Las redes sociales están volviendo obsoletas las reuniones de secundaria. En lugar de juntarse con las personas, ahora podemos buscarlas en línea para saber si se han vuelto tan vergonzosas como lo esperábamos.
Sin embargo, no creo que vayan a desaparecer por completo. Las reuniones en la vida real con los antiguos compañeros de secundaria pueden ser realmente… inolvidables. Al principio, iba a decir “entretenidas”, pero, como nos demuestra esta publicación en Reddit del usuario Respect_The_Box, las reuniones no siempre son así.
Al pedirles a los graduados que compartieran las peores cosas que ocurrieron en sus reuniones de secundaria, este usuario recibió bastantes historias interesantes, con un drama suficiente para un programa de televisión de 20 temporadas.
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Mi reunión por el décimo aniversario de graduación se llevó a cabo en el salón de banquetes de un lindo hotel y asistieron bastantes personas (más de 100). Un chico, que había conocido durante toda la secundaria, era popular por fumar marihuana. Lo llamaré Chris. Chris llegó al salón, se detuvo, se dio la vuelta lentamente y examinó todo el lugar. Luego, dijo: “Wow…”, y se veía muy alarmado. Una vez que sus ojos se posaron en mí, le dije: “¡Hola, Chris! ¡Cuánto tiempo sin verte!”. Se acercó a mí y me susurró en el oído: “Esto es muy extraño… estoy bastante seguro de que conozco a todas las personas que están en esta habitación”. Allí fue cuando me di cuenta de que estaba usando las mismas prendas que los trabajadores del salón. OH, POR DIOS. CHRIS ESTABA TRABAJANDO COMO MESERO EN SU PROPIA REUNIÓN DE SECUNDARIA Y NO SABÍA LO QUE ESTABA OCURRIENDO.
Lo acompañé hasta el vestíbulo principal y le expliqué que era la reunión del décimo aniversario. Estaba más que avergonzado. Nunca lo contactaron y ni siquiera se había dado cuenta de que habían pasado 10 años desde que se había graduado. Solo sabía que estaba trabajando un día más de una interminable serie de trabajos como mesero.
Hice que me llevara con su gerente y le expliqué lo que ocurría. Le dije que NO HABÍA MANERA de que este hombre trabajara en su propia reunión de secundaria. Increíblemente, el gerente estuvo de acuerdo. Buscamos una chaqueta y una corbata diferentes y lo llevé de regreso a la fiesta. Terminó por pasar una buena noche.
La reunión fue en un centro de convenciones, y había un partido de hockey de la universidad al lado. Una vez que el juego terminó, un hombre borracho llegó y comenzó a comer scones, para luego dirigirse al bar y beberse unas 5 cervezas gratis, antes de que la seguridad lo echara. Mientras lo escoltaban hasta la puerta, llenó sus bolsillos con scones.
Jamás me invitaron a una, pero ir a esa reunión luego del partido de hockey fue increíble. Nunca me olvidaré del sabor de los scones que guardé en los bolsillos.
En la escuela secundaria, tuvimos un profesor que, durante una discusión sobre la mortalidad, nos dijo: “Cuando lleguen a la reunión por el décimo aniversario, al menos uno de sus compañeros habrá muerto”. El décimo aniversario llegó y nadie de nuestra clase había fallecido.
En la reunión del sábado por la noche, todos estábamos festejando y pasando un buen rato. Una de las organizadoras se dirigió al micrófono para hacer unos anuncios, se quedó en blanco y se cayó al suelo.
Tuvo un aneurisma cerebral: murió antes de golpear el suelo.
En la reunión por el décimo aniversario de graduación, los organizadores dieron “premios”: a la persona que más había viajado para asistir, a la persona con más hijos, etc. Iban a otorgar el premio a la persona con el hijo más grande y la gente comenzó a gritar las edades de sus hijos. Cuando se quedaron en silencio, la tímida chica que estaba casi al frente dijo, en un tono de voz normal: “Once”. Allí fue cuando todos nos dimos cuenta por qué dejamos de ver a Heather justo antes de la graduación.
Los funcionarios de la clase hicieron una reunión por el quinto aniversario en un bar local, durante el fin de semana de Acción de Gracias. Solo invitaron a quienes les agradaban (unas 30 o 40 personas). Una de las personas que no habían invitado terminó volviéndose policía y convenció a su supervisor de que le dejara hacer un control de alcoholemia. Esa noche, casi la mitad de las personas que asistieron terminaron siendo arrestadas. Además de las dos multas por conducir alcoholizados, dos de los organizadores tuvieron cargos por drogas. El décimo aniversario comenzó mejor, pero, de todas formas, terminó siendo un desastre. Decidieron hacer un picnic en el mismo sitio en el que tuvimos un picnic durante nuestro último año. Uno de los funcionarios de la clase había comenzado su propia empresa de banquetes y se encargó de ello. Aproximadamente un tercio de la gente terminó con intoxicación alimentaria. Afortunadamente, la Covid hizo que el vigésimo aniversario se cancelara.
