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Entre los eventos más estresantes de la vida, según la escala universal de estrés, se encuentran los cambios en la salud de un familiar: algo que, tarde o temprano, la mayoría de nosotros deberemos atravesar cuando nuestros queridos y ancianos padres ya no puedan hacerse cargo de sí mismos. Allí estuvieron ellos, cuidándonos, llevándonos a la escuela y alegrándonos cuando estábamos tristes. Ahora, los roles han cambiado y es nuestro turno de apoyarlos, lo que a veces requiere que alteremos nuestras vidas personales y volvamos a vivir con ellos.

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Si bien puede ser una oportunidad para pasar algo de tiempo con ellos y recordar las viejas épocas en la ciudad donde crecimos, para las personas de la comunidad LGBTQ todo puede ser un poco más complicado.

Como este usuario de Reddit explicó en su historia de AITA (“¿Soy un idiota?”), mudarse con sus padres ancianos no era una opción posible, debido a que su pueblo natal, conservador y cristiano, no era lugar para un hombre gay. No lo era en ese entonces y no lo es ahora. Naturalmente, haberles dicho a sus padres que no tenía intenciones de hacer un sacrificio así por ellos provocó una reacción negativa en toda la familia.

Sin saber si había actuado correctamente, este hombre se dirigió a la comunidad “¿Soy un idiota?” para obtener las opiniones que tanto necesitaba.

Al ir en contra de los deseos de sus padres ancianos de que volviera a vivir con ellos, este hombre compartió sus razones y pidió opiniones en la comunidad AITA

Image credits: Simon Godfrey (no es la foto real)

La vieja pregunta que muchos de nosotros nos vemos obligados a pensar todos los días: ¿debería mudarme cerca de mis padres mayores para estar allí para ellos o podría dejarlos en un centro de asistencia, aunque me duela? (además de ser una idea que un 90% de los ancianos ni siquiera quiere pensar, según un estudio muy citado).

Existen muchos aspectos complicados que uno debe tener en cuenta antes de elegir una opción u otra: las finanzas, el tiempo y la salud son los tres más importantes. Pero sin importar lo que decidamos, ver envejecer a la gente que nos crió nunca es fácil. “Si obtuviera un dólar por cada lágrima que derramé de culpa, podría contratar a 15 cuidadores”, describió Sara Tapscott, al hablar de su traumática decisión con Forbes.

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Image credits: Nik Shuliahin (no es la foto real)

Amanda Lambert, dueña de la empresa Lambert Care Management y autora de Aging with Care: Your Guide to Hiring and Managing Caregivers at Home, es muy consciente de la carga emocional que pueden crear los ancianos y su salud deteriorada. Después de todo, ella ha sido cuidadora profesional durante 25 años.

“Mi primera experiencia de trabajo con adultos mayores fue al coordinar un programa llamado Elderhostel, que ahora se llama Road Scholar”, le contó Lambert a Bored Panda. Amanda dice que su fascinación por el cuidado de ancianos comenzó de casualidad, cuando acababa de cumplir 30 años y sus estudiantes estaban de vacaciones durante un verano.

“En esa época, trabajaba en una pequeña universidad de New Hampshire, coordinando las actividades de los estudiantes durante el invierno. La universidad decidió agregar el programa Elderhostel durante un verano en el que los estudiantes no se encontraban en el campus. Todos los estereotipos y nociones preconcebidas que tenía sobre los adultos mayores se esfumaron”, recordó Lambert. “Los grupos eran dinámicos, energéticos y diversos. Me parecieron mucho más interesantes que los estudiantes. ¡Me sentí cautivada!”.

La gente, unánimemente, determinó que el autor fue muy razonable con su decisión y que la familia debería ser más comprensiva con su perspectiva