20 Personas revelan cómo dieron la vuelta a la tortilla y consiguieron que despidieran a sus jefes
A menudo escuchamos historias sobre personas que meten la pata en su lugar de trabajo hasta el punto de ser despedidas. A algunos les da igual que les despidan, otros afirman que es lo mejor que les ha pasado y otros son testigos de cómo su nuevo compañero dice "hasta la vista" en su primer día de trabajo. Así que, sí, cada historia de despido es única.
Pero esta vez vamos a cambiar las tornas y a sumergirnos en los casos, aparentemente raros, de jefes despedidos. Pregunte "¿cómo?" y escuchará miles de razones diferentes por las que esto sucede. Hoy hemos seleccionado algunas de las historias más interesantes e inusuales que gritan 'dulce justicia' para que las leas a continuación.
Además, si alguna vez has tenido que despedir a tu jefe, gerente o supervisor por cualquier motivo, ¡comparte tu historia en la sección de comentarios!
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El Director General me elogió públicamente por haber completado una tarea que a mi jefe le había costado mucho trabajo, así que mi jefe tomó represalias reenviándome todas sus tareas en un esfuerzo por abrumarme con trabajo. En realidad, su trabajo me pareció bastante manejable, de lo que también se dio cuenta el director general y lo despidió, dándome su puesto y su oficina.
Trabajé en una empresa de turismo.
También tuve una gerente que me odiaba por alguna razón. Ella era probablemente la zorr* más grande que he conocido. Nos gritaba constantemente sin ninguna razón, se metía conmigo para que respondiera a las preguntas de un nuevo empleado (cuando se me preguntaba a mí, no a ella), anotaba que había llegado 30 minutos tarde a un turno cuando había llegado 2 minutos tarde, etc.
Teníamos la ligera sospecha de que se llevaba el dinero de nuestras cajas, ya que siempre era ella la que contaba la caja cuando alguien era despedido por robar dinero. Yo tenía la costumbre de contar cada cuenta cuando se la devolvía a un cliente, porque nos descontaban la paga si nos faltaba incluso un dólar. Así que si un cliente tenía 23 dólares de cambio, contaba veinte, uno, dos y tres delante de él, para saber que le había devuelto la cantidad correcta. También teníamos cámaras en las cajas registradoras.
Pues bien, un día mi directora general me llamó la atención y me dijo que faltaban 20 dólares en la caja y que me iban a despedir. Directamente le dije a mi jefa que podía mirar las cámaras, porque yo contaba todos mis billetes para los clientes.
Y ahora viene lo mejor. La zorr* fue la que contó mi caja y fue grabada embolsándose el dinero. Se fue en mi siguiente turno.
Mi jefe quería demostrar que yo estaba holgazaneando para poder multarme. Así que vio las imágenes de CCTV y luego escribió, imprimió y firmó un documento de Word de 17 páginas detallado sobre lo que hice en los últimos dos días. Con marcas de tiempo (como, 07:59 llegando, 08:01 hablando con el compañero de trabajo A y B, 08:07 sentándose en mi escritorio, etc.). Me dijo que no estaba contento con mi ética de trabajo y que si no mejoraba mi eficiencia, estaba perdido... Tomé los papeles y se los mostré a su jefe y le dije que no estoy contento con la ética de trabajo de mi gerente y que su eficiencia podría ser mejor si no viera 17 horas de grabaciones de CCTV para espiar a un empleado. Ella se aterrorizó (habría una buena demanda a mi favor - pero amo mi trabajo) y tuvimos que buscar un nuevo gerente. Además, me subieron el sueldo.
Un verano me ofrecí como voluntario para ayudar a una sociedad de conservación en África Oriental. El objetivo del proyecto era educar a la población rural local sobre la caza furtiva y conseguir que nos ayudaran a detenerla desde la base.
De todos modos, me alojé con el guardabosques principal y su familia y en numerosas ocasiones nos sirvió carne que estoy 100% seguro de que había sido cazada furtivamente. Intentó decirme que era carne de cerdo, pero era oscura y con muchos huesos pequeños. Creo que se trataba de pequeños antílopes como el dikdik o el duiker.
