Se nos bombardea constantemente con mensajes que nos dicen que debemos aprovechar el día, vivir la vida al máximo y que podemos ser y lograr todo lo que queramos. Esto es algo que, según el punto de vista de cada uno, puede llegar a ser empoderante o emocionalmente agotador. Uno de los problemas que subyace en la famosa filosofía del “si se quiere, se puede” es que a menudo no hay mucho con lo que orientarse detrás de esas exhortaciones enérgicas a no desperdiciar ni una sola oportunidad más y adoptar este estilo de vida despreocupado y lleno de adrenalina.
Esto significa que depende de cada persona averiguar lo que quiere hacer con su vida, ya sea en el ámbito profesional o durante su tiempo libre. Y esto puede llevar a las personas a cometer algunos errores muy ingenuos como, por ejemplo, darse cuenta de que el puentismo no es una actividad para ellas. O quizás, hayan aprendido por las malas que anteponer la felicidad de los demás sobre la propia no siempre es la mejor manera de hacer las cosas. También es probable que muchos se hayan arrepentido de haber confiado demasiado en sus compañeros de trabajo.
Los usuarios de Reddit se sinceraron sobre las peores experiencias de sus vidas y también sobre los errores que creían haber cometido en un hilo tan brutalmente honesto como sensato. Continúen leyendo para saber cuáles fueron aquellas cosas que la gente prometió no volver a hacer en su vida.
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Me niego a volver a trabajar en tiendas atendiendo al público. La gente es muy imbécil y no se da cuenta de que intentas ayudarla mientras haces tu trabajo.
Fumar. Fumé durante 14 años y me siento muchísimo mejor desde que lo dejé. Ya llevo 10 años en los que no solo me ahorré una gran cantidad de dinero sino que ya no tengo que sufrir terribles ataques de tos, ni el horrible olor de los cigarrillos.
Tener sexo a pesar de no tener ganas. Estuve en una relación con alguien que a menudo me presionaba para tener relaciones sexuales y es algo que definitivamente nunca volvería a hacer.
Comprar ropa de tallas más pequeñas con la esperanza de “algún día” bajar de peso y poder usarlas. Maldita sea, ¡solo compra una talla más grande! ¡Siéntete a gusto ahora!
Intentar acabar con mi vida.
Después de tres o cuatro días de haber intentado hacerlo, experimenté una especie de “epifanía”. Volví a empezar de cero: comencé a amarme a mí mismo, terminé la terapia, etc. Ya no me importan todas aquellas cosas malas que me sucedan en la vida, nunca más volveré a hacer algo así.
Tratar de caerle bien a todo el mundo siendo amable y nunca diciendo que no a nada. Nunca más.
Tener obesidad.
No me di cuenta de lo mucho que esto afectaba mi vida de forma negativa hasta que perdí casi 40 kilos. En ese momento, pensé: “Ah, con que ASÍ era como tenía que sentirme…”.
Parir y pasar por todo el período de posparto. Amo a mi hija con toda mi alma, pero fue la primera y la última vez.
Tener Facebook. Borré mi cuenta y no pienso volver a crearme una. Es algo que no echo de menos en lo absoluto.
Ahora siempre intento ir a orinar antes de cortar jalapeños.
Asumir que todos mis compañeros de trabajo son mis amigos.
De verdad solía creer que la mayoría de mis compañeros del lugar en el que trabajaba eran mis amigos e intentaba hacer todo lo posible para ayudarlos aunque rara vez ellos hicieran lo mismo por mí. Sin embargo, cada vez que necesitaba ayuda, todos desaparecían o de pronto estaban “muy ocupados”. Si me metía en problemas, eran los primeros en echarme toda la culpa sin siquiera dudarlo y me mentían en la cara negando que lo hubieran hecho.
Hacer puentismo. En el momento en que mis pies dejaron de tocar suelo firme, lo único que pude pensar fue: “Bueno, esta fue una decisión muy estúpida”.
Fue una experiencia muy emocionante y dentro de todo segura, pero me bastó para saber que nunca volvería hacerlo por voluntad propia.
Parir sin epidural. Me sedaron con gas de la risa, lo cual solo me hizo disociar mientras gritaba del dolor.