijo que se había divertido mucho y que la comida y el postre habían sido geniales. Luego, dijo: “El cheesecake fue increíble, ¡deberías comer un poco!”. Abrió la caja y me mostró 4 porciones de cheesecake, además de muchos otros postres.
Le pedí si podía dejarme, al menos, una porción. Me respondió: “No, es mío, ¡deberías haberlo tomado antes!”. Le rogué y le expliqué que era mi postre favorito. Volvió a decirme que no y se fue.
Me casé horas después de que me enterara de que él se había acostado con otra mujer, ya que, a ese punto, sentí que… ¿qué más podía hacer? (No haberme casado hubiese sido la respuesta correcta, pero lo hice).
Olvidé empacar mi largo velo de novia (tuvimos que viajar para la boda), me olvidé de llevar el ramo, hubo un terremoto la mañana de la boda y mis suegros miraron un partido de fútbol en sus teléfonos durante la ceremonia y se fueron antes de la fiesta. La fiesta se canceló porque todo el personal del restaurante que habíamos alquilado tenía faringitis. La dama de honor anunció su compromiso durante la boda, el padrino intentó acostarse con otra dama de honor y, cuando lo rechazó, colocó una hamaca entre dos árboles y se durmió allí. ¿Creen que todo esto es malo? Esperen a oír la peor parte del día:
Me casé.
Le pedimos al pastor de la iglesia a la que mi esposo asistió en su infancia que oficiara la boda. Era un conservador de la vieja escuela. Hablamos con él sobre lo que queríamos que mencionara durante la ceremonia: que el matrimonio implica trabajo duro, que hay que expresar el amor con los comportamientos, ese tipo de cosas. Lo que terminó por hacer fue leer rápidamente el pasaje que quería que leyera y luego hablar durante 15 minutos sobre que el matrimonio es solo para el hombre y la mujer, que fuimos hechos de esa forma y que las hormonas juegan un papel importante. Debería agregar que mi suegro, quien me acompañó hasta el altar, es gay. Todos lo saben. Durante la boda, el discurso del pastor fue, básicamente, un repudio contra mi suegro. Él pudo reírse sobre ello, pero a mí me enfurece hasta el día de hoy. Le llamamos “el discurso de las hormonas”; fue la única parte negativa dentro de lo que, por lo demás, fue un día perfecto.
La nueva esposa del padre de mi esposo (con la que mi esposo no era cercano), a quien habíamos visto solo una vez, asistió llevando el mismo vestido que mis damas de honor. Durante la única conversación que tuve con ella, le había contado lo que todas llevarían, así que sé que fue intencional. Además, usó el abrigo de piel de la mamá de mi esposo. Y, luego, intentó caminar hasta el altar con el cortejo nupcial.
Juro que pensé que mi abuela política iba a darle un golpe.
¡Ha llegado mi momento!
Mi mamá se emborrachó mucho y se desmayó en el baño. Mi jefe tuvo que sacarla de allí.
Se lo mencioné unas semanas después y ella no tenía idea de que eso había ocurrido.
De todas formas, no se disculpó.
La amante de mi esposo estuvo allí (obviamente, yo no tenía idea de esto, y me enteré luego de que nos casáramos).
Mi suegra compartió las noticias antes de que nosotros pudiéramos hacerlo.
Nos casamos en secreto y no le contamos a nadie hasta 30 minutos antes de la boda. Solo le contamos a nuestros familiares más cercanos, indicándoles claramente que no se lo contaran a nadie. Nos casamos esa noche, apagamos nuestros teléfonos móviles y, a la mañana siguiente, nos despertamos con mensajes de todos los demás familiares (tíos, tías y primos). Originalmente, habíamos planeado hacer una publicación en redes sociales unos días después; pero, como ella compartió las noticias, optamos por no publicar nada. Mi familia esperó hasta que les permití que se lo contaran a los demás (al punto de que mi hermana pequeña me dijo que a mi papá se le hacía muy difícil no contárselo a su hermano, mi tío, pero que sabía que no era una noticia que él debería dar, así que no lo hizo).
