Quienes hayan visto al menos un episodio de Hell’s Kitchen probablemente sepan que, independientemente de sus niveles de habilidad, si Gordon Ramsay los atrapa usando la cocina o incluso cortando verduras, logrará encontrar un hábito que se consideraría una vergüenza para un restaurante con estrella Michelín.
Pero esa es la cuestión. La mayoría de nosotros no estamos haciendo platos para que el jefe de la casa pueda venderlos por unos cuantos o incluso cientos de dólares. Solo intentamos ingerir calorías un martes por la noche. Por eso no solo ignoramos las normas, sino que a veces decidimos directamente rechazarlas.
Así que cuando el usuario de Reddit Timecoyote le preguntó a la comunidad r/Cooking: “¿Cuál es ese pecado culinario que ni siquiera intentarían defender, y que siguen cometiendo?”, mucha gente respondió. En unas cuantas semanas, su publicación ya ha recibido más de 4.800 votos y 3.900 comentarios, llenos de confesiones honestas. Sigan deslizando para verlas.
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Parto los espaguetis por la mitad antes de ponerlos en la olla de agua hirviendo. Luego los corto otra vez en el plato antes de comérmelos.
¿Por qué? Así lo hacía mi madre, y ahora lo hago yo. Mis hermanas también parten y cortan sus espaguetis, somos todos unos monstruos.
La cocina es un lugar mágico, lleno de tradiciones, pociones, mezclas extrañas, sabores increíbles y resultados sorprendentes. Para algunos es solo una obligación: hay que comer, hay que cocinar; pero otras personas lo llevan más allá y han creado arte que involucra cada uno de nuestros sentidos. Después de todo, qué mejor manera de expresar amor o compartir quiénes somos que a través de la comida.
Al ser una tarea tan necesaria, aprendemos a cocinar de manera más bien intuitiva; vamos aprendiendo de nuestros familiares, practicando con amigos, y, muchas veces, es la prueba y el error lo que nos enseña las reglas que son tan obvias para los más experimentados. Algunas personas, incluso después de años, siguen sin conocer las reglas de la cocina, y no saben cuáles están rompiendo. Sin embargo, algunos errores pueden resultar en deliciosos inventos. Si son de los que prefieren dejarse llevar en la cocina, Pandas, aquí les dejamos algunas historias sobre a dónde los puede llevar la creatividad, que demuestran por qué decimos que las reglas se hicieron para romperse.
No se ustedes Pandas, pero yo no soy una gran cocinera, aunque sí una gran inventora. Si creen que hay reglas esenciales que faltaron, agréguenlas en los comentarios, ¡y no olviden contarnos sobre sus historias de creatividad en la cocina!
Pruebo la comida con la misma cuchara que uso para cocinar.
Cocino para mi familia. Los beso a todos y todos compartimos los mismos gérmenes así que… qué más da…
Yo hago eso, pero nunca he cocinado para nadie más que para mí entonces está bien
Yo derrito el chocolate en el microondas. Es mucho más fácil y rápido que ponerlo al baño María.
Nunca en mi vida he tamizado la harina.
No uso tablas de cortar diferentes para la carne y las verduras. No le veo sentido: solo corto la carne al final y después la lavo.
No utilizo tomates frescos aunque la receta lo pida, solo uso en conserva. Todo el trabajo que supone cortar los tomates frescos me resulta molesto.
Yo dejo descongelando las pechugas sobre la encimera.
Ni yo ni nadie en mi casa se ha enfermado todavía.
Pese a las advertencias, los pollos llevan tantos antibioticos que casi desinfectan lo que tocan
Mi pecado: cocino el arroz como si fuera pasta. No quiero una arrocera y no puedo aprender la ciencia de las proporciones y el tiempo, así que simplemente lo cocino y lo escurro.
Ehhh... 1 medida de arroz, 2 de agua...al menos todos los arroces que suelo comprar van así.
Me gusta la piña en la pizza. ¡No voy a cambiar de opinión!
Si la receta pide un determinado tipo de cebolla, siempre utilizo la que ya tengo.
No eres el único. Si en la receta dice cebolla roja y yo la tengo blanca, no pienso bajar al súper a comprarla: utilizo la que tengo casa. Es de cajón.
Hace años que no repongo varias de las especias de mi especiero (en serio, ¿quién usa tanto eneldo?). Seguro que ahora saborizan menos, pero es demasiado caro reponerlas muy seguido.
Nunca sigo una receta al pie de la letra. Utilizo las recetas para darme una idea sobre los ingredientes. Nunca mido nada.
Nunca miro la fecha de vencimiento de ningún producto seco/en polvo/etc. Hola lentejas que han estado en el fondo del estante durante diez años hasta que las descubrí esta mañana. Las comeré. Me alegro de verte, pimiento al ajillo que lleva abierto al menos tres mudanzas y probablemente no sabe a nada. Vamos a usarte.
Compro masas para tartas ya hechas. Me encanta cocinar casi todo desde cero, pero no puedo obligarme a hacer la masa para quiches o tartas.
Esta noche he hecho ñoquis, pero he utilizado puré de papas instantáneo porque, aunque me encanta hacer los ñoquis uno por uno, odio preparar las papas. ¡Tardé la mitad del tiempo y el sabor es delicioso para una cena durante la semana!
La mayoría de las veces no precaliento el horno. Simplemente meto las cosas cuando el horno sigue frío y le agrego unos diez minutos a la cocción.
No lavo el arroz. Nunca.
Depende mucho del tipo de arroz. Como no laves el de sushi, vas listo. Si lavas el vaporizado, no sirve de mucho ya que apenas conserva almidón.
Nunca hago caldo casero. Me limito a comprar caldo en polvo, sobres de dashi o kombu, etc.
Yo guardo los cortes que suelen ir a la basura de la verdura (la "tapa" de los pimientos, culos de calabacín, hojas del puerro, pieles de cebolla, ajo...) Y lo pongo a hervir mientras corto/pico la verdura, la carne o lo que sea, salteo etcétera y luego se lo echo al arroz. Queda más sabroso
Una vez usé mayonesa para hacer masa de pasta porque me quedé sin huevos. La verdad es que salió muy bien.
Cocino demasiado la pasta. Sí, amantes de la pasta al dente, sé que es un pecado italiano. Pero prefiero que la pasta esté super blanda.
Eso va en los gustos de la persona, que cada uno se coma la comida como prefiera. A mi siempre me critican porque pido el solomillo muy pasado, no puedo comer carne sanguinolenta, me da mucho asco, me gusta como una suela pero no sé, la gente se ofende.