20 Famosos misterios «sin resolver» que en realidad han sido resueltos

Los científicos estaban confundidos sobre por qué la friolera del 70% de los fósiles de mamut eran machos y los de hembras eran tan raros. En 2017, el Museo Sueco de Historia Natural descubrió que esto se debía a las malas condiciones de vida de los mamuts machos.

Cuando los mamuts machos llegaban a la edad adulta, eran expulsados de las manadas lideradas por las hembras. Los machos vivían entonces como ermitaños o formaban manadas de solteros. Así, los machos exiliados adoptaban comportamientos más arriesgados que les permitían una mayor probabilidad de conservación de los fósiles, como quedar atrapados en un sumidero o en una ciénaga.

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Es uno de los colapsos sociales más destacados de la historia de la humanidad. Los mayas abandonaron aparentemente su compleja civilización y desaparecieron en la selva centroamericana. Durante siglos, la gente se preguntó acerca de la desaparición, teorizando de todo, desde una revuelta interna de los campesinos, hasta la conquista por parte de un pueblo externo y desconocido, pasando por un holocausto ovni.

No fue hasta 2005 que se planteó una teoría legítima para explicar lo sucedido, teoría que se confirmó en 2012. La civilización maya se derrumbó debido a un desastre medioambiental creado por ellos mismos. Los mayas talaron demasiados árboles, lo que redujo la capacidad de la tierra para absorber la radiación solar. Esto hizo que las lluvias fueran más escasas, lo que provocó una sequía paralizante. Los mayas abandonaron su tierra no por culpa de los extraterrestres o de una revuelta, sino para encontrar comida.

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Racetrack Playa es un lecho de lago plano y seco en medio de un desierto con la menor elevación de Norteamérica. También alberga unas misteriosas "piedras navegantes" que han desconcertado a los visitantes desde principios del siglo XX. Para un observador inexperto, parece que estas piedras se han desplazado por la superficie del lecho del lago por sí solas, dejando huellas de hasta 455 metros de longitud sin ninguna señal de interferencia humana o animal. Se han propuesto muchas teorías para explicar este fenómeno, como fuertes vientos, la atracción del campo magnético de la Tierra, un bromista inteligente o, una vez más, extraterrestres.

Pero gracias a un equipo de científicos, ahora sabemos por qué se mueven estas piedras. En 2011, los investigadores del Instituto Scripps de Oceanografía colocaron dispositivos GPS en 15 rocas y se marcharon para monitorizarlas. Dos años después, volvieron al lugar y tuvieron la suerte de presenciar el fenómeno en persona. Cuando el Valle de la Muerte recibe una rara tormenta de invierno, el agua puede acumularse en el lecho del lago y congelarse durante la noche, creando grandes placas de hielo alrededor de las rocas. Por la mañana, el hielo se descongela y se agrieta en grandes placas, y basta con una ligera ráfaga de viento para que el hielo se desplace por la superficie del lecho del lago. Las placas de hielo empujan las rocas por el lecho del lago y luego se derriten, dejando sólo las huellas de las rocas. Los científicos llamaron al fenómeno "empuje del hielo". Uno de ellos describió en broma el estudio como "el experimento más aburrido de la historia".

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Probablemente construido en algún momento alrededor de 450 CE, el pilar de hierro de 7 metros de altura encontrado en el antiguo Complejo Qutb de Delhi sorprendió tanto a los lugareños como a los científicos por su aparente resistencia a la oxidación. Abundaron las teorías sobre este "artefacto fuera de lugar", y una de las explicaciones fue que había sido construido por extraterrestres, ya que la población local de la época no podía haber construido un objeto tan resistente a los elementos.

Sin embargo, un reciente análisis científico ha demostrado que esta hazaña no sólo estaba al alcance de los antiguos, sino que también ha revelado por qué el pilar no se oxida. Está recubierto de una fina capa de hidrógeno fosfato de hierro (también llamado misawita), que mantiene los elementos fuera. Es probable que la película acabara en el pilar por una combinación de impurezas en el hierro y los primitivos hornos que utilizaban los metalúrgicos. No se necesitan antiguos astronautas.

