37 Personas que llevan un día peor que el tuyo (nuevas fotos)

Las estadísticas más actualizadas muestran que, por término medio, un estadounidense tiene 4 días malos al mes. Estos suman 48 días al año dedicados al mal humor y a sucesos desafortunados.

Sin embargo, esto parece ser una mejora desde 2018, cuando los encuestados informaron tener alrededor de 60 días malos al año.

Curiosamente, la encuesta 2024 de Avocado Green Mattress and Talker Research ha descubierto que los estadounidenses pueden señalar la hora exacta en la que va a ser un día duro. Precisamente a las 8:36 de la mañana, ya pueden saber que su día no saldrá según lo planeado.

Una cuarta parte de las veces, la gente siente que no hay forma de darle la vuelta a un mal día. El 48% de los encuestados admite incluso haber cancelado planes o llamado al trabajo para volver a dormir después de despertarse y presentir un mal día.

Las causas más comunes de un día duro fueron levantarse y encontrarse mal (35%), seguido de dormir mal (31%) y despertarse con dolor de cabeza (29%). Perder las llaves (26%) y dejarse el teléfono en casa (25%) fueron otras de las principales causas.

Otras razones para que las cosas se tuerzan son quedarse sin papel higiénico, olvidarse la cartera en casa, no despertarse con el despertador puesto y olvidarse de cargar el teléfono la noche anterior.

La encuesta reveló además que los acontecimientos desafortunados tenían más probabilidades de producirse al principio de la semana. El 60% de los encuestados afirmó que los lunes eran los días con más probabilidades de entrar en una espiral negativa. Los horarios de trabajo y la vuelta al cole fueron algunos de los factores que más contribuyeron a ello.

Para evitar los malos días, los encuestados intentan encontrar tiempo cada día para relajarse (41%), dedicar tiempo a las cosas que les gustan (37%) y asegurarse de estar bien descansados (35%). De hecho, el 71% de los encuestados afirma que el sueño puede hacer que su día sea bueno o malo, y que dormir lo suficiente puede ayudar a afrontar las cosas que pueden ir mal durante el mismo.

Cuando las cosas se tuercen, puede parecer instintivo alejarse de la gente. Sin embargo, los estudios sugieren hacer lo contrario y acercarse a los demás, especialmente a los que están contentos y nos apoyan. Una conversación amistosa, aunque sea breve, puede cambiar nuestro estado de ánimo, bajar la tensión arterial y hacernos sentir bien.

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