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Asientos pequeños, un coro de bebés llorando, y el proceso de seguridad aeroportuaria que nos succiona el alma. Si han estado en un vuelo en el último año, sabrán que es tan divertido como ir a sacar la licencia de conducir. Por eso no es de extrañar que, cuando llegamos a nuestros asientos, estemos un poco tensos.

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Como cuenta u/kuzuriyuuuu en su historia de “Padres prepotentes”, este fue el caso de una pasajera tipo “Karen” que estaba sentada en su lugar de clase ejecutiva. Mejor dicho, estaba intentando robárselo. “Ella me dijo: ‘Bueno, si tanto quieres que me mueva, ¿qué te parece si pagas para subirnos a mí y a mis hijos a primera clase’”, escribió el hombre, intentando retratar lo desesperadas que pueden llegar a estar algunas personas. No vamos a develar cómo terminó esta historia, pero digamos que al autor de la publicación le dieron un asiento con más espacio para las piernas.

El mero hecho de expresar un deseo no autoriza a obtenerlo mediante un comportamiento grosero: esto simplemente te convierte en una persona prepotente

Image credits: ninelutsk (no es la foto real)

Un hombre compartió como una madre “Karen” trató de robarle el asiento y se convirtió en el último y prepotente obstáculo antes de que él pudiera iniciar su vuelo

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Image credits: DC_Studio (not the actual photo)

Image credits: LightFieldStudios (no es la foto real)

Image source: kuzuriyuuuu

El autor de la publicación dio algunos detalles más en los comentarios

Desciende la satisfacción de los pasajeros con las compañías aéreas

Image credits: Connor Danylenko (no es la foto real)

Digan lo que quieran, pero algo raro pasa con las compañías aéreas. Hace menos de tres meses, un pasajero fue escoltado fuera de un avión porque no podía soportar escuchar a un niño llorando, convirtiéndose él mismo en uno mientras empezaba a gritarle a la azafata. Supongo que no tiene sentido recordar cuando United Airlines sacó a rastras a un tipo porque este se negó a cederle su asiento (pago) a uno de los miembros de la tripulación. 

No es de extrañar que el índice de satisfacción de los viajeros con las aerolíneas norteamericanas se encuentre en su punto más bajo desde la pandemia. Una encuesta reciente de J.D.Power, una empresa estadounidense de análisis de datos, reveló que la satisfacción de los pasajeros experimentó una caída de 20 puntos en 2022 en comparación con el año anterior.

Sin embargó, se podría decir lo mismo de McDonald’s, que recientemente ocupó el último lugar en un estudio de satisfacción del cliente en comparación con competidores. Por otra parte, no vemos a los empleados echando a los clientes del local porque tardaron demasiado en elegir. 

La segregación por clases en las aerolíneas afecta nuestros niveles de estrés cuando viajamos

Image credits: yisris (no es la foto real)

Pero, ¿por qué viajar en avión nos hace sentir tan frustrados y molestos? Un estudio de 2016 que examinaba la llamada “furia aérea” y la clase social reveló que los pasajeros de clase turista experimentan un mayor sentimiento de ira cuando cruzan por la lujosa sección de primera clase, con todo ese espacio extra para las piernas y sin bebés llorando. 

Resulta que el odio que se puede sentir por los pasajeros de primera clase es un síntoma común de clasismo de las aerolíneas.

Ahora se puede medir el estrés provocado por el llanto de los bebés y la seguridad aeroportuaria

Existe un sistema que mide cuánto le gusta su trabajo a una persona (el Índice de Satisfacción de los Empleados). También hay uno para la satisfacción de la vida (llamado simplemente Escala de Satisfacción de la Vida). Y qué decir del Índice Global de Satisfacción de los Conductores, que se explica por sí solo, ¿no? Entonces, ¿por qué no va a haber uno que mida cuánto estrés produce viajar en avión? 

Al menos, eso es lo que pensó Jonathan Bricker, profesor de psicología de la Universidad de Washington. “He viajado mucho desde que era pequeño. En 1997, cuando empecé mis estudios de doctorado en psicología clínica, me llamó la atención lo mucho que se estresaban mis compañeros de viaje”, le explica Bricker a Bored Panda en un correo electrónico. 

Y así, tuvo la rara oportunidad de ser el pionero de un índice totalmente nuevo, que combina dos de sus pasiones, viajar y la “compasión por el sufrimiento humano”. Jonathan publicó un sistema de medición en 2005 y lo llamó Escala de Estrés en los Viajes Aéreos

No sorprende que los principales factores estresantes en nuestros viajes en avión sean los espacios reducidos y las medidas de seguridad de los aeropuertos. “Ambas situaciones nos limitan en el sentido de que nos quitan la libertad y sensación de autonomía personal”, explica Bricker.

La gente aplaudió al autor de la publicación por su forma de actuar y se alegró de que se hiciera justicia