Cuando volví a Nairobi, le comenté a mi abuelo (el jefe de su jefe) que habíamos comido cosas raras. Investigó y descubrió que mi jefe tenía un amigo cazador furtivo que le vendía carne ilegal. Lo despidieron, no me sentí culpable. La caza furtiva es horrible.
Me agarró de la nuca y me dijo: "Si vuelves a decir que me equivoco delante de un cliente te daré una paliza".
Fui a decírselo al director general y mi supervisor fue relevado de sus funciones unos 5 minutos después.
La dirección de la empresa estaba dando la lata a un trabajador lesionado, no queriendo pagarle, acusándole no dar un palo al agua. El trabajador les dijo, ¿sabéis qué? o nos llevamos bien, o lo vais a lamentar. La dirección le dijo ¿ah sí? veámoslo. El trabajador llamó a la EPA y a la APCD, les dijo dónde encontrar los registros que mostraban discrepancias en el almacenamiento y uso de materiales tóxicos. Los ayudantes del sheriff se presentaron y registraron las oficinas. Los supervisores de campo de hace 10 años que se habían retirado fueron citados a declarar. Fue épico. Le costó a la compañía una gran cantidad de multas y remedios. Todo porque querías joder a un pobre bastardo.
Edición: ya que puede haber alguna pregunta en torno a cómo pudo ocurrir todo esto en la era de la información electrónica, aquí está la historia. No es toda la historia, por supuesto, las noticias nunca llegan a la historia completa. Como está en el LA Times no me preocupa la privacidad. Sin embargo, fue una agencia estatal la que fue llamada, la EPA se involucró más tarde y en otro sitio. Han pasado algunos años y la cronología de los acontecimientos se recuerda incorrectamente a veces. Una vez que apareces en el radar de un regulador, más vale que tengas tus mierd*s en orden.
Le llamé para decirle que no estaría en el trabajo durante el resto de la semana porque mi madre está enferma terminal en el hospital.
Al día siguiente (una hora después de su fallecimiento) me llamó y me preguntó por qué no estaba en el trabajo, le colgué para no decir nada que me metiera en problemas.
Al día siguiente le envié al director de zona un mensaje de Whatsap explicándole lo que había hecho y le adjunté un vídeo en el que se veía cómo rompía la puerta del congelador mientras tenía una rabieta que le costó a la tienda casi 5000 libras en pérdidas de stock y los gastos de reparación (que él había dicho al Responsable de Zona que se había roto solo). Ese día le despidieron y a mí me dieron dos semanas de vacaciones con el sueldo completo.
Ya lo he contado antes... no despedido, sino transferido.
Un jefe de escuadrón nos hizo salir en el invierno de Missouri empapados hasta que alguien se ofreció para el servicio de fin de semana. Le dije que tenía lesiones previas por el frío (congelación) y lo ignoró. El cabo vio mis pies azules cuando me quité las botas y me envió al puesto de socorro. El Dr. perdió la cabeza y ese jefe de escuadrón estaba en otra compañía al día siguiente.
No es tan justiciero como hacer que despidan a un gilipollas, pero en el ejército eso no va a pasar.
Conseguí que inhabilitaran a mi jefe. Era un abogado que abusaba sexualmente en serie de clientas/acusadas. Se salió con la suya durante más de veinte años y se aprovechó de al menos doce víctimas diferentes. La Oficina de Regulación de la Abogacía le censuró en múltiples ocasiones por otros delitos, como el retraso en el pago de las cuotas anuales del colegio de abogados, pero a pesar de que sabían de al menos cinco de las víctimas, no le inhabilitaron.
Descubrí que la Oficina de Regulación de la Abogacía decide "perseguir una acción" contra un abogado basándose en un análisis de coste/beneficio. Reuní toda la documentación que pude, durante un período de seis meses.
