25 Divertidos momentos “Esta es mi casa, pero ese no es mi gato” que dejaron a los humanos totalmente confundidos (Nuevas fotos)

"Mi pareja y yo lo conocimos hace, probablemente, 5 años. Nunca supimos de quién era, así que lo alimentábamos y pasaba la mayor parte de la noche con nosotros. Terminó siendo el gato de mis vecinos y su verdadero nombre era “Tonto” (le pusimos Homero porque no sabíamos como se llamaba). El año pasado tuvimos que mudarnos a una ciudad nueva a 3 horas de donde vivíamos; fue muy difícil dejarlo porque lo queríamos y lo cuidábamos como si fuera nuestro. ¡Mi pareja viaja a Melbourne y lo visita a veces! Hace unas semanas, nuestro antiguo vecino nos dijo que se iba a mudar y que iba a trabajar en las minas, así que estaba pensado en buscarle un nuevo hogar a Homero, por supuesto que dijimos que lo queríamos. En unos días nuestro pequeño muchacho gris estará con nosotros, estamos muy emocionados”.

"No tengo idea de dónde vivía el gato gordo, simplemente aparecía y se quedaba un rato. El otro resultó ser nuestro vecino de al lado, también le gustaba venir a pasar el rato y luego se iba a su casa”.

"Mi marido estaba en Puerto Rico cuidando a sus padres. Esta jovencita aparecía todo el tiempo y él se enamoró tanto que ahora ella es tejana. Era la casa de sus padres, pero no era su gato. Ahora, luego de una visita al veterinario, vacunas, certificado de viaje, viaje en avión con escala, ya es toda nuestra. Necesitabamos un gato negro para sumarlo a nuestra creciente camada involuntaria. (Se está adaptando bien al inglés. Es broma, es una gata, los gatos hacen lo que quieren con cualquier idioma)”.

"Este gato macho está profundamente dormido compartiendo una cama con una perra belga malinois. También tengo dos perros machos y a este gato le gusta acompañarme mientras los paseo. Todos los perros se llevan bien con el gato pero la perra es especialmente cariñosa con él”.

"Nuestros vecinos lo echaron. Viene a desayunar y a cenar, y a veces cuando llueve. Nos ha entrenado para que le demos golosinas. Ayer había buen clima, así que puse una manta en la terraza y me acosté para tomar un poco de aire fresco, giré la cabeza hacía la derecha y vi esto”.

"Este amiguito ha aprendido a caminar silenciosamente detrás de mí y meterse a mi casa cuando abro la puerta después de tomar café por la mañana. Esta fue mi reunión matutina del trabajo… mis compañeros me decían: “Se escuchan demasiados maullidos para alguien que no tiene gato”.

"Ahora es una gatita ruidosa, cariñosa y quisquillosa que exige su ‘tiempo de gatito’, una cama bien hecha y collares especiales. Ha pasado de no ser mi gato a ser un miembro de la familia”.