Toda historia de amor cuenta con una serie de pequeños momentos. La primera cita, el primer beso, la primera pelea, la primera vez que se pronuncian esas dos palabras tan especiales. Estas etapas crean un vínculo más profundo entre tú y tu pareja y marcan el comienzo de un nuevo capítulo en su vida juntos: una relación sólida. Ésta es una aventura emocionante y llena de nervios, y se necesita aún más trabajo, coraje y fe para ver si es posible llegar al territorio del alma gemela.
Pero hay un momento que toda persona romántica espera, y es la certeza de que tu pareja es realmente “La indicada”. Cuando se sabe, se sabe, ¿verdad? Pues bien, nos hemos topado con un viejo hilo de Reddit en el que el usuario omg1223 se dirigió a los hombres casados de Askreddit. El usuario de Reddit les propuso a los maridos que había en la plataforma que contaran el momento exacto con sus (ahora) esposas que les hizo decir: “Sí, le voy a pedir a esta chica que se case conmigo”.
La publicación está repleta de historias adorables, sinceras y divertidas sobre cómo las parejas pasaron de “estar terriblemente enamoradas” al “Sí, acepto”. Nuestro equipo de Bored Panda, amante del amor, ha recorrido el hilo y ha reunido algunas de las respuestas más reconfortantes para demostrar que encontrar a la pareja perfecta vale la pena. Sigan deslizando para ver las respuestas, y asegúrense de contar su propia historia sobre la vez que supieron que la persona con la que querían casarse estaba justo delante de sus narices.
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Nos vamos a casar el mes que viene. Cuando llevábamos dos semanas saliendo, vino con un disfraz de Batman para mi gato. Le puso el disfraz y luego lo persiguió por todo el apartamento cantando “NA NA NA NA NA BATCAT!”.
A partir de ese momento, no tuve más dudas.
Ya he publicado esto antes, pero ya que has preguntado:
Cuando era joven compré un par de espadas. De más grande, por alguna razón, todavía las tenía, pero cuando mi ahora esposa aceptó venir a mi casa decidí esconderlas en un armario, ya que ¿por qué un hombre adulto tendría eso?
Así que, un tiempo después, ella estaba buscando algo en dicho armario cuando escuché que decía: “¿Qué demonios? ¿Tienes espadas? ¿POR QUÉ LAS ESCONDISTE?”. Estaba esperando que se burlara de mí, pero en lugar de eso me dio una y se puso en posición de ataque. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que me iba a casar con ella.
Cuando se reunió con mis padres, se puso un atuendo y preguntó: “¿Qué les parece? ¿Esta ropa dice ‘Hola, padres, mírenme, soy increíble’ o ‘Me acosté con su hijo en la primera cita’?”.
En mi primera semana como paramédico, se murió un niño de dos años. Cuando salí del trabajo, fuí a la casa de mi novia y le conté sobre mi día. Estaba bastante aturdido, tratando de procesar la muerte de ese niño a pesar de todos mis esfuerzos. Me acosté en su sofá y ella me rodeó con sus brazos y se acostó conmigo durante 3 o 4 horas mientras yo intentaba asimilarlo. No me presionó ni me hizo muchas preguntas, solo se acostó en silencio y me abrazó. Poco a poco pude hablar de lo que pasó, y comenzaron a caer las lágrimas; ella lloró conmigo. Sentía que el mundo era tan oscuro y feo, pero ella era mi isla de luz. Empecé a ahorrar para comprar un anillo esa semana y, seis meses después, le pedí que se casara conmigo. En septiembre celebramos nuestro quinto aniversario de boda. Sigo siendo paramédico, y ella sigue siendo mi isla.
La primera vez que le dije a mi padre que estaba saliendo con alguien, me preguntó en broma: “¿Cómo se llama? ¿A qué se dedica? ¿Cuál es su talla de sujetador?”.
Se lo conté a ella, tratando de prepararla para ese sentido del humor, y le pareció muy gracioso. La primera vez que se vieron se presentó diciendo: “¡Hola, soy Stephanie! Estoy en la universidad y uso copa B”.
Mi padre estaba horrorizado, mi madre se rio muchísimo y yo quedé enamorado.
Yo tenía 18 años y salía del dentista, donde me habían sacado dos muelas del juicio. Estaba babeando, tenía manchas de sangre por toda la camisa y era verano. Mi novia, que en ese entonces tenía 16 años, tomó el poco dinero que tenía de su mesada, me compró una caja de helados y pedaleó 25 minutos en bicicleta solo para ver cómo estaba. Aunque tenía manchas de sangre por todas partes, no dejó de mirarme con amor y me dio un beso. Eso fue hace casi 20 años y sigo sin poder imaginar una vida sin ella.
