“Buen chico” (nice guy) es un término informal en la jerga de internet para describir a un hombre que tiene la idea de formar una amistad que, con el tiempo, se transforma en un romance o cuya generosidad sea recompensada con sexo. A menudo, un “chico bueno” trata de brindarle apoyo emocional a una mujer cuando ella está teniendo dificultades con su pareja. Así, se posiciona como una alternativa perfecta. Alguien que “nunca haría tal cosa”. Alguien que la trate con “respeto”.
Sin embargo, cuando los rechazan, estos “chicos buenos” no pueden soportarlo. La posibilidad de quedarse involuntariamente célibes amenaza a su ego, por lo que se ponen a la defensiva y atacan a las mujeres. Les dicen que todo es su culpa. “A las chicas solo les gustan los chicos malos”, piensan. “Los chicos buenos siempre terminan últimos”.
La mayoría sabemos cómo funciona el asunto. Pero ¿qué sucede cuando realmente les damos una oportunidad? Bueno, el usuario de Reddit Between3and20eh quiso averiguarlo. Les pidió a las mujeres que tuvieron un “buen chico” en sus vidas que cuenten cómo fue. Por fortuna, su pedido tuvo respuesta y la publicación alcanzó a tener más de 1000 comentarios. A continuación, lean algunos.
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Intentó violarme porque ahora “pertenecía a él y solo a él”. Creía que una mujer no podía negarse. Terminó en el hospital gracias a mí.
Salió con sus amigos a jugar a los bolos y cuando volvió a casa, se quejó de que por primera vez en su vida una chica linda había flirteado con él, justo cuando, por desgracia, tenía novia. Se veía genuinamente triste de tener que rechazarla y pretendía que yo estuviese agradecida de que lo hubiera hecho.
Jessie-Anne Bird, una psicóloga educacional, con base en Johannesburgo, Sudáfrica, que se enfoca en evaluar y armar intervenciones psicoterapéuticas con niños y adolescentes, le contó a Bored Panda que los “chicos buenos” no son una construcción psicológica, por lo que ahí el fenómeno no se ha investigado. “Sin embargo, las expectativas en una relación transaccional dentro de las relaciones pueden considerarse como una forma de cosificación, es decir, el error de no ver a otros como seres iguales con necesidades, motivaciones y emociones propias”, dijo.
De acuerdo con la psicóloga, la creencia de que los otros solo existen para satisfacer las necesidades de uno puede asociarse con los diferentes niveles de narcisismo. “El narcisismo se desarrolla como un mecanismo de defensa contra los sentimientos de vulnerabilidad e insuficiencia. El rechazo puede ‘romper’ con ese mecanismo, lo que los lleva a experimentar emociones difíciles e intensas, que a su vez pueden estallar si no poseen las herramientas adecuadas para regularlas”.
Nos enamoramos y nos casamos. Hice TODO por y para él: cociné, limpié, hice el jardín, saqué la basura, me encargué de todas las cosas domésticas como las boletas, lo cuidé luego de una cirugía importante, planché sus camisas y le empacaba los almuerzos. A cambio, me recordaba lo afortunada que era de que él no fuera como esos hombres horribles que salían a beber todo el tiempo, lo afortunada que era de tener un hombre tan bueno. Me dejó por una amiga mía y me arruinó financieramente ya que se llevó una buena parte de nuestros ahorros… Ahora me doy cuenta de que no quiero algo “bueno”. Me conseguí un “chico malo” que además resulta que es un “buen hombre”. Sexi y apasionante pero con un corazón de oro.
Era el amigo de un amigo. Tuvimos una cita y simplemente no congeniamos.
Lo último que supe de él fue una larga diatriba sobre cómo los inmigrantes robaban sus chances de conseguir una novia porque “a las chicas les gusta que los malvados musulmanes las maltraten y por eso los chicos buenos están siempre solos”. Ahí es cuando me di cuenta de que esquivé una bala.
Salí con un “chico bueno” que pertenecía a mi grupo de amigos porque estaba muy interesado en mí, y todos mis amigos querían que le diera una oportunidad. Lo soporté por 6 meses en los que me pedía mi ubicación en todo momento y se aparecía sin anunciar y sin ser invitado las noches que yo salía.