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Los restos de los Romanov fueron redescubiertos en 1979, y finalmente fueron comprobados tras la caída de la Unión Soviética en 1991

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Para millones de cristianos, la Sábana Santa es uno de los iconos religiosos más venerados del mundo. El sudario es un trozo de tela de lino de 4 metros que supuestamente se utilizó para envolver el cuerpo de Jesús para su entierro. Lo más llamativo es que el sudario presenta la imagen en negativo de un varón adulto, supuestamente el propio Jesús. Algunos han sugerido que la imagen es en realidad una mancha de sangre increíblemente detallada dejada por el cuerpo de Jesús. Desde 1578, el sudario reside en la catedral de San Giovanni Battista de Turín (Italia), donde atrae a miles de visitantes cada año.

Para algunos, la validez de un icono religioso es una cuestión de fe, no de ciencia. Pero gracias a las modernas técnicas de datación por carbono, los científicos han podido demostrar que la Sábana Santa no pudo ser el verdadero sudario de Jesús. La Biblia no especifica exactamente en qué año pereció Jesús, pero la mayoría de los estudiosos coinciden en que fue el año 33 d.C. En 1988, la datación por carbono demostró que la Sábana Santa se originó en la Edad Media. Los científicos forenses también examinaron los patrones de salpicaduras de sangre en el sudario y concluyeron que fueron hechas por alguien sentado en diversas posiciones, no acostado como un cadáver.

Tradicionalmente, las iglesias y catedrales como la de San Giovanni Battista han exhibido reliquias sagradas supuestamente pertenecientes a Jesús, los santos y otras figuras religiosas importantes. Estas reliquias sagradas no eran sólo objetos de culto, sino también grandes fuentes de ingresos que atraían a miles de peregrinos, al igual que hoy. Al igual que la Sábana Santa, la procedencia de estas reliquias es imposible de demostrar. En los últimos años, el Vaticano ha clasificado oficialmente la Sábana Santa como "un icono" y no como una reliquia sagrada literal.

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Durante décadas, marineros, pilotos y viajeros han temido el Triángulo de las Bermudas. Esta zona se encuentra en el Océano Atlántico y en ella han desaparecido "misteriosamente" al menos 50 barcos y 20 aviones. Las historias sobre desapariciones en la zona del Triángulo de las Bermudas se remontan a siglos atrás, pero el nombre de "Triángulo de las Bermudas" fue acuñado en 1964 por el escritor de ciencia-ficción Vincent Gaddis, que escribió un artículo al respecto para la revista Argosy. A lo largo de los años, muchas teorías han intentado explicar estas desapariciones, entre ellas la del campo magnético de la Tierra que interfiere con los instrumentos de navegación; la de enormes burbujas de gas metano que estallan en la superficie del océano; la de críptidos como monstruos marinos o extraterrestres; y la de algo relacionado con la ciudad perdida de la Atlántida.

No se trata de desacreditar estas explicaciones, porque el verdadero fallo de la teoría del Triángulo de las Bermudas es la premisa de que allí se produce un número inusualmente alto de percances con barcos y aviones. El piloto y autor Larry Kusche pasó años investigando estas desapariciones, y encontró que muchas de las desapariciones reportadas no ocurrieron realmente dentro del Triángulo de las Bermudas. En cuanto a los naufragios y los incidentes aéreos, Kusche y otros organismos, como la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica, han señalado que las catástrofes marítimas ocurren más o menos al mismo ritmo dentro del Triángulo que en cualquier otro lugar.

