Esta tatuadora colombiana se negó a hacer un tatuaje degradante, pero nunca imaginarás la respuesta de la clienta

El amor… ese poderoso sentimiento que se apropia de una persona en cuerpo y alma. A veces se tiene la necesidad de gritarlo “a los cuatro vientos” o expresarlo de todas las maneras posibles para la posteridad. Y una forma de expresión que deja un recuerdo y una marca, literalmente, para conmemorar la belleza de amar a otro es el tatuaje. Esta práctica milenaria sirve para canalizar los deseos, las memorias, toda clase de símbolo significativo para alguien… hay un mundo de posibilidades para realizar arte en la piel.

Pero inspirarse en el amor romántico para la realización de un tatuaje puede traer polémica; existe un debate candente sobre esto. ¿Está bien tatuarse algo referido a una pareja? El cuerpo es un territorio exclusivamente personal, donde solo el portador debería tener la decisión. Sin embargo, se ponen sobre la mesa las dudas sobre la verdadera motivación detrás o la posibilidad de arrepentirse.

Esta discusión volvió a estar en primera plana gracias al acontecimiento que comentó una conocida tatuadora y creadora de contenido colombiana. Esta se negó rotundamente a realizar lo solicitado por una clienta acusando machismo, y no tardaron en aparecer argumentos a favor y en contra.

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Leidy Mora es tatuadora en su propio estudio en Bogotá, Colombia, y tiene más de 10 años de experiencia. Pero hace poco recibió una petición inusual que tuvo que compartir

Image credits: leidymora_666

Leidy Mora, como es conocida, suele compartir en su cuenta de TikTok —donde la siguen casi 2 millones de personas— diferentes experiencias que tiene en el día a día y en su estudio de tatuajes Pura Vida Estudio Tattoo. Suele hablar sin filtro, y esta vez no fue la excepción.

En un video publicado hace unos días, Leidy contó cómo se negó a tatuarle una frase a una clienta por considerarla denigrante para esta. Sucedió así: una mujer recurrió a la cuenta de Instagram del estudio para pedir información sobre la cotización de un tatuaje y, cuando le pidieron que explicara su idea, Leidy no podía creer lo que leía. La potencial clienta envió la composición de lo que tenía en mente y la frase que eligió fue: «Propiedad de Víctor», además de una fecha, presumiblemente significativa, y un «Por siempre» para finalizar.

Todo empezó de la manera normal, una clienta pidiendo presupuesto para tatuarse, y el estudio pidiendo indicaciones para calcularlo. En la muestra que envía la clienta dice claramente «Propietat de Victor»

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Escandalizada por las implicaciones del tatuaje, Leidy se disculpó con la mujer y dijo que no podría atenderla porque, según sus palabras, en su estudio no realizan tatuajes que atenten contra la moral de la mujer. Claramente, esto es algo que va en contra de sus ideales: «Me negué a hacer un tatuaje y no sé cómo llamar esto, ¿sororidad?, ¿ética? O simplemente que no quiero ser parte de estas cosas», explicó. «Con el paso de los años he hecho tatuajes así de los cuales me he arrepentido y como mujer digo: ‘No debí prestarme para hacer eso'».

Tras enseñar capturas del chat, Leidy se mostró preocupada por el bienestar de esta persona y procedió a descargarse sobre el asunto. «A mí se me hace feo negar un tatuaje», dijo. “Pero se me hace más feo tatuarle a alguien ¡propiedad de Víctor! (…) Tú no eres una cosa y me parece triste porque esto no era un chiste, era una cotización en serio», declaró.

Leidy fue incapaz de aceptar hacer este tipo de tatuaje, pues le parece denigrante que una persona sea etiquetada como «propiedad» cual objeto. Y así se lo comunicó a la clienta

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Luego explicó que en toda su carrera, que ya lleva una década, lo que más le piden es tapar nombres y fechas relacionadas con ex parejas. Aun así, no dejó de sorprenderle que alguien quisiera tener grabado la frase «Propiedad de…».