Justificó su comportamiento al decir que “nunca había salido con alguien tan linda como yo”. Nunca más.
Es importante recordar que las personas pueden cambiar. “A veces simplemente carecen de las herramientas o el conocimiento para hacerlo por su cuenta”, explicó Bird. “El cambio, sin embargo, requiere de la habilidad para reflexionar sobre las acciones de uno mismo, lo que necesita vulnerabilidad y estar abierto a las emociones difíciles”.
“Todos podemos ser ‘chicos buenos’ a veces si no tenemos cuidado”, la psicóloga señaló. Con eso dicho, “uno debería ser precavido con aquellas personas que tienen dificultades para respetar los límites personas, o que se sienten con derecho a acaparar el tiempo o la atención de otros. Presta mucha atención a cómo otros responden a este límite o si tienen dificultades para calmarse en una manera tranquila y comprensiva”.
No me fue bien. Era gracioso y agradable en público, pero se convertía en una persona diferente puertas adentro. Básicamente, el típico abusador: manipulador, controlador y demandante. Quería hacerme unas cosas muy raras y degradantes durante el sexo y actuaba como si yo fuese la psicópata por no querer hacer eso. Hacía comentarios enojados como “solo trato de ser romántico y TÚ eres la que se asusta”. Me fui de esa relación antes de que me golpeara o me violara, pero no tenía dudas de que eso era lo que me deparaba el futuro. Ah, y seguía insistiendo con que era el chico más bueno que jamás hubiera conocido.
El doctor Robert Glover, que se interesa en los “chicos buenos”, dice que estos hombres suelen tratar de formar “contratos encubiertos” con el objeto de sus afectos. Tienen un lado siniestro. Poniéndose en la mente de un típico “chico bueno”, el Dr. Glover comentó que la persona en la que el chico está interesado debería recompensar sus acciones al convertirse en su novio o novia. Para él, así es como funcionan estas cosas. Este “chico bueno” atacará si no recibe lo esperado, lo que puede tener influencias indirectas por parte de los complejos de privilegio misóginos.
En una entrevista anterior con Bored Panda, la consejera y psicoterapeuta Tati Silva contó que la misoginia ocurre de manera inconsciente, cuando la persona se conecta con el odio generado temprano en la vida, a menudo como resultado de un trauma que involucra a una figura femenina en quien esa persona confiaba. Por supuesto que hay excepciones. “Esto no aplica a todos, porque de verdad hay hombres y mujeres agradables allí afuera a los que no les va a molestar estar en la categoría de amigos, que van a respetar tu opinión. Son los que no esperan una recompensa”, cuenta Silva.
“Para todos aquellos hombres disfrazados de ‘chicos buenos’, está bien mostrarse vulnerable o ser uno mismo con la persona con la que estás en la cita. Esto puede avanzar un poco más tu relación en lugar de bloquearla por completo”, Silva sugirió en ese entonces. “Las personas tienen el derecho a negarse y no deber nada. La verdadera gentileza es no esperar nada a cambio”.
Se volvió emocionalmente abusivo. Me quedé embarazada; insistió que lo mantuviera. Mi hijo tiene 8 años y solo vio a su padre una vez.
Lo conocí en Tinder y salimos a comer. Insistió con pagar ya que habíamos ido con mi auto. Empezamos una relación, y me acuerdo de que pensé que en 9 meses nunca habíamos discutido (lo opuesto a mi relación anterior). Nos mudamos juntos y adoptamos un perro. El otro día, tuvimos una discusión y me di cuenta de que sí las tenemos, pero él simplemente lo habla en lugar de gritarlo. Compramos una casa y en unas semanas cumpliremos dos años juntos. Estoy muy contenta de haber conseguido lo opuesto a mi tipo usual. Lo amo tanto.
Una vez me dijo: “Ojalá te hubieran abusado así te darías cuenta lo buen tipo que soy”. Qué diablos. ¡¿Quién dice eso?!
Hice match con un chico en Tinder porque tenía una foto graciosa que quería comentarle. La conversación fue en verdad muy agradable, y me preguntó si quería ir a tomar un café. Supuse que sería bueno tener un amigo.
