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Todos queremos a nuestros perros. Los achuchamos, los mimamos y acabamos perdonando el caos que provocan. Les llamamos buenos chicos, y lo decimos en serio. Tenemos tal vínculo con ellos que olvidamos que son animales, después de todo. Aúllan, gruñen y… muerden. Ahora, imagina a un niño pellizcando a un perro, el perro no lo aguanta más y… ¡muerde! En este hilo, la gente explica el peligro de dejar que los niños maltraten a los animales en casa. Los animales no son personas y hasta los más amables muerden. Es hora para esos dueños y orgullosos padres de que se responsabilicen.

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Image credits: dunlaoghairek9

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«Hay muchos vídeos en internet que muestran a niños montando en perros. Todos presumen de lo bien que se llevan su hijo y su perro. Muchos solo tienen perro para que el niño esté entretenido y no se aburra, algunos creen que es un excelente guardián. Esto es un error y puede acabar en tragedia,» explica el cinólogo Mindaugas Sejunas.

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«Los niños deben aprender que un perro no es un juguete. Es crucial que el niño sea supervisado cuando interactua con los perros. Que los padres enseñen a los hijos cómo tratarlos, jugar con ellos y disfrutar de su compañía. Que no se le molesta cuando come o duerme o se puede enfadar. El respeto mutuo es la clave. Educa a tus hijos sobre cómo tratar a los animales. No se puede ir y agarrar a un perro para que te haga caso, hay que llamarlo y esperar a que venga. Cualquier perro puede sentirse provocado, sobre todo sin adultos alrededor, y entonces pensar en enseñarle él mismo una lección al niño. Por desgracia, no habla, ni conoce la sutileza de nuestra comunicación. Así que lo hará del modo que conoce: como su madre le disciplinó a él,» explicó Vida Radzeviciene, especialista en comportamiento animal.

Esto es lo que dijo la gente al respecto: