Me inspira mucho la resistencia de las llamadas «malas hierbas». Las busco en las aceras resquebrajadas cerca de las paredes que voy a pintar, y entonces las retrato a una escala ciertamente mucho mayor que la atención que les prestamos.
«Malas hierbas» es el mal nombre que se le da a las plantas que se encuentran en un lugar y un momento equivocado. Utilizo ese nombre, ya que ser una mala hierba tiene poco que ver con el valor intrínseco de la planta: en las calles encuentro especies invasivas, pero también flores silvestres benignas, plantas medicinales y otras que no tienen uso alguno para nosotros. De todas formas, a mi me parecen bonitas y pinto todas ellas.
Por eso he recreado algunos de estos murales como animaciones sin moverse del sitio: para dejar que estas pinturas callejeras no solo existan, ¡sino que también actúen como malas hierbas! Para hacer esto, pinto cada tallo y cada hoja incrementándolos 1 centímetro cada vez, fotografiándolos durante horas y días. Puedes ver el resultado en el vídeo de más abajo.
Más información en: monacaron.com
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