20 Personas que tuvieron experiencias escalofriantes e inexplicables y las compartieron en este grupo online
Aunque existen muchas historias de personas que han visto fantasmas, que se han encontrado con Pie Grande o que han vislumbrado al monstruo del Lago Ness, mucha gente no cree en ellos, al ser misteriosos e intangibles. Además, debido a que los científicos no pueden dar ninguna evidencia creíble de su existencia, muchos tienden a pensar que estas criaturas son el fruto de la loca imaginación de alguien.
Sin embargo, hay muchas otras personas que creen en lo paranormal y que afirman haberlo experimentado. Estas historias suelen ser espeluznantes y el hecho de que no puedan ser explicadas las vuelve muy aterradoras.
No obstante, es interesante leer y especular sobre ellas, así que aquí les dejamos una lista para saciar el hambre de este tipo de historias. Los internautas comenzaron a compartirlas cuando el usuario de Reddit Endemicbacon preguntó: “Para la gente que ha experimentado lo paranormal o que ha visto críptidos y otras criaturas desconocidas, ¿cuál es su historia?”, y las respuestas fueron verdaderamente escalofriantes.
Más información en: Reddit
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Esto ocurrió hace unos pocos meses. Mi gato Salem, de 1 año, falleció repentinamente y yo estaba muy triste por no haber podido salvar su vida. Ese día, llamé a mi trabajo y les dije que mi abuelo había fallecido (él murió hace 20 años), para poder llorar en casa. Lloré durante días por él. Un día, fui al trabajo y vi que había un chico que hacía brujería, que decía que podía ver las energías y el aura, etc. Entonces, pasé a su lado con mi transpaleta eléctrica, él me vio y me dijo: “Oh, por Dios, ¿quién falleció, querida?”. Le dije que había sido mi abuelo, ya que no quería que descubrieran mi mentira. Pero el chico dijo: “¿Estás segura de que fue tu abuelo? Porque un gato negro está sentado en tu transpaleta, maullando muy fuerte…”. Quedé atónita. No le había dicho a nadie que tenía un gato y no había publicado nada en Facebook. Luego, me contó que el gato tenía una mancha blanca en su pecho. Describió a mi gato. A mi gato negro.
Pasé un fin de semana pescando con mi mejor amigo de la universidad. Nos quedamos en la casa de su abuelo, que estaba en medio de la nada. Dormimos en el solárium, ya que era una noche hermosa, y le pregunté a mi amigo sobre los ruidos: ciervos, zorros y cosas similares. Luego, oímos lo que puede describirse como un grito o un lamento… El abuelo salió de la casa y dijo: “Muchachos, deberán entrar y dormir en el sofá”. Jamás nos dio una explicación y yo no cuestioné nada. Si un hombre de 90 años con un calibre 12 en la mano te dice que te muevas, tú te mueves.
Edito: Para todos los que han dicho que pudo haber sido un puma, un león de montaña o un búho, puede que tengan razón. Pero cuando el abuelo, que vivió en el área durante 80 años, salió en calzoncillos sin llevar camisa y nos dijo que entráramos a la casa… Sí, no discutí ni lo cuestioné.
En junio de 2020, mi amigo, su esposa, mi papá y algunos de los amigos de mi amigo fuimos a una investigación de fantasmas en el molino Benson Grist. Es un molino de más de 100 años que fue construido por uno de los líderes de la iglesia mormona de esa época.
Una vez que entré en el lugar, de inmediato sentí como si tuviera una manzana atascada en la garganta. Creí que era ansiedad y lo ignoré. Entramos en una casa que estaba dentro de la propiedad e intenté obtener una grabación de EVP. Sentí que algo intentaba empujarme al suelo.
Luego, me encontré con mi amigo en el sótano del molino y comencé a llorar sin razón alguna. Su esposa me ayudó a salir de allí y a calmarme. Luego de unos 30 minutos, sentí la presencia de una niña que me decía que me dirigiera al edificio de la escuela. Era como si la niña intentara calmarme. Más tarde, me enteré de que una niña pequeña había fallecido cerca del molino.
A la mañana siguiente, me desperté con moretones en el cuello. Regresé al lugar y algo más ocurrió. Puedo hacer otra publicación sobre ello si a alguien le interesa, jaja.
Mi papá solía trabajar en una casa embrujada, que quería agregar una historia de fantasmas a su sitio web para que más gente la visitara. Contrataron a una médium para que inspeccionara el lugar y viera si presentía algo. Sin embargo, mi papá no cree mucho en esas cosas. En medio del tour, le preguntó a mi padre si había perdido un martillo. Le respondió que le faltaban muchas herramientas. La médium dijo que una mujer mayor había fallecido en el piso de arriba y que tenía el martillo. Mi papá le pidió al espíritu que se lo devolviera y, al día siguiente, lo halló sobre la mesa. Luego de ello, dejó flores para el espíritu y nunca volvió a tomar algo otra vez.
