Si su primer día en un nuevo trabajo es un desastre —ya sea porque el nuevo jefe les ha arruinado el día, las condiciones de trabajo no podrían estar más lejos de lo acordado o algo completamente distinto— puede que el lugar no merezca una segunda oportunidad y será mejor que encuentren la salida más cercana.
La comunidad de AskReddit debatió las dos razones anteriores y otras para dejar un nuevo trabajo de forma casi instantánea, que les pueden resultar interesantes. Aquí, en Panda Curioso, hemos recopilado ejemplos que van desde lo extraño hasta lo exasperante, pero que terminan todos con el mismo resultado.
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Nos obligaban a rezar juntos todas las mañanas y a recitar el juramento de lealtad. Lo único a lo que soy leal es a mi perro artrítico de 14 años, Bisco.
Aunque parezca difícil de creer, en pleno siglo XXI, con el desarrollo de la globalización y todos los estudios existentes sobre la importancia de un ambiente laboral sano en la productividad del empleado, algunas empresas aún eligen sostener valores arcaicos y exigencias sumamente dañinas.
Sin embargo, esto ya no pasa desapercibido y cada vez más son las personas que eligen respeto, su salud mental y calidad de vida por sobre el dinero. Otras personas, ya sea porque no tienen opción o por decisión propia, deciden encontrar la forma de sacarle provecho o ver el lado positivo a malas experiencias laborales.
Y si están buscando su lugar de trabajo ideal, la página “Great place to work” o “Los mejores lugares para trabajar” lleva un ranking anual de las compañías mejor votadas por sus empleados. La lista no se basa solo en el atractivo arquitectónico o la comodidad de sus oficinas, sino también por el compañerismo, el respeto, la comunicación y otros factores que componen un ambiente laboral saludable.
¿Qué piensan de estas historias, Pandas? ¿Les ha pasado algo similar? Cuéntennos en los comentarios.
El estacionamiento, que costaba 20 dólares, no estaba incluido por ser un empleado. Esto fue cuando el salario mínimo era de 11,50, así que trabajabas 2 horas y terminabas devolviéndole el dinero a tu empleador. A la mier** con eso.
En otro lugar donde trabajé, la cocina abierta se incendió. Todos los clientes pudieron verlo e igual no evacuaron el lugar, siguieron sacando los pedidos y esperaban que yo limpiara la cocina quemada. No, no, no, no.
En otro lugar habían descongelado pollo dejándolo fuera de la nevera durante la noche, en el suelo, durante el verano. Las ratas huyeron cuando encendimos la luz y ahí fue cuando llamé al departamento de seguridad.
Querían que hiciéramos nuestras primeras ventas a amigos y familiares.
Al diablo con eso. Si la primera opción es que yo gane dinero a costa de las personas que más me importan, significa que me pedirán cosas cada vez peores (moralmente).
El costo del estacionamiento era mayor al salario que ofrecían. Me dijeron que llevara mi coche de la parte trasera de la tienda a un estacionamiento caro. Conduje directo a casa.
Esto no fue exactamente el primer día. Durante la entrevista les dije que no trabajaría los domingos. El entrevistador me dijo que era algo aceptable y durante mis dos semanas de formación, no tuve que trabajar los domingos. Mi primera semana oficial, me programaron para trabajar un domingo, así que me quejé y le recordé el acuerdo a mi jefe. Me dijo que no siempre iban a poder cumplirlo y que a veces me tocaría trabajar ese día. Renuncié al instante y me fui.
Soy fan de los peces y había conseguido un trabajo en el departamento de peces de PetCo. En mi primer día querían que sacara todas las rocas (sustrato) de cada tanque, las fregara y las volviera a poner en su lugar. Mover el sustrato libera bacterias nocivas y puede enfermar a los peces [o matarlos]. Les expliqué esto y les dije que lo mejor era hacer un cambio de agua del 20% de cada tanque. Básicamente me dijeron: “Lo siento, esto es lo que dice la empresa y tienes que hacerlo”. Yo dije: “Está bien, lo haré después de comer”. No regresé después de almorzar.
Tuve un trabajo de telemarketing en el que tenía que pagar 75 dólares por adelantado y renunciar a la comisión del primer mes. Dije: “A la mier** con esto”, les hice un gesto con el dedo y me fui. Un amigo se fue 30 minutos después. Era un call center ilegal en un apartamento. Todavía siento odio cuando paso por allí y veo el edificio.
De poco empezaron a cambiar las condiciones del contrato.
Empezó con: “Jornada de 10 horas, 5 días a la semana, 8 libras por hora”.
Cambió a: “A veces también tendrás que trabajar los fines de semana”.
Siguió con: “Es temporada alta, así que esperamos que trabajes el sábado y el domingo esta semana”.
Después: “Trabajarás los sábados y domingos”.
Luego: “Hoy necesitaremos que te quedes unas horas más después del trabajo”.
Y terminó con: “Trabajarás 12-14 horas al día 7 días a la semana durante los próximos 6 meses”.
Sí, no lo creo.
Ni siquiera duré un turno completo.
Era repartidor de pizzas, a principios de los 90; yo tenía 20 años. Mi primer turno fue bajo una lluvia torrencial, conduciendo un VW escarabajo del 1967 (con el parabrisas roto). En dos pedidos tuve que volver porque las pizzas no eran las que habían pedido.
Cuando volví, vi que Ricky, el jefe de turno, le había disparado a uno de los otros repartidores en la pierna con una escopeta de aire comprimido.
Empecé al mediodía y dejé el trabajo a las 20:30. No recuerdo si alguna vez me pagaron, pero no me importó.
