Cada familia tiene sus peculiaridades. Eso se hace demasiado evidente cuando unos desconocidos se van a vivir juntos en algún momento de sus vidas. Piensa en compañeros de piso o de pareja que de repente se dan cuenta de que las cosas cotidianas más básicas, así como las que la gente considera normales y aceptables, varían. Y varían mucho.
No es de extrañar que la gente crezca y se dé cuenta de que no todo lo que ocurría en casa de sus padres era realmente normal. En casos insólitos, las normas, hábitos y costumbres familiares pueden ser superraras.
Piensa en padres que no dejan que sus hijos se rían tumbados o en niños a los que sólo se les permitía darse una ducha rápida a la semana; éstas son algunas de las innumerables normas familiares discutibles que la gente confesó anteriormente en hilos que encontrarás aquí, aquí y aquí.
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Teníamos que dormir la siesta los domingos. Todos los domingos. Ahora que soy mayor me doy cuenta de que era la única oportunidad que tenían mis padres de echar un polvo.
Mi padre nos castigaba si el papel higiénico estaba mal puesto. Quería que quedara por detrás. Ahora que estoy casada y en mi propia casa siempre va por delante.
Mi madre no me dejaba tocar a mi hermano. Un abrazo de lado estaba bien para las fotos y hacer las paces después de una pelea, pero nada de mimos. Y su definición de mimos era que él se apoyara en mí en el sofá cuando estaba enfermo. Él es 5 años más joven que yo y rara vez nos llevábamos bien, así que algo así era raro. Me molestaba un poco cuando era más joven, me hacía sentir como si estuviera siendo una pervertida pero aún así no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Una vez, en un viaje en coche (yo estaba muy enferma de tos ferina), estaba tumbada en el asiento trasero y mi cabeza tocaba la pierna de mi hermano. Se puso como loca. "No. No. Eso no está bien. No está bien. Ponte de lado". ¡Él tenía 10 años! ¡Yo tenía 15! ¿Qué carajo te pasa, mamá?
Qué mujer más enferma, por favor, algo así debe afectar muchísimo a unos niños y me imagino que les habrá causado un trauma que tendrán que tratar siendo adultos.
No se me permitía salir con negros más oscuros que yo.
Tuve que masticar la comida 50 veces antes de tragar. Es más difícil de lo que parece. Comer sopa era una cabronada.
Me dijeron que mis amigas no podían quedarse a dormir porque podían asesinarme a mí y a mi familia. Mis padres siempre han inventado excusas extrañas para evitar tener una conversación sincera.
"Los '¡No puedo!' cuestan 25 centavos". No se nos permitía rendirnos ante algo y decir "no puedo", y tendríamos que meter una moneda en este banco de Snoopy si lo hacíamos. Quería animarnos a buscar soluciones y a pedir ayuda en lugar de rendirnos. A la larga, creo que me ayudó porque estudié ingeniería eléctrica y ahora soy desarrollador web, donde me paso el día resolviendo problemas.
-Yo no, pero mi mejor amiga, que tiene 18 años, no puede cerrar la puerta (aunque se esté cambiando de ropa) y si sus padres la pillan con la puerta cerrada, le cobran 5 dólares.
-También 10 dólares de multa si se deja la luz de la habitación encendida.
-No se le permite ver Harry Potter, Crepúsculo, etc... nada que tenga que ver con magia, o espíritus malignos sin importar si está clasificada como apta.
-¿No asistió a la iglesia el domingo por la mañana? Castigada por una semana y 5 dólares de multa.
Qué horror, que tus padres sean unos fanáticos religiosos debe ser una pesadilla
Durante la cena, cada uno de nosotros tuvo que comentar tres cosas que había aprendido ese día. Si no tenías tres cosas relevantes que comentar, no había postre.
Nada de Harry Potter, por culpa de todos los magos.
Ahora bien, podía entender la regla excepto por una cosa, se me permitía jugar a Dragones y Mazmoras, leer El Señor de los Anillos, tener amigos que eran literalmente ocultistas, pero nada de Harry Potter.
No se me permitía sentarme en mi cama. Me metía en problemas si mis amigos se sentaban en mi cama y arrugaban las sábanas. Tenían que estar tensas y planchadas, lo cual es casi imposible.
No era muy raro, pero nunca me dejaban decir que me aburría. Si lo decía demasiado a menudo, me obligaban a sentarme y no hacer nada durante una hora. Aprendí muy rápido que cualquier cosa era mejor que sentarse y no hacer nada.
No puedo salir de casa después de estornudar y no puedo hacer nada nuevo los martes porque nací en martes. Locas supersticiones que mi madre se niega a abandonar.
No es mi familia, pero la familia de mi mejor amigo siempre enjuagaba los hielos con agua antes de verter la bebida en el vaso para "quitar los bichos mecánicos".
Los padres de mi madre no dejaban que sus hijos se rieran tumbados. Cuando alguien hacía un chiste, si alguien estaba tumbado, tenía que sentarse y reírse.
Cuando tenía 14 años mi madre me prohibió hacerme selfies. Decía que eran innecesarios y egocéntricos. Eso fue en 2009 y la odié por ello, todos mis amigos publicaban fotos bonitas con la cámara en el espejo del baño y yo no podía. Ahora le estoy agradecida porque esas fotos dan mucha vergüenza ajena.
Mi madre no me dejaba usar el lavavajillas hasta bien entrada la adolescencia por si me resbalaba, me caía sobre el lavavajillas abierto y me clavaba cuchillos.
Tampoco le gustaba que me comprara cosas. Si le preguntaba dónde estaba la tabla de cortar no me lo decía. Yo le decía "dímelo y te la traigo", pero no, tenía que esperar a que dejara de hacer lo que estuviera haciendo para traérmela. Me volvía loca porque si seguía pidiéndoselo yo misma me gritaba que estaba siendo exigente. ¿Cómo puede ser exigente querer que no te molesten y ser independiente en el sentido más simple?
No se nos permitía cortarnos el pelo... nos llegaba casi a las rodillas (no era religioso NI cultural, simplemente, no tengo ni idea). Luego mi madre dejó que mis hermanas pequeñas se cortaran el suyo, pero a mí seguía sin permitírmelo. Cuando cumplí 18 años y por fin pude, la peluquera me dijo que tenía más de medio metro de puntas abiertas que me había quitado.
Nunca he comprendido esto. Tenía amigas que sus padres no les dejaban cortarse el pelo, es decir que tu padre te prohíbe cortar tu pelo porque, un ejemplo de una de ellas, es muy femenino el pelo largo. No lo comprendo, si alguna de mis hijas quiere raparse, adelante, si lo quiere llevar por los tobillos, es cosa de ella, es algo que solo afecta a ella y además es algo reversible porque el pelo crece de nuevo
Enero era el mes sin azúcar. Pero el 31 de diciembre era el día de comer todo el put* azúcar que tu cuerpo te permitiera.