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Desde hace casi 1,500 años, la gente dice haber visto una enorme y misteriosa criatura que vive en el Lago Ness, un lago de agua dulce cerca de Inverness (Escocia). La primera referencia a un monstruo lacustre escocés se remonta a la biografía de San Columba, escrita en el año 565. Los informes continuaron periódicamente después, pero se dispararon en 1933, cuando se construyó una carretera a lo largo de la orilla del lago Ness.

Un año después, el médico británico Robert Wilson compartió la famosa fotografía del Monstruo del Lago Ness, que pretendía revelar al monstruo en su hábitat natural (y no se parece en nada a un juguete de plástico de dinosaurio en una bañera). Aunque Wilson admitió más tarde que la foto era un engaño, la creencia en la leyenda persiste hasta hoy. En 2012, una cuarta parte de los escoceses creía que Nessie era real, o al menos así lo afirmaron a un encuestador. Algunos creen que el Monstruo del Lago Ness es un superviviente prehistórico, un dinosaurio que de alguna manera ha sobrevivido hasta nuestros días. Otros creen que es un críptido.
Nunca ha habido pruebas concretas de que un monstruo lacustre viva en el Lago Ness, ni siquiera un cadáver desechado. Entonces, ¿por qué hay tanta gente que lo sigue creyendo? Como ocurre con muchos de estos mitos populares, no es porque la gente alucine, o porque vea algo que no existe en realidad; es más probable que vea algún tipo de criatura y malinterprete lo que es. Los escépticos han sugerido que muchos de los supuestos avistamientos de Nessie son en realidad grandes peces nativos de la zona, posiblemente un bagre wels, un esturión o un tiburón de Groenlandia.

En 2019, un equipo de investigadores de Nueva Zelanda analizó muestras de agua del lago Ness y estudió el ADN de cada tipo de organismo vivo encontrado en su interior. No encontraron evidencia de dinosaurios, esturiones, bagres o tiburones, ni tampoco el ADN de un organismo previamente desconocido. Sin embargo, sí encontraron mucho ADN de anguila. Al igual que muchos lagos de agua dulce de Europa, el lago Ness alberga al congrio europeo, una especie de anguila que desova en el mar de los Sargazos, cerca de las Bahamas, y que migra a las masas de agua europeas. Los congrios europeos pueden llegar a medir 2 metros y pesar hasta 60 kilos, lo que los convierte en los candidatos más probables a Nessie. Si hay un animal más grande viviendo en el Lago Ness, no ha dejado ningún ADN.

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Los círculos en los cultivos no son una prueba de que los extraterrestres hayan visitado la Tierra; la explicación es mucho más mundana. Los informes sobre círculos en las cosechas aparecen ya en el siglo XVI, pero no se convirtieron en objeto de fascinación pública hasta 1978, cuando apareció uno en un campo cerca de Warminster, en Wiltshire (Inglaterra). Fue entonces cuando aparecieron cientos de agroglifos en todo el sur de Inglaterra y en todo el mundo. Como era de esperar, algunos culparon a los extraterrestres de hacerlos. Se creía que los círculos en las cosechas eran en realidad "nidos de platillos volantes" o lugares de aterrizaje de ovnis.

Sin embargo, los círculos en las cosechas son un engaño. Lo siento, fanáticos de los extraterrestres. En 1991, los amigos Doug Bower y Dave Chorley admitieron que habían creado el círculo de la cosecha original de Wiltshire. Admitieron que se habían inspirado en una carta publicada en un número de 1963 de la revista New Scientist sobre "nidos de platillos voladores", y decidieron divertirse un poco y ver si podían hacer uno ellos mismos. Incluso mostraron a la BBC cómo lo hicieron exactamente: Utilizaron un artilugio llamado "stomper", es decir, una simple tabla con cuerdas atadas en cada extremo. Uno de ellos se colocaba sosteniendo un extremo de la cuerda, mientras el otro estiraba el extremo opuesto de la cuerda hasta donde llegaba y caminaba en círculo, permitiendo que la tabla empujara suavemente los tallos de las plantas. Bower y Chorley admitieron haber realizado cientos de círculos de las cosechas en toda Inglaterra, trabajando siempre al amparo de la oscuridad. A pesar de su confesión, algunas personas siguen creyendo que los agroglifos son lugares de aterrizaje de ovnis.

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Prácticamente desde que se inventó la navegación, los marineros han declarado haber visto misteriosos objetos flotantes en el horizonte. El más famoso de ellos es el "Holandés Errante", cuyos avistamientos se originaron probablemente en el siglo XVII, pero persistieron hasta el siglo XX. Por lo general, estos avistamientos tenían detalles similares: Un barco fantasma aparece justo en el horizonte y parece estar iluminado por algún tipo de luz sobrenatural, normalmente durante una tormenta. Los marineros teorizaban que este barco fantasma era un antiguo buque comercial holandés condenado a navegar por el océano durante toda la eternidad, y que cada vez que aparecía ante los marineros vivos, era un mal presagio. Los poemas sobre barcos fantasma ayudaron a difundir aún más estas leyendas, como Rokeby, de Walter Scott, o The Rime of the Ancient Mariner, de Samuel Taylor Coleridge.

Los barcos fantasma son sólo un tipo de objeto sobrenatural que la gente ha visto en el mar. En 1643, el sacerdote jesuita Domenico Giardina declaró haber visto una ciudad flotante sobre el estrecho de Mesina, justo en el horizonte. En 1810, los cartógrafos Yakov Sannikov y Matvei Gedenschtrom declararon haber visto una masa de tierra flotante entre las Nuevas Islas Siberianas.

En realidad, los informes sobre barcos, ciudades e islas fantasma son todos ejemplos de una ilusión óptica común llamada "Fata Morgana". (El nombre deriva del personaje Morgan le Fay, una hechicera de la leyenda del Rey Arturo que podía crear ilusiones seductoras). Una Fata Morgana se debe a la forma en que nuestro ojo percibe la luz cuando atraviesa espacios con diferentes densidades. En la superficie del océano, el agua mantiene el aire relativamente fresco. Por encima de esa capa de aire frío hay otra capa de aire más caliente. Estas diferencias de temperatura crean capas atmosféricas con densidades diferentes. Cuando la luz pasa a través de ellas, se refracta, o se dobla. El ojo humano asume que la luz que puede ver viaja en línea recta, por lo que, desde la distancia, la refracción puede hacer que un objeto en la superficie del agua parezca que está flotando sobre ella. Lo más probable es que los marineros supersticiosos vieran barcos reales. Sólo parecían flotar en el aire.

Los Fata Morganas son lo suficientemente convincentes como para que, aunque ahora conozcamos su causa, sigamos cayendo en ellos. En 2015, los residentes de Foshan y Jiangxi dijeron haber visto una ciudad flotante en el cielo. Una vez más, era solo un espejismo.

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Los extraterrestres parecen recibir mucho crédito de los conspiranoicos. Los extraterrestres no ayudaron a construir las pirámides egipcias, aunque las piedras hubieran sido difíciles de mover. En 2014, físicos de la Universidad de Ámsterdam disiparon los rumores al poner a prueba un método encontrado en el dibujo de una tumba antigua. Determinaron que los trabajadores transportaban los enormes bloques de piedra en una especie de trineo. Al verter agua sobre arena o arcilla resbaladiza como una especie de lubricante, los trabajadores reducían la fricción de su camino y arrastraban los grandes bloques para construir las pirámides.

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David Lee Niles, de 72 años, desapareció tras salir de un bar en Byron Township, Michigan, en 2006. Niles había estado sufriendo tanto de cáncer como de depresión, por lo que su familia había asumido lo peor, que se había quitado la vida, llegando a publicar un obituario para él en 2011. Tardaron nueve años en averiguar qué había pasado, pero la respuesta resultó ser sorprendentemente obvia. La respuesta siempre estuvo ahí.

Un trabajador de mantenimiento que instalaba las luces de Navidad con una grúa en una funeraria cercana vio un coche en un pequeño lago cercano, y los buzos de la policía confirmaron que era Niles cuando encontraron su cartera. Pero el giro es que el coche era claramente visible en Google Maps. Cualquiera que mirara al lago podría haberlo visto.

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En 1911, el explorador y geógrafo Thomas Griffith Taylor se topó con un extraño espectáculo en el borde del glaciar Taylor en la Antártida Oriental. Taylor observó la aparición de agua roja de color sangre que salía del glaciar. Al principio, los científicos pensaron que era algún tipo de alga la que daba el color rojizo al agua. Finalmente, se dieron cuenta de que los óxidos de hierro eran la razón, pero la forma en que esto ocurría siguió siendo un misterio durante más de 100 años. En 2017, los científicos finalmente descubrieron la fuente. Utilizando un radar de sondeo por radio-eco, pudieron descubrir que la cascada estaba conectada a una fuente de agua rica en hierro atrapada bajo el glaciar. Se cree que la fuente de agua salobre tiene más de un millón de años, lo que convierte a las Cataratas de Sangre en una cascada muy extraña y muy antigua.

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El folclore europeo está repleto de criaturas fantásticas, desde los duendes hasta los boggarts y Baba Yaga, y uno de los mitos populares más perdurables es el del "Will-O'The-Wisp". A lo largo de la historia, la gente ha declarado haber visto misteriosas luces parpadeantes que flotaban sobre pantanos y tierras pantanosas por la noche. Los testigos han especulado que estas luces son espíritus atrapados en el limbo y que vagan por la Tierra. A menudo, el avistamiento de un will-o'-the-wisp se considera un mal presagio. Aunque el término es originario de Gran Bretaña, los testamentos aparecen en diferentes culturas de todo el mundo.

La "mitología comparada" es un término que se utiliza cuando diferentes sociedades tienen mitos similares. Diferentes culturas pueden tener un folclore casi idéntico, ya sea porque su folclore refleja una preocupación humana universal (por ejemplo, la creencia en la vida después de la muerte) o porque todas se inspiran en el mismo fenómeno natural.

En este caso, es esto último. Lo más probable es que los informes de Will-o'-the-wisp sean realmente avistamientos de gas de pantano. Normalmente, cuando la materia orgánica perece, se descompone. Pero en los pantanos, la materia orgánica sin vida se sumerge y se descompone bajo tierra, sin estar expuesta al aire. Esta descomposición crea el "gas de los pantanos", una combinación de metano, dióxido de carbono, nitrógeno, fosfinas y otras sustancias químicas. Cuando el gas de los pantanos se expone al aire, puede encenderse espontáneamente y causar un efecto de parpadeo como el de los will-o'-the-wisps.

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Las teorías conspirativas relacionadas con la salud no son nada nuevo. Una de estas teorías tiene que ver con las estelas químicas. Algunas personas creen que el gobierno de los Estados Unidos está vertiendo secretamente sustancias químicas sobre el público estadounidense utilizando el escape de los motores de los aviones. Algunos conspiranoicos creen que las estelas químicas controlan el clima. Otros creen que el gobierno utiliza las estelas químicas para comprobar la nocividad de ciertas sustancias químicas. Mientras que otros piensan que es una forma de eliminar a los enfermos y débiles. También hay quienes piensan que es una forma de control mental, o incluso de esterilización masiva.

Sin embargo, las estelas químicas se llaman en realidad "estelas de condensación", y no son más que aire caliente y vapor de agua de un motor a reacción que se congela al entrar en contacto con la fría atmósfera superior de la Tierra. Al igual que los gases de escape de cualquier motor, las estelas de condensación no son del todo inofensivas. Contienen dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno, partículas de sulfato y hollín, todas ellas formas de contaminación que contribuyen al cambio climático. Pero no hay pruebas de que las estelas de condensación contengan algún tipo de sustancia química inusual. Incluso si lo hicieran, cualquier sustancia química liberada a tan gran altura sería dispersada por los vientos. Así que, si una organización clandestina y en la sombra realmente quisiera drogar al público, las estelas químicas serían la forma menos efectiva de hacerlo.

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Se demostró que las estatuas de la Isla de Pascua podrían haber sido hechas con las herramientas utilizadas por la gente de la época. Thor Heyerdahl lanzó una expedición para explorar la isla que permitió desentrañar los secretos de los ídolos de piedra. Entre otras cosas, los investigadores descubrieron que las cabezas de los moáis tenían cuerpo y que algunas de ellas alcanzaban incluso los seis metros de altura.

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Seguro que has visto esta imagen de Pie Grande de la película Patterson-Gimlin de 1967, rodada en el norte de California. Es la pieza más conocida del metraje que supuestamente prueba la existencia de Pie Grande.

Sin embargo, un libro de 2004 de Greg Long demostró que todo era un engaño: un hombre de la zona, Bob Heironimus, le dijo a Long que llevaba un traje. Sin embargo, es posible que la maniobra no se hiciera con mala intención. Aunque Roger Patterson nunca pagó a nadie involucrado en la película y tuvo que presentar cargos contra él para que devolviera la cámara que utilizó, es probable que lo hiciera todo como un truco para mantener a su familia, ya que estaba enfermo de cáncer.

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Durante miles de años, los nativos del Himalaya y los visitantes han estado convencidos de que el Himalaya es el hogar de una misteriosa criatura bípeda y simiesca llamada Yeti. Las historias sobre el Yeti se remontan a la cultura Lepcha de los actuales Bután y Nepal, y han perdurado hasta los tiempos modernos. Pero, como la mayoría de los críptidos, nunca ha habido pruebas concretas de la existencia del Yeti, como un espécimen vivo o incluso un cadáver. Lo mejor que han podido ofrecer los entusiastas del Yeti son pruebas poco sólidas como huellas o muestras de dudosa procedencia.

En 2016, el equipo de un documental reunió algunas de estas muestras de "Yeti" y pidió a un equipo de biólogos de la Universidad de Buffalo que las examinara. El equipo examinó una colección de pelo, hueso, piel y excrementos supuestamente pertenecientes a un Yeti. El análisis de ADN reveló que las muestras procedían en su mayoría de osos pardos del Himalaya o de osos negros.

Al igual que el Monstruo del Lago Ness, lo más probable es que la gente haya confundido el avistamiento de un animal relativamente común con algo fantástico. El hecho de que tantas culturas de todo el mundo hayan informado de que han visto críptidos como el Yeti significa una cosa: los breves encuentros con los depredadores de la cumbre pueden confundir a casi todo el mundo.

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La gran hambruna irlandesa fue devastadora para Irlanda a mediados del siglo XIX y provocó un millón de muertes. Los científicos sabían que la culpa de la hambruna masiva la tenía un hongo de las papas, pero hasta hace poco se desconocía la cepa exacta del patógeno que la provocó. "Por fin hemos descubierto la identidad de la cepa exacta que causó todos estos estragos", dijo Hernán Burbano, coautor del estudio. El estudio denominó a la cepa mortal HERB-1 y su descubrimiento fue obra de 11 muestras históricas de hojas de papa que se recogieron hace unos 150 años en toda Europa y Norteamérica. Se cree que la HERB-1 no se originó en Irlanda, sino que salió de México antes de llegar a los puertos europeos.

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El "OVNI" que se estrelló cerca de Roswell (Nuevo México) en 1947 no era en absoluto un alienígena. En realidad se trata de un globo de gran altitud diseñado para vigilar las pruebas atómicas soviéticas. Sin embargo, el compromiso del gobierno con el secreto durante la Guerra Fría dejó la explicación lo más vaga posible, permitiendo décadas para que los conspiranoicos difundieran su "trabajo".

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