Fue un buen chico durante nuestra cita, y aunque no lo consideré atractivo en un principio, que fuera muy amable me hizo interesarme en él. Sentí que había visto la luz; ¡quizás debería salir con alguien que es un agradable en lugar de fijarme en cómo se ven!
Para resumir: me mudé a otro país por él. Se volvió muy controlador, malhumorado y agresivo. Se convirtió en una relación abusiva (emocional y físicamente) y ya no confío en mi criterio.
Parecía un poco tímido pero a la vez torpe, inteligente y genuinamente amable cuando me empezó a hablar, por lo que accedí a salir con él y al principio nos llevamos bien. Tuvimos conversaciones profundas e interesantes sobre nuestros desafíos personales, conoció rápido a mis amigos y fui la primera a la que llamó luego de tener una emergencia familiar. Estábamos los dos en un lugar vulnerable, pero las cosas progresaron bastante bien desde ese punto.
Un día estábamos en la cama y lo vi utilizando Tinder. Cuando se lo comenté, me contestó que al salir conmigo se dio cuenta que necesitaba salir con otras personas para tener más experiencia y confianza con las mujeres, pero que solo había tenido relaciones con otras en sus casas y yo seguía siendo su primera opción. Me puse como loca, lloré y rompí cosas. Al día siguiente me llamó para preguntarme si quería ir a ver la nueva película de Los Juegos del Hambre.
La semana que viene tengo un examen de ETS. Me acosó en el trabajo durante unos 6 meses. :)
Terminé denunciándolo con la policía y mudándome de apartamento porque no le gustó cuando rompí la relación. Se pasó horas afuera de mi casa y me exigió una explicación, porque no podía entender que no quisiera estar con él. Estaba convencido de que alguien me había persuadido de terminar la relación, y de que si escuchaba lo que tuviera para decir, cambiaría de opinión. Me tomó 3 visitas a la policía y un cambio de dirección antes de que entendiera el punto.
Era muy agradable conmigo, pero se ponía celoso muy fácilmente cada vez que otro hombre me hablaba. Éramos amigos y salimos una sola vez, pero tenía la necesidad de hacerme sentir mal cada vez que otros hombres me prestaban un poco de atención. También tenía un horrible problema con la bebida y serios problemas de enojo. Y todo el tiempo que intentó conquistarme, también intentó volver con su ex novia y la terminó embarazando. Así que, sí, no me arrepiento de que se haya terminado.
Todos los hombres que conozco o con los que salí que tuvieron la necesidad de catalogarse como “chicos buenos” terminaron siendo seres humanos completamente horribles. O tenían un mal temperamento, terribles valores morales, o no tomaban un “no” por respuesta. Uno incluso era un alcohólico emocionalmente abusivo.
Los verdaderos chicos buenos con los que salí o consideré amigos eran los que no tenían la necesidad de etiquetarse así. De hecho, los mejores son los que solían advertirme que no eran tan buenos, pero siempre terminaban siendo los más dulces, más comprensivos, agradecidos y amables que tuve el gusto de conocer.
Tuvimos una relación; era atento y “no como los otros chicos”. No era mi tipo realmente, pero HABÍA salido con personas que realmente me trataron mal, por lo que pensé que era hora de tomar una decisión más madura y salir con alguien con trabajo, que me respetara, etc.
Me propuso matrimonio muy rápido. Me casé con él. Adelantándonos en el tiempo, se convirtió lentamente en la persona más abusiva que jamás conocí, que exigía que fuera su esclava sexual. Era adicto al porno, las drogas, los videojuegos y creía que “no era como los otros chicos”. Según él, era especial. Era más honesto, inteligente, etc., que cualquier otra persona en el mundo, y decía que yo no lo apreciaba lo suficiente.
Me convertí en una prisionera en mi propio hogar, él controlaba todo mi dinero y mi vida social. Me sentía horrible. Un día me atacó físicamente, en un intento coercitivo y básico de violarme. Huí de casa, presa del pánico y el miedo. Me mandó un mail que parecía un manifiesto en el que no podía volver a casa (de la cual ambos éramos dueños) a menos que estuviera 100% de acuerdo de someterme a su total control sexual todo el tiempo. Todavía intenta recuperarme, alegando que “cambió” y que me extraña. Chicos buenos, ni siquiera una vez.
Absolutamente horrible.
Hablaba mucho acerca de lo mucho que había tenido que sobrellevar en su vida y que había aprendido tanto al punto de considerarse al fin un “buen chico”.
Pero qué sorpresa, no lo era.
Lo descubrí en las 4 citas (casuales) que tuvimos.
-Lo arrestaron hace poco por golpear a un hombre solo porque estaba “hacienda mucho ruido con el clic de su lapicera y no paraba”.
-La última chica con la que salió lo dejó porque él le dijo muchas cosas verdaderamente despectivas, pero ¡ey! ¡no te preocupes!, que él había aprendido del pasado.
-Era dependiente y posesivo, y menospreciaba a las mujeres que tenían múltiples parejas sexuales.
-Dejó a una chica sola en un cine por la noche porque era aburrida.
Dije ¡no! y me alejé de esa situación, pero me sigue enviando mensajes y acosándome. Me ruega para que le dé otra oportunidad después de que le dije en reiteradas ocasiones que me deje en paz.
El tipo tiene 25 años y actúa como uno de 12.
Tuve una cita con un “chico bueno” de Tinder que no llegó a la siguiente por esta razón.
Vivía en otra ciudad así que insitió en tener una cita todo el día (vive a unos 50 minutos de distancia). Le comenté que no me sentía cómoda con anotarme para una cita de más de 8 horas con alquien que no había conocido, pero siguió insistiendo en que tenía que hacerlo valer la pena. En este punto le dije que sentía que la relación que no iría a ningún lado y que me estaba poniendo bajo presión y me hacía sentir un poco incómoda. Le dije que, siendo honestos, podría no funcionar, así que mejor dejarlo ahí.
Entonces me dice que va a reservar una habitación en un hotel y venir. Le expliqué que era muy dulce, pero que me estaba incomodando. A lo que me contesta que puedo usar la cama y que él sería un caballero y usaría el sofá… Le expliqué que parecía tener la idea equivocada, que no iría a un hotel con él y que me sentía incómoda, que no quería verlo. Sigue presionando: me dice que es un buen chico y que no me haría tener sexo con él si no quería. Le dije que no. No quería ir a un hotel. No quería conocerlo. Es demasiada presión, y al ser alguien que no conocía, me sentía intranquila, que muchas gracias y suerte en tu búsqueda…
Pero aparentemente tenía que darle una oportunidad. Él estaba dispuesto a venir hasta aquí. Le dije que no. Encontraba nuevas cosas para mandarme por mensaje. Usó mi número de telefono para agregarme a Snapchat y decirme que podía ver la calle de mi casa. En este punto me empecé a sentir muy incómoda. No sabía que tenía mi ubicación prendida. Lo bloqueé. Me escribió otra cosa por mensaje así que le dije que había vuelto con mi ex novio. (Me junto seguido con mi ex, somos buenos amigos, así que está dispuesto a “charlar con él”). Entonces empezó a decir que mi ex tuvo su oportunidad y la perdió, que él es mucho más agradable que mi ex, que me trataría como a una princesa y me alabará y que mi ex desperdició su oportunidad, etc.
Le explico que esa es mi decisión. Que gracias y adiós. Que por favor dejara de escribirme por otros lugares ya que no es apropiado y ya lo había bloqueado en 3 redes.
4 meses después, me mudo a otra ciudad. Es el chico bueno que dice que me vio en Bumble en esta nueva ciudad y que, aunque no nos conectamos, pareciera que las cosas no funcionaron con mi ex. Usa Instagram y puede ver que estoy cerca de la estación (¿eso existe?). Cree que tenemos que salir porque se lo debía.
Lo volví a bloquear. Le pedí a un amigo que se quedara esa noche conmigo.
Tuvimos dos citas. Trató de “sorprenderme” en mi trabajo luego de la primera. Pensé que era extraño, pero tenía 19 años y no muy conocedora del mundo todavía. En la segunda cita, le dije que era un buen chico pero que yo no me sentía atraída.
Empezó a GRITARME, al punto que extraños tuvieron que intervenir porque estaba usando lenguaje abusivo y trató de agarrarme del brazo. Es al día de hoy que estoy agradecida de que sucedió en un lugar público, porque no tengo dudas de que se hubiera puesto violento si hubiese sido de otra forma.
