Casarse y adaptarse a la vida de la persona que amamos puede ser un poco difícil, ya sea porque ellos tienen hábitos distintos al comer o porque el tamaño de la otra familia es muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Esa es la razón por la que mezclar dos familias no siempre resulta sencillo, sobre todo si las diferencias que existen son bastante significativas.
Estos usuarios de Reddit hablaron sobre qué fue lo que más los sorprendió cuando se casaron con alguien cuya familia era mucho más adinerada que la de ellos. Así, los miembros de la comunidad “Ask Reddit” contaron sus historias luego de que un internauta les preguntara qué cosas los habían asombrado al adentrarse en un estilo de vida tan diferente. Además, este usuario quiso saber si los demás miembros creían que sus personalidades habían cambiado desde entonces al tener que ajustarse a una familia con un contexto económico diferente. Continúen leyendo para ver las respuestas que recopilamos en esta lista.
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No me casé. Sin embargo, uno de mis mejores amigos tenía una cantidad de dinero increíble. Siempre se vestía bien, pero nunca alardeaba de su riqueza. Él decidió ser mi amigo. Al principio, no me agradaba mucho. Siempre me molestaba y me seguía a todas partes. Al final, me confesó que era gay. Y que no se lo había contado a su familia. Me habló llorando y diciéndome que le hacían bullying. Yo me enfrenté a sus acosadores (y casi me expulsan por ello). Me invitó a cenar: vivía en la casa más grande que había visto en mi vida. Esas que tienen cuartos de cine y 6 baños sin ninguna razón. Él me dijo: “Sí, he conocido a algunas personas que pensé que eran mis amigos, pero que solo me querían por mi dinero”. Le respondí: “Amigo, crecí siendo muy pobre. Solo me pone feliz que cuentes con un baño que pueda usar, ya que tengo que orinar”. Sus padres me amaban. Yo todavía cuento esta historia. Lo ayudé a salir del armario con sus padres. Su padre falleció. Él intentaba regalarme cosas, pero yo le decía que no.
Para mi cumpleaños, su mamá y él me regalaron pases a Disney y fuimos todos juntos antes de que se mudara. Aún lo extraño.
Me casaré con alguien cuya familia tiene mucho menos dinero que la mía. Al principio, me sorprendió que no necesitaran dinero para pasar un buen rato. Esta familia es muy cálida y acogedora, y fueron quienes, básicamente, me enseñaron a sobrevivir si, Dios me libre, algún día me hallara por mi cuenta. En suma, me enseñaron sobre “inteligencia callejera” y sobre cómo resolver problemas sin dinero.
Lo que más me sorprendió ocurrió cuando pasé Navidad junto a su familia por primera vez. Habíamos empezado a salir hacía 2 meses. Su familia nos hizo volar hasta su condominio en un resort privado, para lo cual tuvimos que tomar un vuelo en una aerolínea también privada.
Al segundo día, sus padres me llevaron a comprar un equipo de esquí como regalo de Navidad… Gastaron más de 4 mil dólares en el traje y los accesorios. ¡Hasta me compraron guantes! Les tomó 30 minutos convencerme de que dejara de mirar los exorbitantes precios; pero, aun así, me sentí incómoda.
Una semana después, durante la mañana de Navidad, noté que su mamá se aseguró de que hubiera un calcetín para mí (lo que me emocionó y me hizo sentir en casa, ya que, de niña, solíamos colgar solo calcetines). Pero, luego, saqué una caja de él… Tenía un collar de 300 dólares dentro. ¡Era un regalo extra de $300! Pensé que había tomado el calcetín equivocado- Quizás era el obsequio para su hija (teníamos el mismo nombre). Nunca me habían regalado nada de más de $20 dentro de uno de estos calcetines, y solo había abierto uno de los obsequios.
En suma, eran la familia más amable de todas. Eran muy humildes y ¡compartían su felicidad y riquezas siempre que podían!
Me casé con alguien cuya familia es de clase media-alta. Ahora vivo de forma mucho más cómoda de la que viví con mi familia. Mis padres lidiaron con deudas durante la mayor parte de mi crianza y nunca pudieron permitirse vacaciones extravagantes. Cuando me casé con mi esposo, no pude creer lo generosos que eran (y son) mis suegros. Mi suegra hizo que la casa en la que ahora vivimos fuese posible mucho antes de lo que esperábamos. Ella paga los arreglos costosos y las reparaciones del hogar cuando lo necesitamos. También ayudar a pagar el vuelo de mis padres para que nos visiten cuando yo tenga mi bebé (ellos viven en EE. UU. y nosotros vivimos en Canadá). La lista continúa. Mi esposo y yo somos muy listos con nuestro dinero, así que no es como si hubiésemos pasado de no poder disponer de dinero a que nos cuidara una familia generosa y adinerada. Siempre he ahorrado. Haber entrado en esta familia me ayudó a comprender que no debo tener miedo de gastar dinero. Haber crecido con poco dinero también me ha enseñado mucho. Diría que me he beneficiado de varias formas con ambos estilos de vida.
La familia de mi pareja no es increíblemente rica, pero yo crecí siendo clase media-baja, mientras que él es de clase media-alta. Recién nos habíamos comprometido cuando su papá y su madrastra decidieron incluirme en la cena de cumpleaños de uno de sus hermanos. Antes de que yo aceptara ir, mi pareja me aseguró de que su papá pagaría todo, ya que sabe lo ansiosa que me siento en situaciones nuevas y que nunca había ido a este restaurante, que quedaba en una gran ciudad a 2 horas de distancia. Me horrorizó ver cuánto pagarían por mi plato e intenté ordenar la comida más barata del menú. Los primeros años de matrimonio fueron difíciles, ya que nos regalaron dinero y nos reembolsaron compras grandes que ni siquiera habíamos pedido (al remodelar un piso superior que debía ser reparado). Además, nos han llevado de vacaciones. Todavía me incomoda aceptarles estas cosas, dado que no es común en mi familia. Pagarle el plato a alguien más en un restaurante común sería algo importante para nosotros. Esto no ha cambiado cómo pienso sobre el dinero, pero definitivamente ha afectado a nuestros hijos. Si encuentran un juguete costoso, saben que pueden pedírselo a estos abuelos para su cumpleaños. Suelen preguntar cuándo volveremos a ir de vacaciones. Regresan a casa, luego de visitarlos, con ropa, zapatos y juguetes nuevos. Al haber crecido teniendo poca ropa, siendo toda usada, todo el tiempo intento hacerles ver lo bendecidos que están. No quiero que crezcan siendo caprichosos, pero temo estar perdiendo la batalla.
En mi familia siempre estuvo la creencia de que los abuelos están para malcriar en todo sentido a sus nietos (con cariño, con comida, dinero, etc.), y que ellos los van a proteger de sus padres aunque se porten mal. Van a ser caprichosos con sus abuelos, eso es ley. Pero deberían saber que con los padres hay límites
A mí me ocurrió esto. Me sorprendió lo realista, atenta y generosa que era esta gente muy adinerada en la vida real. En las redes, son difamados a grandes niveles, pero nunca he conocido a nadie que sea parte de esa sociedad y que no fuera caritativa y amable con la gente a su alrededor en general.
Lo que más me sorprendió fue haberme enterado de que el castigo con el que amenazaban a mi esposa se trataba de darle el cereal que viene en bolsa en lugar del que viene en caja.
Ellos no comprendían el sarcasmo.
Pensé que el sarcasmo era una cultura universal, pero, cuando comenzaron a preguntarme sobre mi perspectiva negativa del mundo, les dije que no era una persona negativa, sino que mi hostilidad es un engaño con el que las clases bajas se sienten cómodas y divertidas.
No me casé con este chico, básicamente, por esta razón: era un niño. Su familia lo había tratado como a un bebé durante toda su vida y sus hermanas se estaban volviendo psicóticas. Por ejemplo, él se sentía extremadamente orgulloso de sí mismo porque le iba mejor que a los demás en la universidad, cuando nunca consideró que todos sus amigos debían tener tres empleos para ir allí. Su escuela privada, su apartamento, sus compras: todo lo pagaba su familia. Él estaba a la defensiva siempre y nunca podía admitir que contaba con algún tipo de privilegio. Una de las razones por las que me gustó al principio fue porque, aparentemente, había tenido trabajos de m****a durante la mayor parte de su vida, así que podía identificarme con ello. Creí que era realista. Resulta que solo tuvo un mal empleo durante 2 semanas hasta que renunció y nunca más volvió a trabajar. Es tan idiota que todavía le cuenta a la gente lo traumatizante que fue y lo mucho que lo cambió. Esto me sorprendió. No puedo creer que exista gente así.
Pues existe. Y a muchos pobres que han juntado cuatro perras, también les pasa. Se vuelven clasistas y soberbios y votan a Vox. Lo digo desde España
Quizás debería usar una cuenta falsa, pero, no importa. Me casé con alguien cuya familia tiene bastante dinero. Yo provengo de una familia debajo del nivel de pobreza. Me sorprendió mucho cuando me enteré de que nuestro regalo de bodas era una casa. Los regalos costosos sin razón, como los relojes y más, siempre me han incomodado un poco, ya que no sé qué hacer más que decir “Gracias”. Nos regalaron dos casas en un lapso de 10 años, y una de ellas cuesta más de 500 mil dólares. Ha sido algo loco; pero, afortunadamente, podremos sustentar a nuestros hijos gracias a ello.
Tengo tres hijos y con una casa de 2000mil dolares aquí en Venezuela seríamos súper felices
No nos hemos casado, pero hemos estado juntos durante 6 años y vivimos juntos desde hace 3 años. La familia de mi pareja tiene mucho dinero y todavía me sigo sorprendiendo de ello.
Recuerdo que, una vez, su papá se quejó de que quería un coche nuevo, ya que su Mercedes era viejo. Me reí un poco y le dije: “¿No tiene solo 3 años de antigüedad?”. Él respondió, totalmente asombrado: “Oh, por Dios, no, ¡tiene 5!”. No pude disimular mi expresión… Yo tengo un Jeep de hace 14 años y mi familia tiene un Durango de hace 20 años (el cual, por cierto, es un gran coche).
Nuestras personalidades definitivamente no han cambiado (o, al menos, que yo sepa). Él sabe que ha contado con ventajas en la vida gracias a la fortuna de su familia y es fiscalmente responsable con su dinero. Aunque no puedo decir lo mismo de su hábito de gastar dinero en computadoras…
Según mi esposa: “Escuchar a tu madre quejarse del piloto personal de la familia se sintió realmente extraño. Escucharla quejarse de tener que manejar la cabaña veraniega (una casa gigante sobre un maravilloso lago en Nueva York) hace notar la diferencia con mi trabajo de camarera”. Mi esposa y yo somos iguales, pero aún así soy su: “Idiota arrogante”.
Me casé con alguien que tiene una familia adinerada. Me mudé a otro país para vivir con ellos. En su país, no son considerados particularmente ricos; pero, bajo los estándares de mi país natal, ¡definitivamente viven en una mansión!
Crecí con padres separados. Uno vivía debajo de la línea de pobreza y el otro era clase media, aunque siempre se encontraba trabajando. Vi la vida desde las dos perspectivas.
Es una locura ver que algunas personas tienen hijos que no saben sobre el manejo del dinero (y que, a veces, ya son adultos). Compran ropa de diseñador todas las semanas, salen a cenar en costosos y lujosos restaurantes y piden comida a domicilio cada dos días. Luego, se sorprenden de que llegan a fin de mes sin ahorros.
Es común oír sobre la gente de unos 30 años a quienes sus padres, de vez en cuando, les dan dinero. Un lado de mi familia no hubiese podido permitírselo (aunque se endeudarían para ayudarme si fuese necesario).
