«Duele mirar»: 40 fotos de la comunidad online «Hazme sufrir» (nuevas fotos)

"En primer lugar, la mayoría de nosotros somos dolorosamente conscientes de que la oscuridad, lo que algunos llaman el mal, existe. Podemos satisfacer algunas necesidades humanas y psicológicas cuando nos relacionamos con ella a través de las noticias, las películas o los documentales", afirma Marlo.

Marlo sostiene que "cuando vemos otra historia, y en particular, estas historias oscuras y traumáticas, somos testigos de la narración de otra persona. Narrar la propia historia, especialmente si tenemos una historia que incluye un trauma, es emocional y duro".

Mientras tanto, "presenciar la historia de otro puede darnos la sensación de ganar comprensión o alivio de forma "gratuita", porque estamos escuchando la historia de otro pero sin hacer el duro trabajo psicológico de crear nuestra propia historia".

Marlo explicó que "es un poco como alguien que lee un libro de autoayuda y se imagina que mejorará leyendo el proceso de otra persona. Esto es especialmente cierto si la historia en la que nos fijamos tiene un significado personal o traumático para nosotros".

Además, sumergirse en la historia oscura de otro puede ser una versión vicaria de lo que los psicólogos llaman "identificación con el agresor". "En lugar de ser la víctima, uno se identifica con el agresor y su historia, y puede desplazar impulsos impensables y oscuros hacia la persona que está viendo, que puede estar haciendo cosas en las que no puede pensar pero que desea hacer".

Marlo explicó que "también pueden sentirse más poderosos, más seguros, fuertes, dominantes y en control al ver a otro haciendo cosas impensables, pero están mirando y no tienen que actuarlo en su vida real, donde tendría consecuencias negativas interna y externamente".