Estaba trabajando en el mantenimiento de una pista de hielo. La regla para cualquiera que sepa cómo funciona una pista de hielo es que si las puertas se abren, hay que salir del hielo. Un imbécil decidió ignorar el hecho de que estaban abiertas y que yo estaba de pie en la puerta, y decidió dar un último golpe. El disco rebotó en el cristal y me golpeó en la cabeza.
Estaba bien, pero se lo comuniqué a mi jefe, porque tenemos que rellenar un informe de incidentes por cosas así. El jefe me preguntó: "¿Estás bien?". Le dije que me encontraba bien, y me respondió: "Bueno, entonces no tenemos que informar, ¿verdad?". Le recordé el protocolo, pero estaba claro que no quería hacerlo. Como no quiso hacerlo, envié un correo electrónico descriptivo del incidente a la administración, porque creía que debía haber algún tipo de documentación/rastro de papel en caso de que, por Dios, acabara teniendo una hemorragia cerebral o algo así unos días después.
El jefe fue despedido en mi siguiente turno.
Trabajé en un McDonald's en el instituto a los 17 años. Un compañero de trabajo que me doblaba la edad me acosaba sexualmente. Me dijo cosas realmente horribles que me hicieron tener miedo de venir a trabajar. Se negaron a cambiar mis turnos. También me hacían trabajar demasiado por ser menor de 18 años y trataron de hacerme firmar un formulario de consentimiento diciendo que sabía que iba a trabajar las horas que trabajaba, cuando yo pedía constantemente otras horas.
Llamé a las oficinas de la empresa y se lo dije. Mis padres incluso hicieron intervenir a un abogado. Renuncié y, unas semanas más tarde, un compañero de trabajo con el que fui a la escuela me dijo que dos de los jefes de turno, el supervisor y el gerente de la tienda fueron despedidos y se les prohibió volver a trabajar en la empresa. Trajeron a unas cuantas personas temporales que estaban en lo más alto y terminaron por descubrir a los otros malos empleados.
Tenía un trabajo que requería que mi supervisora hiciera evaluaciones de mis casos y gráficos. Pero no lo había hecho en meses. Ella y mi director nos ordenaban a mí y a mis compañeros de trabajo que hiciéramos nuestras propias auditorías de historiales, que rellenáramos los formularios y que ellos los firmarían. Estaba tan cansada de no tener una supervisión adecuada, de las reuniones de personal semanales en las que ella nos gritaba e invariablemente alguien lloraba debido al estrés y a la falta de apoyo, y de que no me pagaran lo suficiente para hacer todo lo que yo hacía ADEMÁS de su trabajo, que me negué. Me dijeron que lo hiciera o me despedirían. Me negué y me despidieron.
De camino a mi coche, llamé a mi antiguo director, que se había trasladado a otra agencia. Concertó una entrevista para el día siguiente y en 24 horas tenía un nuevo trabajo. Me preguntó qué había pasado en esa entrevista. Se lo conté todo. Su cuñada estaba en la junta directiva de la agencia anterior, así que la llamó y también le conté todo. El director fue despedido y el supervisor fue reprendido y puesto en estrecha vigilancia. Había perdido cualquier posibilidad de promoción y se fue poco después, según me dijeron. Me alegré de haber abandonado el barco de ese desastre tóxico. Debería haberme ido meses antes.
Tuve un jefe que estaba quitando horas a los empleados en Walmart. Hice capturas de pantalla de las horas de mis empleados el jueves antes de que empezara el turno y luego capturas de pantalla de sus horas el viernes que mostraban que todos ellos tenían un par de horas desviadas de su semana de trabajo. Yo era un gerente de bajo nivel, él era un gerente de alto nivel.
Le despidieron.
Creo que sus motivaciones eran que quería ascender y quería demostrar que podía hacer más en menos horas de trabajo. Probablemente también habría repercutido en su bonificación.
