Estando de visita en Madrid durante varios días para una clase de retoque, caminé por la ciudad e intenté capturar su atmósfera e ir a los sitios a los que me guiara la vegetación.
Los filtros digitales están muy de moda en las redes sociales y a mí me gusta explorar una forma más artesanal de utilizarlos, usando cosas de la vieja escuela como los recortes de vidrio. Con KolariVision, creé el filtro IRChrome: un filtro de vidrio que puede colocarse en el lente de una cámara y que permite, cuando se lo combina con una cámara en infrarrojo, tomar fotos que se ven y se sienten como los antiguos rollos Aerochrome de Kodak, sin tener que pasar por el complicado procesamiento posterior.
¡Aquí podrán echarles un vistazo a las fotos que tomé en Noruega!
Más información en: behance.net | yannphilippe.com | Instagram | Facebook
This post may include affiliate links.
Soy un fotógrafo francés de 37 años. Estudié cine, arte digital y multimedia por 4 años y luego entré a la reconocida escuela francesa de fotografía les Gobelins. Allí fue donde completé mi entrenamiento, en el que me especialicé en fotografía y procesamiento de imágenes.
Me gradué en junio del 2009. Después de haber terminado mis estudios, co fundé la agencia de post-producción digital Pixus Prod, en París. Cuatro años más tarde, abrí un estudio de fotografía que puede alquilarse y, en 2016, creé otra empresa de producción y post-procesamiento: FLOWIM Studio.
Los mundos imaginarios y de fantasía son lo que primero me inspira en mis creaciones personales. En mis trabajos, busco cuestionar los límites de la percepción humana. Me gusta más la fotografía cuando se hace de forma pictorialista que cuando retrata la realidad tal como es, en un estilo documental. Mi parte favorita es cuando la fotografía se vuelve un espejo del surrealismo o de la imaginación.
Como hicieron los impresionistas, me gusta usar mi cámara para expresar un sentimiento difícil de alcanzar, no para mostrar la cruda realidad. Cuando veo un sitio o un paisaje, empleo la fotografía para describir un sentimiento.
Esa es la razón por la que me intereso mucho en las técnicas alternativas: procesos viejos como el cianotipo, la fotografía de Kirlian, etc. En 2008, descubrí el infrarrojo y de inmediato supe que debía probarlo. Fue durante el último año de mis estudios, así que compré mi primera cámara, una Fujifilm Finepix IS1 IR de espectro completo. Luego de haber hecho muchas capturas no convertidas en infrarrojo con una Nikon Coolpix 8800, solo tomaba fotos en 720nm.
Al ser cada vez más demandante con respecto a la calidad, pronto mi IS-1 no era lo suficientemente avanzada como para producir las imágenes que quería. Entre 2010 y 2014, tomé muchas menos fotografías en infrarrojo debido a ello. En 2014, me enteré de que la conversión IR se había vuelto más popular y compré una Canon 70D Full Spectrum.
Me interesa emular la fotografía de los rollos Aerochrome. Continué mis estudios donde los había dejado en 2008, una época en la experimenté mucho con gel de colores (los de colores cian fueron mi base para adentrarme más en la búsqueda para reproducir el Aerochrome). Compré muchos filtros de vidrio y acrílico para probar combinaciones complejas en las que colocaba 3 o 4 capas de vidrio y calculaba las curvas de transmisión restantes. Refiné mis combinaciones varias veces hasta que me acerqué a Kolari Vision para calcular la última curva de transmisión que había hallado e intenté colocar la menor cantidad de capas de vidrio posibles. Así fue como finalmente creé el filtro IRChrome.
Madrid es una ciudad muy verde, con grandes parques y calles rodeadas de árboles. Por primera vez, intenté sacar fotos en la ciudad, pero no de forma casual: quería que fueran lo más pensadas y sofisticadas posibles. Las varias capas de profundidad que pueden apreciarse son algo que tengo muy en cuenta. Jugar con la geometría, la simetría, las líneas dinámicas, los puntos de fuga y el contraste con el cielo me importa mucho cuando capturo mis fotos. Los pequeños detalles que no se notan con facilidad también son importantes. Realmente se trata de una ciudad donde la vegetación y los árboles están muy presentes (mucho más que en, por ejemplo, París). Y, como la ciudad es muy luminosa (muchos edificios allí son blancos), ¡hace que el infrarrojo resalte todavía más!
La fotografía en infrarrojo es un arte difícil porque el efecto suele destacar más que el tema, que resulta difícil de resaltar. Tomar una sola foto es “sencillo”, pero crear toda una serie con sentido es mucho más complicado y demanda mucha reflexión y esfuerzo. Usar infrarrojo en lugar de “la fotografía normalmente visible” siempre debe tener un propósito y no debe utilizarse solo para agregar un efecto cómo lo haríamos con los filtros de Instagram o TikTok. Retocar una imagen suele tomar unos 30 minutos. La serie que hice en Madrid me tomó 3 días (que incluye el tiempo que pasé editando, escogiendo las fotos y ordenándolas).
Ahora, me encuentro trabajando en una serie de fotografías en infrarrojo sobre el río Loire, en Francia. Me hallo tomando fotos de la costa y, también usando imágenes generadas con inteligencia artificial.