20 Jefes idiotas que fueron humillados por sus empleados (nuevas imágenes)

No tenemos que ser mejores amigos de nuestros compañeros de trabajo y encargados pero, claramente, llevarnos bien con ellos hace que las cosas sean mucho más sencillas. Nuestra necesidad humana básica de socializar y crear vínculos nos da cierto sentido de pertenencia, así como también de propósito y confianza. Casi todos queremos estar en un ambiente de trabajo positivo y así poder sentirnos más a gusto con nuestra vida cotidiana, sin embargo, las cosas muchas veces no suceden de esta manera.

Como suelen decir, existe un límite para las cosas que uno puede llegar a aguantar. Y los malos jefes no hacen más que poner a prueba nuestra paciencia. Mientras que algunas personas deciden renunciar en ese mismo momento, para otras esta es una decisión muy difícil de tomar. Después de todo, si tu trabajo te hace sentir infeliz y agotado o has llegado a diagnosticarte con el síndrome de “ya no quiero ni levantarme de la cama por las mañanas”, eso significa que no estás siendo capaz de vivir una vida sana y plena.

Elizabeth Sullivan, una asesora de carrera que reside en el Reino Unido, le comentó a Bored Panda que todo el mundo merece que se lo aprecie y respete, y que no tenemos por qué tolerar situaciones frustrantes ya que estas pueden dañar nuestra salud y bienestar. “Si algo así sucede, aborda el tema y ve si puedes cambiar la situación. Por ejemplo, ¿es un patrón específico de tu jefe o algo que ocurre a menudo en tu lugar de trabajo? Si es una cuestión particular de tu encargado, vale la pena pedirle que realice comentarios de forma regular que a su vez incluyan un reconocimiento positivo”.

Al ver a otras personas defenderse y tener en cuenta la forma en la que lo hicieron, puede que te inspires a hacer lo mismo por ti. Aunque no debes rebajarte al nivel de tu jefe poniéndote agresivo o insultándolo, es importante saber lo que vales y combatir las injusticias. Después de todo, la gente te subestimará si se lo permites.

“Recuerda que eres valioso, digno y que también eres suficiente, sin importar si alguien en particular (un jefe tóxico, negativo y desagradecido) o un grupo de personas te ven de esa manera o no”, concluyó Sullivan.