Al menos ahora sabemos quién será la última en enterarse de las noticias importantes.
Mi suegra se emborrachó muchísimo e hizo escenas durante todo el día y la noche. Esto incluyó llorar durante cada minuto del día (en todas las fotos, parece como si alguien se hubiera muerto), pararse en una silla para bailar, arrinconar a mi hermana para gritarle sin ninguna razón, robarse casi todos los centros de mesa (que eran propiedad del salón) y llamar a nuestra habitación a las 3 a.m. porque los amigos de mi esposo no dejaron que su hermana de 16 años asistiera a la fiesta que estaban teniendo en la habitación de hotel.
Básicamente, mi suegra fue la peor parte de nuestra boda.
Mi suegra quiso ver la ropa interior que usaría durante la boda para asegurarse de que la aprobaba. Era una de las primeras veces que la veía e intenté complacerla para poder agradarle.
Todo lo que quería hacer era controlar.
La madrastra de mi esposo usó un vestido de fiesta durante la ceremonia (que fue en la playa) y luego, para la fiesta, se puso un atuendo blanco muy apretado con detalles de diamantes.
Mi fotógrafo se emborrachó y se drogó. Todas las fotos de nuestra boda se ven anaranjadas y borrosas, así que ¡montamos nuestro propio álbum de fotos gracias a un buen amigo que tenía una buena cámara y grandes habilidades de fotografía!
Darme cuenta de que no lo amaba mientras bailábamos el vals.
Esto no ocurrió en mi boda, pero… Una vez, oficié una boda en la que el abuelo de la novia falleció en el baño minutos antes de que la ceremonia comenzara. Terminé haciéndole compresiones en el pecho hasta que llegó la ambulancia, y luego tuve que dirigirme a oficiar y contar chistes tontos mientras la familia reprimía sus emociones, ya que no le habían contado a la novia lo ocurrido.
Nadie asistió a mi boda. Mi esposo y yo invitamos a más de 50 personas y muchos habían dicho que estarían allí. Además del cortejo nupcial y de nuestros familiares, solo 3 amigos asistieron, y todos se fueron luego de que cortáramos el pastel.
Nuestros fotógrafos eran una pareja, un hombre y una mujer, que discutieron fuertemente durante todo el día. Fue muy incómodo.
Una amiga vistió un mono blanco.
Los micrófonos de la DJ no funcionaron durante la ceremonia, puso la canción equivocada para el vals y su lista de reproducción para la fiesta no incluía canciones bailables (incluso había puesto Blink-182).
El servicio de catering se rehusó a poner botellas de vino en las mesas como lo habíamos acordado, pero sí dejaron todas las copas allí, así que los invitados tuvieron que llevar sus copas hasta el bar.
La idea de nuestro fotógrafo de tomar “fotos casuales de los invitados divirtiéndose” era hacer zoom en el rostro de una persona, dentro de un grupo de más de 5 personas, dejando borrosos los rostros de todos los demás. Todas las fotos se veían así. Solo pudimos usar las fotos en las que posó el cortejo nupcial.
Para mi boda, hicimos una pequeña fiesta en mi patio trasero. Mis amigos estaban pasando el rato mientras comíamos pizza alrededor de una fogata, cuando mi madre llegó para recoger algunas sobras. Se tropezó en la oscuridad y se quebró el hombro. Desde entonces, ha tenido una reducción permanente de su movilidad y mucho dolor.
Mi madre y yo éramos las únicas personas que no habían tomado, así que pasamos la noche en emergencias.
Oh, y mi esposo, quien está alejado de sus padres, había olvidado que la fecha que escogimos era el mismo día que el aniversario de ellos. Esto ocurrió luego de que dijera que no quería casarse cerca del aniversario de mis padres.
Edito: Me olvidaba, tengo alergia a algunos alimentos y el servicio de catering preparó comidas a las que soy alérgica. Decidí comer unos cupcakes para la cena.