Además de querer comentar esta experiencia que la había disgustado, su intención fue hacerle llegar un mensaje a esta mujer sobre el amor propio y el valorarse a una misma. «Espero que esta chica entienda que no es una cosa de la que alguien pueda apropiarse y que el amor no se demuestra de esa manera. Eso no es amor, eso ya es un tipo de obsesión; eso no es sano. Siento un poco de tristeza porque hay gente que hace cosas muy locas para que las quieran y lo he visto en mi estudio de tatuajes muchas veces. Pero el amor no se mide con la locura de ‘me voy a tatuar tu nombre’ y ‘soy tu propiedad'».

Aquí puedes ver el vídeo donde explica su negativa a hacer este tatuaje. ¡Se volvió increíblemente viral!

@leidymora_666 #greenscreen ustedes que opinan 🤔? #soycreador #tattoobogota #tatuajes #parejas #amorproprio ♬ sonido original – Leidy Mora

En los comentarios del video, varias personas compartieron su postura sobre el tema y están de acuerdo con su proceder. «Estamos tratando de erradicar la ‘cosificación’ de la mujer, y también está en nosotras no propiciarlo. Tú hiciste muy bien», «Yo también me negaría a una propuesta así. Me parece denigrante y eso a la larga o corta, termina en arrepentimiento», «Soy tatuadora y a mí me ha tocado tapar tantos tatuajes así», «Ojalá que el haberle negado el tatuaje le haga pensarlo mejor».

Del otro lado, hubo gente que no veía las cosas como ella y defendieron la libertad de poder decidir sobre el propio cuerpo. «Pues es libre de tatuarse lo que quiera. Al fin y al cabo, se puede tapar o borrarlo», «Es su cuerpo y ella decide que hacer con él, así que no deberían meterse. Tal vez solo quería hacerlo porque lo deseaba y punto», «Que cada quien se dibuje lo que quiera, el cuerpo es propiedad de la dueña. No está bien querer obligarla o no a hacerlo solo porque a otra persona no le parece», «La verdad, eso no debería ser problema porque cada quien decide lo que se pone. Aunque si estás en tu derecho de negarte».

Pero, ¡oh, sorpresa! Tras la gran repercusión, la clienta volvió a contactar a Leidy, explicando un poco la situación

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Pero esta historia no termina allí. Recientemente, Leidy subió a TikTok la continuación. En un video de 8 minutos, comparte el intercambio posterior a la primera publicación que mantuvo con la chica en cuestión. La mujer enamorada le volvió a escribir para esclarecer su punto de vista y sus razones para querer tatuarse la ahora polémica frase.

Al comienzo, Leidy dejó en claro que no se esperaba la enorme repercusión que tuvo la primera parte de la historia. Y expresa que está de acuerdo con la premisa de que uno puede tatuarse lo que le plazca y, al mismo tiempo, ratificó que ella también es libre de elegir con lo que va a trabajar. «Por el hecho de que la gente me pague por un tatuaje no significa que me haga la tonta solo por la plata y les c***e la piel de la manera que quieran. Si yo sé, como tatuadora, desde un inicio que es mala idea, pues no lo hago, otra persona que no le importe la moral lo va a hacer».

Tras esta declaración, comenzó a compartir las capturas de la nueva conversación, con previa autorización de la otra parte. La chica, cordialmente, agradeció la preocupación por su bienestar y entiende que Leidy tenía el derecho a negarse a tatuarla. Pero expresa que no deberían opinar sin tener el contexto completo y juzgarla. Su intención fue manifestar un poco de su malestar por el primer video. Luego, Leidy le aclara que no tuvo intención de ofenderla, sino de animarla a reflexionar.

Más tarde, la mujer volvió a responderle para echar un poco más de luz sobre su decisión. Compartió que el proceso de elección de un tatuaje es meditado con cuidado y que puede llevarle meses; es así como llegó a marcar su piel con sus otros tatuajes que tienen todos una carga emocional importante.

La clienta, que dio permiso a Leidy para compartir sus mensajes, aclaró su punto de vista y dio algo de contexto: su relación no es de las más habituales, pero no es degradante en absoluto

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Aunque Leidy sigue manteniendo su postura, entiende ahora un poco más sobre el trasfondo y quiso compartir la versión de la chica porque consideró que merecía el derecho a réplica.

Esta no es la primera vez que la tatuadora tiene una anécdota llamativa sobre tatuajes y parejas. Hace un tiempo, también se hizo viral una publicación suya en Tiktok donde se escucha de fondo a una pareja discutir. La situación escaló a tal punto de que un espejo terminó roto.

La historia tuvo varias partes en las que Leidy contó que la pareja planeaba tatuarse una figura con la forma de las iniciales de cada uno y la fecha de su aniversario. Luego de terminar el tatuaje de la mujer, seguía el turno de su pareja pero este se echó para atrás y mantuvieron una acalorada discusión que terminó con el espejo roto debido a que ella le tiró el celular a él y este se corrió. El hombre se fue sin más y dejó sola a la chica que no tenía manera de pagar y se lo hizo saber enfáticamente a Leidy. Tuvo que intervenir la policía, pero la cuestión pareció terminar ahí.

Ella y su pareja practican el llamado BDSM, donde todo es consensuado, y este tipo de tatuajes de «propiedad» son de lo más habitual

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Tras el primer video, la mujer se contactó con la artista y le explicó su situación. Lamentaba lo que había sucedido y le comentó sobre su mala situación económica ya que dependía de su pareja. Ellos mantenían desde hace tiempo una relación complicada, con terceros en discordia de parte de él y un hijo en el medio. El hombre, tratando de enmendar las cosas, propuso un tatuaje en conjunto, pero se echó para atrás a último momento y la dejó sola sin que ella supiera qué hacer. Hoy es madre soltera, sin empleo y con un símbolo en honor a alguien que no la valoró.

Puede que esta sea una de las razones que hayan inspirado a Leidy a no querer seguir realizando tatuajes de pareja. No queda duda que lo importante a la hora de elegir realizarse un tatuaje es que sea una elección propia, debidamente meditada y con la certeza de los pros y contras.

La tatuadora no conocía estos detalles (que no son para todo el mundo, obviamente) y la clienta no tuvo reparos en compartir más información que ayudara a desestigmatizar las ideas preconcebidas al respecto

Image credits: leidymora_666

En los tiempos que corren, la idea de la “deconstrucción del amor romántico” está cada vez más presente en el sentido común de las personas. Pero los cuestionamientos a los supuestos tradicionales sobre el amor romántico y las relaciones de pareja han sido un proceso gradual que tuvo sus inicios en las décadas de 1960 y 1970 de la mano del movimiento feminista y otros movimientos sociales. Las activistas feministas argumentaban que las ideas de la monogamia favorecían a los hombres en detrimento de las mujeres, y que muchas relaciones románticas eran en realidad relaciones de poder disfrazadas de amor.

La deconstrucción del amor romántico es una corriente de pensamiento que cuestiona los estereotipos tradicionales asociados con el amor romántico en la cultura occidental, como la idea de «alma gemela», la dependencia emocional, la monogamia, la posesión y el mandato del amor para toda la vida. Desde esta perspectiva, se busca desafiar estos supuestos y cuestionar su validez, argumentando que pueden ser dañinos e incluso peligrosos. Por ejemplo, la idea de que alguien es una “posesión” de otra persona puede derivar en una relación tóxica, e incluso en la pérdida de la propia identidad.

En este segundo vídeo puedes ver la prolija explicación al respecto… ¡y se ha vuelto aún más viral que el primero!

@leidymora_666 #greenscreen aqui esta su respuesta ❤️#tattoos #parejas #soycreador ♬ sonido original – Leidy Mora

El proceso de deconstrucción del amor romántico atraviesa diversos ámbitos culturales, desde la literatura, el cine y las series hasta la psicología y la sociología. En las últimas décadas, el aumento de la diversidad sexual y de género ha llevado a una mayor reflexión sobre las formas en que la cultura occidental ha construido y limitado las posibilidades de las relaciones románticas y sexuales. Los nuevos paradigmas de amor proponen que se consideren otras formas de amor y de vincularse que puedan ser más libres, igualitarias y auténticas. Para ello, es fundamental que las parejas tengan una comunicación fluida y  establezcan acuerdos con los que ambas partes estén a gusto, y que, de lo contrario, puedan ser revisados.

¿Qué les pareció la actitud de Leidy Mora, queridos Pandas? Ustedes, ¿habrían hecho lo mismo que ella? ¿Qué opinan del amor romántico y de su deconstrucción? ¡Estamos ansiosos por escucharlos! ¡Cuéntennos todo en la sección de comentarios!

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