En Wendy's, había un supervisor cuyo único trabajo parecía ser caminar entre nosotros durante las horas puntas repitiendo monótonamente: "venga, haz esas hamburguesas, venga, más rápido, hazlo". Cuando mis hamburguesas no se hacían lo bastante rápido porque mi única formación fue ver un vídeo de 30 minutos, el supervisor se rió de mi y me dijo "¿y por qué no te vas a fregar los platos entonces? Porque SABES fregar platos, ¿no?". Y en ese momento me largué.
Usaron material de formación de L. Ron Hubbard.
Cuando fui a hablar por el salario me ofrecieron un monto inferior al que me habían prometido en la entrevista que tuve por teléfono. Les dije que eso no era lo que habíamos acordado. Me dijeron que era lo que tenían para ofrecer. Les dije que si me iban a estafar incluso antes de empezar, entonces no teníamos nada que discutir, pero gracias de todos modos.
Hice esto dos veces.
La primera vez fue porque era estudiante universitario y necesitaba un trabajo para pagar el alquiler. Conseguí un trabajo en un nuevo call center que había abierto en mi ciudad natal. Fue horrible. El ambiente era tóxico, el jefe era un idiota horrible, y había todo tipo de “métricas” de mier** y objetivos, etc. que teníamos que cumplir. No volví después del primer día. Los llamé a la mañana siguiente y les dije que no era para mí.
La segunda vez fue en una entrevista para un trabajo que me entusiasmaba bastante y en el que iba a dirigir un equipo que se ocupaba de defender algunas cuestiones de política internacional. Estaba muy emocionado. La entrevista que tuve se hizo en una cafetería… me mandaron la dirección de la oficina, llegué para mi primer día y vi que era un lugar decrépito, apenas se sostenía, con las computadoras y el equipo de oficina más anticuados. En la entrevista de trabajo se había referido al “equipo” que iba a dirigir como “un equipo pequeño” y, en realidad, era solo una señora que no hablaba ninguno de los dos idiomas que yo hablo.
Me contrataron para el puesto equivocado, para el que lamentablemente no estaba capacitada y no me interesaba fingir. El primer día, los “gruñones” estaban formando al “experto” en las cosas más básicas y a todo el mundo le quedó claro que yo no tenía nada que hacer allí. Después del turno, renuncié y le dije a la gerencia que la próxima vez hiciera bien su tarea.
Mi hijo duró hasta la tarde en un nuevo trabajo porque el supervisor le pidió que hiciera horas extras hasta la medianoche. Eh, no.
En el momento en el que parecía que estaba a punto de conseguir una venta en mi primer día, apareció el supervisor, me la robó y reclamó la comisión.
Renuncié en el acto.
No les pagaron el sueldo a algunos de los trabajadores por culpa de una mala gestión (el jefe metió la pata y decidió que a *él* no le iban a descontar su sueldo de 6 cifras) e intentaron hacerme firmar un contrato en el que mi sueldo era inferior a lo acordado. BONUS: también habían añadido dos tareas extra a mi puesto y tenía que estar disponible todo el tiempo.
Estaba desesperada pero no era estúpida.
Me di cuenta de que había algo malo cuando incluso antes de que pudiera poner las cosas en mi nuevo escritorio tres compañeros de trabajo se acercaron y me advirtieron que leyera mi contrato cuidadosamente y me dijeron que era una porquería trabajar allí.
Ni siquiera habían pasado 30 minutos.
Me prometieron 17 dólares la hora. Me presenté a mi primer día de formación y empecé con el papeleo. Los documentos de incorporación decían: “7 dólares la hora más las propinas semanales, lo que equivale a un promedio de 17 dólares la hora”. Me levanté y me fui.
Me presenté a un trabajo temporal de verano en una fábrica de muebles. El capataz nos recibió en la sala de descanso antes de empezar y nos dijo que el trabajo era de jornada completa. Éramos estudiantes y no podíamos hacer jornada completa, así que él nos dijo: “Bueno, maldición. Ya están aquí, así que les pagaré el día si quieren trabajar”.
Fue genial. Me encantó ver cómo funcionaba todo. Conocí a varios chicos con los que terminé jugando al baloncesto los fines de semana.
Hace unos años mientras buscaba trabajo me salió algo sin contrato en un restaurante, básicamente era freganchina, unas 12 horas fines de semanas y festivos. Todos los extras trabajamos muchísimo, cuando llegó la hora de comer después de haber currado sin parar y a contrarreloj, nos pusieron un plato de comida decrépito, un mini pescado con una pequeña ensalada, al terminar fui a coger una fruta del frutero que había en la misma mesa y una de las empleadas me dijo que para coger fruta había que pedir permiso a la jefa. Además, tras la comida de mierda nos tocó ponernos a cuatro patas a fregar el piso con cepillos a mano! Lo cuento y me quedo loca sólo de recordarlo. Bueno, terminé, me pagaron los 50€ y no aparecí por alli en la vida, y nunca jamás iré a comer a ese lugar.
Hace unos años mientras buscaba trabajo me salió algo sin contrato en un restaurante, básicamente era freganchina, unas 12 horas fines de semanas y festivos. Todos los extras trabajamos muchísimo, cuando llegó la hora de comer después de haber currado sin parar y a contrarreloj, nos pusieron un plato de comida decrépito, un mini pescado con una pequeña ensalada, al terminar fui a coger una fruta del frutero que había en la misma mesa y una de las empleadas me dijo que para coger fruta había que pedir permiso a la jefa. Además, tras la comida de mierda nos tocó ponernos a cuatro patas a fregar el piso con cepillos a mano! Lo cuento y me quedo loca sólo de recordarlo. Bueno, terminé, me pagaron los 50€ y no aparecí por alli en la vida, y nunca jamás iré a comer a ese lugar.