Muchas de estas familias tuvieron un abuelo o un padre que trabajó mucho para obtener dinero. Sin embargo, el concepto o la habilidad de ahorrar nunca se les enseñó a los hijos.
Estoy a punto de casarme con alguien cuya familia es extremadamente rica. Hasta ahora, todas las expectativas que tenía sobre cómo sería su familia fueron erróneas. Es decir, pensé que me juzgarían o que actuarían como si fuera una pequeña, triste y pobre niña; pero, en realidad, fueron muy amables. Ellos no son perfectos, o sea, también tienen algunos problemas. Siempre me resultó extraño que pagaran por mis cosas, hasta que, luego de un tiempo, me di cuenta de que les gusta hacerlo. Les agrada gastar dinero y ayudarme. Eso fue muy lindo, porque no se imaginan lo asustada que estaba por conocer a su infame familia. Lo que resultó muy genial fue haber podido echar un vistazo en cómo es este tipo de vida, ya que mi prometido no es rico, sino que su familia lo es. Él tiene un trabajo normal como operador de llamadas, LOL. Así que fue increíble ver que su hijo no fue criado de forma que pudiese tener todo lo que quisiera. No lo sé, LOL, solo me resultó interesante y esclarecedor.
La superficialidad de mi suegra. Lo peor que puede ocurrirle es no tener con quien jugar tenis en el club de campo.
Mi suegro era abogado y tenía oficinas en Londres, Ginebra y Nueva York. Su madre trabajaba como médica privada en Londres. Mis padres fueron un militar y una ama de casa. Mi esposa fue a escuelas privadas hasta su licenciatura y, luego, vino a EE. UU. para hacer un posgrado y pasar un año libre viajando. Todo fue pagado por sus padres. Yo tuve que trabajar en construcción durante los veranos para pagar por una universidad de segundo nivel. Ninguno de nosotros ha cambiado mucho y esa es la razón por la que nos hemos divorciado.
Mi mamá se casó con mi papá y, así, ha logrado tener un estilo de vida de familia de clase media-alta. A ella le gusta demostrarlo y lo hace de forma caritativa o filantrópica. Eso no me gusta para nada. Sé que, en el fondo, es una persona prejuiciosa y rencorosa, pero actúa como si fuera la Madre Teresa con todo el mundo. Estoy seguro de que no actuaba así cuando era de clase baja.
Que, si algo como un horno o una silla apenas se rompe, compran uno nuevo. También que, como hicieron viajes geniales a sitios como Myrtle Beach y Disney World, a los hijos, incluido mi novio, ya no les interesa y no participan en casi ningún otro viaje.
Las únicas vacaciones que mi familia se ha tomado han sido para acampar, y mis padres han tenido el mismo equipo desde hace 20 años. Esto no ha cambiado nuestra relación, pero me ha hecho ver qué tan poco valora estas cosas su familia.
Honestamente, lo que más me sorprendió fue que solían comprar en tiendas de segunda mano (y no, no son ricos *debido a que* compraban cosas en tiendas de segunda mano). También me asombró la reacción que yo tuve… Al principio, sentí que mi suegra era avara. De alguna forma, para mí era casi insultante que comprara en tiendas de segunda mano basura que no necesitaba, aun cuando podía permitirse cosas lindas y nuevas. Ello realmente me hizo notar lo mucho que las familias más pobres valoran las cosas “costosas” debido a una sensación de orgullo.
No me casé, pero sí salí con una mujer de Filipinas cuando viví allí. Su familia estaba bastante bien de dinero en comparación a la mayoría, pero la diferencia con las familias estadounidenses era enorme. Ella no notaba la diferencia debido a que nunca había ido a EE. UU. Para tomarse unas vacaciones, debía trabajar 12 horas por día, 6 días a la semana, durante algunos años… Y, aun así, solo podría ir a algún sitio cercano, como Malasia.