Alguien me dijo: “No eres un fracaso, ¡sé tu mismo!”. Así que, cuando fui, les conté orgullosamente lo que hacía esos días: trabajaba por $9,25 la hora y había regresado a la escuela luego de poner mi vida en orden al ir a rehabilitación. ¡Estaba orgulloso! Pues, todos me tuvieron lástima. Incluso, un hombre intentó darme dinero. Me hizo sentir mal sobre lo que yo creía que había sido un progreso. Odio a la gente.
En la reunión por el vigésimo aniversario, dos hombres fueron arrestados por pelear a puñetazos en la acera fuera del bar. ¿Por qué habían peleado? Uno de los hombres se había acostado con la novia del otro chico durante la escuela secundaria y, estando borracho, mencionó esa aventura de hace 20 años. Ninguno de los dos se casó ni salió con esta chica luego de la escuela, pero, 20 años después, los dos idiotas se enfurecieron por ello.
Esto es un poco deprimente…
Mi reunión por el décimo aniversario fue organizada por, claro, las “chicas populares”. Eran mujeres que todavía residían en ese pequeño pueblo y que estaban lejos de sus mejores días. Son personas verdaderamente podridas. En realidad, yo estuve en su grupo durante la escuela media, hasta que comenzaron a molestarme.
Para la fecha de nuestra reunión, creo que cuatro de nuestros compañeros de clase habían fallecido.
En un momento, hicieron que nos sentáramos y atenuaron las luces para hacer una presentación en memoria de UNO de nuestros compañeros fallecidos, de quien, por supuesto, eran buenas amigas.
Estaba tan enfurecida que me fui, quizás porque era amiga de una de las chicas que había muerto. Pero ¿¿qué tan egocéntrica tienes que ser para hacer una reunión y no investigar un poco para homenajear a todos los fallecidos??
A lo mejor hubiera estado bien coger el micrófono y mencionar a los otros tres compañeros fallecidos.
Había tenido a mi bebé unos meses antes y otra chica tuvo gemelos alrededor de la misma época. Ella estaba super drogada y borracha y no dejaba de llorar y de contarme sobre lo celosa que estaba por lo buena mamá que yo era con mi hija.
La senté y le dije que había sufrido depresión y ansiedad luego de tener a mi hija, y que estaba bien si ella no tenía todo bajo control.
Un hombre intentó impresionar a todos haciendo un truco de magia (ese en el que hay una cuchilla debajo de varios vasos). Procedió a adivinar en dónde no estaba la cuchilla, metió fuertemente su mano en un vaso y terminó apuñalándose a sí mismo. Luego de apuñalarse, se quedó quieto y se desmayó, lo que causó más lesiones. Ahora se encuentra bien.
Durante nuestra reunión, alguien me confesó que yo era su “chica ideal”. Mientras tanto, había llevado a su prometida como su cita. Apenas lo había conocido en la escuela secundaria. Desafortunadamente, su prometida no conocía a nadie allí y él se negaba a irse con ella. Borracho, me dijo: “No me iré con ella, me iré contigo”. Le dije a su prometida que me enviara un mensaje de texto cuando su coche esté fuera. Luego, le susurré: “Vámonos”, salimos y lo metí en su coche. Jamás me olvidaré de su expresión cuando se dio cuenta de quién conducía. Le dije: “Sí, así termina tu noche”. De todas formas, se casaron, así que…
Esta no es mi historia, pero, el verano pasado, mi madre fue a la reunión por el aniversario número 40. En diciembre, dejó a mi padre (luego de 36 años de casados) por su novio de la secundaria y ahora vive con él.
En la reunión por el quinto aniversario, luego de una discusión, un hombre (que siempre había sido alguien marginal, pero amable, durante la escuela secundaria) sacó su recibo de sueldo y comenzó a gritar: “¿Siguen creyendo que soy un perdedor” y “¿A qué no se imaginan cuánto gano? ¡Miren esto!”. Por supuesto, eso empeoró las cosas y todos se rieron de él. Es decir, ¿por qué tenía su recibo allí? No lo he visto desde entonces.
Nos enteramos de que la mujer que estaba organizando todo usaba nuestra información para reclutar nuevos miembros para el culto NXIVM, diciendo que era un grupo de superación personal.