Solía trabajar en una empresa de títulos de propiedad y fui testigo de cómo la directora de nuestro departamento falsificaba documentos hipotecarios con bastante frecuencia. Así que cuando se dirigió a la alta dirección para echar a todo el departamento por estar atrasado en el registro de documentos, fui directamente a Recursos Humanos para dimitir y hacerles saber lo que estaba haciendo.
La despidieron y me llamaron para ofrecerme mi trabajo antes de que terminara la semana.
Nuestra jefa se pasaba todo el turno en la oficina observándonos con la cámara y si nos parábamos a hablar entre nosotros salía y nos gritaba que volviéramos al trabajo. Era completamente inmadura. Una vez me dejé la botella de agua en el mostrador y mi compañera tuvo que impedir que la tirara a propósito. Se inventaba reglas sobre la marcha si no le gustaba algo que alguien hacía. Podría seguir. Era una gerente terrible, antipática, hipócrita y mala.
Sinceramente, todos fuimos a los propietarios y les contamos todo y cómo nos hacía sentir. Hicieron intervenir a Recursos Humanos y consiguieron que la despidieran y descubrieron que podía haber estado robando o regalando productos. Fue un gran alivio. Si trabajas en una pequeña empresa, sé sincero con los propietarios si la dirección no es familiar.
Trabajé en un bar y pillé a mi supervisora dándole a ella y a sus amigos bebidas gratis y llevándose botellas a casa. Revisaron las CCTV y descubrieron que también traficaba con drogas desde detrás de la barra y la despidieron al día siguiente.
Solía ser gerente de una tienda de zapatillas deportivas en un centro comercial. Uno de mis codirectores se tiraba a una de mis empleadas adolescentes (menores de edad) en el almacén trasero después de que la tienda cerrara con regularidad. Al parecer, esto estuvo ocurriendo durante varios meses. Me enteré cuando dicha adolescente vino a verme y me dijo que mi cogestor le había prometido un aumento de sueldo que nunca recibió. Le pregunté por qué le había dicho que le daría un aumento. Fue entonces cuando me contó lo del sexo en el almacén. Tuve que llamar a la policía y a la empresa por esto. Organizamos una operación con la ayuda de la chica, ya que actuó para la policía que para reunirse con mi cogerente después del trabajo. Básicamente, "lo pillamos con los pantalones bajados", por describirlo de alguna manera.
Atendí una llamada telefónica en mi celular cuando estaba en mi escritorio. El jefe intermedio se acercó y me gritó. Me gritó que no se me permitía atender llamadas de clientes mientras estaba en esa oficina. Yo era un contratista y dejé perfectamente claro que había trabajado para varios clientes antes de trabajar para esta empresa.
La oficina del CTO estaba a tres metros de la mía. Salió y se quedó en su puerta escuchando la bronca. Cuando el mando intermedio terminó, miré al director de tecnología y le dije: "Es él o yo, y en este momento me importa una mierd* lo que elijas". El director de tecnología se marchó en ese momento.
Lo curioso: no colgué en todo el incidente. Y era mi mujer la que estaba al otro lado. Pasaba unas 70 horas a la semana en sus instalaciones sacando a su personal de un agujero en el que ellos mismos se habían metido.
Utilicé las matemáticas para demostrar a su superior lo mucho que mi jefe había subestimado el volumen de negocio durante más de tres años seguidos, lo que costó mucho dinero y problemas laborales. Un día antes, el jefe había gritado a mi equipo hasta que su cara se puso morada, haciendo un gran espectáculo delante de toda la planta. La idea era que estábamos confabulando contra la empresa al elegir (un puñado de nosotros) no renovar nuestros contratos. Se la devolví con gráficos y matemáticas, nene. Fue degradado y trasladado un par de semanas después.
Consejo: no conviertas en chivo expiatorio a alguien a quien le gusta hacer gráficos de Excel.
Por hacer demasiado se inició una investigación sobre lo que realmente hacía durante su jornada. Oficialmente la despidieron por enviar desnudos a través del correo electrónico corporativo, pero la única razón por la que rastreaban su correo electrónico era para entender en qué pasaba su tiempo. Resulta que era una aventura amorosa.