Esto puede ser un poco inusual, pero fue por la forma en la que insultaba. Yo suelo bromear insultando, y ella siempre me lo devolvía. Una vez terminamos insultándonos tanto que mi amigo tuvo que explicarle a su novia que solo estábamos jugando y que no nos odiábamos. Fue genial.
Mi padre me contó que supo que quería casarse con mi madre cuando McDonald’s abrió en Moscú, después de que la URSS se desmoronara, y ella se comió 6 Big Macs seguidos.
Ahora estamos comprometidos.
Nuestra primera cita duró 12 horas porque no podíamos dejar de hablar.
Nuestra segunda cita debía ser solo una cena, pero duró casi 2 días.
Se fue después de la segunda cita y yo no podía imaginar mi vida sin ella. Me quedé extasiado al saber que ella sentía lo mismo que yo.
El día que faltó al trabajo para ayudarme a revisar un contenedor de basura; accidentalmente había tirado mis llaves mientras limpiaba el coche.
Edito para agregar: Las encontramos 2 horas después.
Estábamos muy drogados, nos metimos en la cama y fingimos que éramos pedazos de pollo en una manta de quesadilla.
Nos vamos a casar en enero.
Dejé mi CD favorito en su coche (“Scenes From a Memory” de Dream Theater). Ella no era fan, pero me aguantaba cada vez que yo lo escuchaba.
Un día estábamos hablando por teléfono mientras conducía y nos despedimos, pero se olvidó de colgar.
Esperé unos segundos y la escuché cantando una de las canciones de ese álbum.
Cuando hablábamos y no paraba de hacerme reír. Su sentido del humor es increíble. También ayudó que cuando estábamos yendo a una cita me dijera: “Estás gastando demasiado dinero en mí”. Ella sabía que yo tenía poco dinero (estábamos en la universidad).
Este sábado es nuestro aniversario número 34.
En varias ocasiones, me dijo que me mataría si la dejaba después de cumplir 40 años. Así que le propuse matrimonio en su cumpleaños número 40.
Quiso cocinar un filete en una de nuestras primeras citas y fue el mejor filete que comí en mi vida. Luego de eso, terminé un poco borracho y confesando mi amor, por el filete, por supuesto.
Mi mujer y yo éramos buenos amigos antes de involucrarnos románticamente. Ella era “uno de los chicos”, y no era raro que jugáramos un poco (esto suena un poco sexual, pero no lo era en ese momento). ¿Vieron eso que le hacías a tu hermana cuando tenías 12 años, cuando la inmovilizabas y la amenazabas con escupirla dejando que la saliva colgara de tu boca, para luego volver a absorberla? (Dios, espero no ser el único que hacía eso). Bueno, yo le hice eso a mi amiga (ahora esposa), excepto que tardé mucho y accidentalmente le escupí en el ojo. En lugar de enojarse como cualquier persona normal, se empezó a reír. Llevamos 12 años casados.
Pisé a una chica en un festival, me giré, le pedí disculpas y la chica aceptó mis disculpas. Sin embargo, su amiga borracha empezó a gritarme, me amenazó con golpearme y dijo: “Soy una chica, no puedes devolverme el golpe”. Cuando me empujó, la que sería mi futura esposa salió de la nada y le dio un golpe tan fuerte que se le salió el zapato. En ese momento dije “Sí, me voy a casar con esta mujer”.
Edito para agregar: Mi mujer no es la chica que pisé, debería haberlo redactado mejor. Nosotros estábamos saliendo hacía 8 meses y ella se había ido a buscar a nuestros amigos cuando pise el pie de esa chica.
En su mayor parte, fue el hecho de que desde el mismo día que comenzamos a salir ella se empezó a quedar en mi casa. No se mudó del todo, solo venía a pasar el rato hasta que sí se convirtió en venir a vivir conmigo. Nunca lo pensé mucho hasta un año después y me di cuenta de que nunca hemos pasado un día lejos el uno del otro. Nos casamos en septiembre de 2006, y todavía seguimos juntos.
Éramos jóvenes. Me estaba mudando al otro lado del país para estar juntos. Ella preparó nuestro apartamento antes de que yo llegara.
Nuestro baño era muy, muy pequeño. Mi novia había comprado una alfombra azul para el piso, y, como era demasiado grande, tuvo que recortarla cuidadosamente para que encajara en el soporte del lavabo y la parte delantera del inodoro.
Recortó la alfombra del baño de forma perfecta. En ese momento, supe que tenía que ser mía.