Esta mujer canadiense relata 15 de los impactos culturales más sorprendentes que experimentó al mudarse a Suecia

Bored Panda se contactó con Madeline, una canadiense que ha estado viviendo en Malmö, Suecia hace más de dos años. Esta escritora y creadora de contenido tiene un blog llamado ‘Madeline Rae Away’ en el que documenta su vida en el extranjero y sus aventuras al viajar.

La vida escandinava de Madeline comenzó en el momento en que conoció a su actual prometido sueco mientras viajaba en el año 2017. “Después de mantener una relación a distancia por un año y medio, decidí abandonar mi trabajo sin planear mucho más, conseguí un visado de corta duración y me mudé con él”, contó.

“Canadá se parece a Suecia en muchas cosas”, explicó la mujer al hablar sobre su primera impresión del país, la cual cambió una vez que consiguió un trabajo corporativo allí. “Poco a poco comencé a darme cuenta de los matices y peculiaridades de la cultura que me parecían más divertidos e interesantes. Trabajo en marketing y, durante el invierno pasado mientras estábamos confinados sin mucho para hacer, comencé a publicar algunas de mis observaciones al respecto en TikTok ¡y parece que a la gente le encantó ese tipo de contenido!”.

Madeline se sinceró y dijo que todavía está adaptándose al estilo de vida escandinavo: “Es muy difícil sentirte parte totalmente si no hablas el idioma con fluidez”. 

“Pero por lo demás, me llevó alrededor de un año acostumbrarme al ritmo de vida cotidiano. Tuve que adaptarme a algunos pequeños detalles como, por ejemplo, tener que buscar mis productos favoritos en otro idioma al hacer las compras o desplazarme hacia todos lados en bicicleta en lugar de en coche”.

Mientras tanto, al hablar sobre el aspecto laboral, explicó que estaba acostumbrada a una cultura laboral mucho más intensa. “Me costó un poco adaptarme al ritmo de vida lento y equilibrado que llevan aquí. Mi vida se ha vuelto más simple en muchos aspectos ¡y me encanta!”.

Madeline nos aseguró que sufrió muchos impactos culturales. “El balance que tienen en la vida laboral es increíble, pero lo que más me sorprendió fueron todos los beneficios que se les da a los padres suecos. Las guarderías son muy económicas y los padres cuentan con 480 días de baja por paternidad (compartidos entre ambos padres), les pagan aun si se quedan en casa para cuidar de sus hijos cuando están enfermos y, a menudo, se les recomienda que se tomen entre 4 y 6 semanas de vacaciones cada verano para que puedan pasar tiempo con sus familias”.

“Por otro lado, también me sorprendí bastante al ver que no todos los suecos son altos, rubios y de ojos celestes. Además, son increíbles hablando inglés y no suenan para nada como el chef sueco de los Muppets”, agregó.

Madeline no ha podido visitar a su familia y amigos en casi dos años por lo que comentó que, más que nada, extraña a su gente. “Algo que, por lo general, extraño es lo amables que son los canadienses. Aparte de eso también extraño algunas otras cosas como el buen jarabe de arce, las patatas fritas aderezadas, ir a Tim Hortons y nuestra cultura del hockey”, explicó.