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Las dificultades no solo te ponen a prueba, sino que también te muestran quienes son tus amigos. Así que cuando Jake, un golden retriever de 2 años, perdió la visión, su compañera Addie tuvo que ayudarle a acostumbrarse a su nueva vida, y eso es lo que hizo. Durante los últimos años, Addie ha demostrado ser una amiga y guía fiel, y desde luego es una muy buena chica.

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«Trajimos a Jake cuando nuestro golden Molly murió, y a Addie cuando murió Wrigley. Jake estaba muy triste tras la muerte de su compañero, y sabíamos que necesitaba un amigo,» dijo su dueña Kim.

«Jake sigue el olor y el sonido de Addie. Tras la operación de Jake, le pusimos una campanita a Addie en el collar por un tiempo, hasta que él se acostumbró a seguirla por sus propios medios»

 

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Los problemas de Jake comenzaron cuando cumplió 2 años. «Vimos que tenía problemas con los ojos y descubrimos que ya no producía lágrimas»

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Durante los meses siguientes, a pesar de probar todas las medicinas recomendadas por el especialista veterinario, así como varias operaciones, sus ojos se deterioraron rápidamente

«Nos enfrentamos a una dolorosa decisión: extirpar los ojos de Jake o sacrificarlo»

«Ambas opciones parecían muy crueles, sobre todo para un perro que ya había pasado por tantas cosas»

«Sin embargo, en los días siguientes, contactaron con nosotros varios dueños de perros ciegos»

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«Nos animaron contándonos sobre el poder de recuperación de sus perros tras perder la vista, y que seguían llevando vidas normales y felices»

«El veterinario también nos dijo que la vista es solo el tercer sentido en importancia para ellos, ya que dependen más de su olfato y oído»

«Con esa información en mente, decidimos dejar que extirparan los ojos de Jake»

«Tras despertar de la operación, el veterinario dijo que Jake comenzó inmediatamente a mover el rabo»

«Sus meses de dolor habían acabado, y nos lo hacía saber»

«Durante su periodo de adaptación a su nueva vida nos sorprendió continuamente por la facilidad con la que parecía enfrentarse a las circunstancias»

«Aún se choca con alguna cosa de vez en cuando, pero se conduce por la casa y el vecindario con sorprendente facilidad. Y su naturaleza juguetona ha vuelto»

«Estamos muy contentos con la elección que tomamos, y agradecidos a la gente que nos animó a hacerlo. Jake nos recuerda cada día que la vida tiene un propósito y un valor a pesar de todos los desafíos. Tiene la personalidad de un surfero relajado. Se duerme boca arriba con las patas en el aire. A Addie en cambio le gusta acurrucarse. Le encanta estar donde estemos y siempre quiere dar besos.»

Cuando no están de turismo o aventuras, Jake y Addie llevan una vida normal. Sus días comienzan con un paseo matutino y el desayuno. «Siempre se echan una siesta tras desayunar. Luego se ponen a jugar. Les encanta esta época del año en la que pueden jugar juntos fuera y perseguir ardillas.»

A la gente le hizo muy feliz ver que Addie estuvo ahí para Jake