Una vez, cuando era adolescente, estaba preparando algo para comer y, de la nada, oí que un montón de pájaros piaban muy fuerte. Miré en la sala de estar y vi, al menos, unos 20 “espíritus” de pájaros que volaban alrededor de la habitación. Piensen en los antiguos efectos de luces blancas que usaban para Campanita. Me asustó un poco (no mucho ya que, a este punto, estaba acostumbrado a ver y oír espíritus) y también escuché: “¡Dile hola a mamá!”. Así que le pregunté: “Oye, ¿mamá? ¿Alguna vez tuviste pájaros? Es decir, ¿muchos pájaros? ¿Antes de que yo naciera?”. Ella se detuvo y pareció muy confundida. Dijo: “Sí. Tenía cerca de 2 docenas de periquitos salvajes cuando era adolescente. ¿Por qué?”.
Le dije que habían volado por la sala de estar y que la habían saludado. Ella jamás había mencionado haber tenido pájaros antes.
Estoy convencido de que algo me ha seguido durante años o, posiblemente, durante toda mi vida. Siempre me han ocurrido cosas extrañas.
Cosas extrañas como que, cuando era niño (no lo recuerdo, pero mi mamá me contó sobre ello), la despertaba y le preguntaba sobre la “persona” en la puerta. Luego, cuando mis padres comenzaron a dejarme solo en la casa, recuerdo haber tenido que llamarlos muchas veces para que regresaran o que enviaran a alguien, ya que podía jurar que no estaba solo allí.
Cuando vivía con mis padres, oía pasos en el piso de arriba cuando nadie estaba en casa. Una vez, mi esposa (en el tiempo en que éramos novios) estaba allí y también los oyó. Si cerraba una puerta, más tarde, la encontraba abierta de par en par.
En la primera casa que tuve con mi esposa, las cosas salían volando de los estantes (como una caja de fideos spaghetti que estaba al fondo de la despensa, detrás de otras cosas, y que terminó en el piso sin que nada más se cayera). Las fotos también volaban de las paredes, sin que otras cosas a su lado se cayeran. Oía los mismos pasos en el piso de arriba. Cosas extrañas ocurrían, como que mi ukelele sonara solo cuando estaba en otra habitación.
Tengo historias más específicas y detalladas, pero es demasiado como para escribirlo. No me importa si nadie me cree, porque sé lo que he visto y sentido.
Hace algún tiempo, publiqué esta historia en otro hilo.
Varios años atrás, unos amigos y yo conducíamos por uno de los millones de pequeños pueblos de la frontera entre Carolina del Norte y Carolina del Sur, en las montañas. Era bien pasada la medianoche. Mi amigo miró detrás de nosotros y vio que un par de faros se acercaba con mucha rapidez, a entre 95 y 115 km/h, cuando el límite es cerca de 40. No parecía querer detenerse, así que mi amigo aparcó para dejar pasar el coche.
Y lo que pasó fueron dos luces. Solo las luces. Demasiado brillantes para ser luciérnagas o cualquier otra criatura luminiscente. Eran tan brillantes como los faros de un coche, o más. No estaban unidas a nada, ni a un coche ni a ninguna otra cosa. Solo eran dos luces pasando por la carretera.
Un día, mi esposa regresó a casa y estábamos en la sala de estar de nuestro apartamento en el centro de la ciudad. Eran alrededor de las 10 p.m. y había salido a tirar la basura en el contenedor del callejón detrás del complejo. El edificio solo tenía 6 departamentos de 2 pisos, y la puerta de entrada de cada uno miraba hacia el sur. Vivíamos en el quinto y, si tenías que salir, una vez que abrías la puerta, te encontrabas con una pequeña parte elevada en la que habíamos colocado una alfombra de bienvenida y sobre la que tenías que bajar para entrar al corredor. Allí, tenías que doblar a la izquierda o a la derecha, dado que hay una cerca de madera muy alta que separaba el complejo de la gran casa de al lado. Entonces, si girabas a la derecha y pasas por los departamentos del 4 al 1, verías la entrada y tendrías que pasar por ella para dirigirte a una de las calles principales del centro de la ciudad. Si girabas hacia la izquierda, pasarías por el apartamento 6, luego por el cuarto de lavado e, inmediatamente, te encontrarías una puerta de hierro y el contenedor de basura al otro lado. Desde mi puerta hasta el contenedor había una distancia muy corta, sin nada que obstruyera la vista, y, desde el contenedor, podía ver todo el corredor hasta la puerta del otro lado del complejo. Toda esa área estaba bien iluminada: todos los apartamentos encendían las luces del porche todas las noches y había una luz en la acera justo donde se halla el contenedor y otra al lado de la puerta que daba a la calle. Así que pude ver que mi esposa abría la puerta y se dirigía por el corredor hacia nuestro apartamento. La saludé con la mano y no tuve idea de cómo no me vio. Pensé en llamarla con un grito, pero no quise asustarla ni a ella ni a los vecinos. Terminé de vaciar la basura y comencé a caminar el corto tramo de regreso. Cuando subí, vi que la puerta del apartamento estaba abierta. Por supuesto que pensé que ella la había abierto, pero estaba oscuro, por lo que no LA VI hacerlo. Luego, ella se inclinó y pude oír que me llamaba, pero sin entrar al apartamento. Era nuestro apartamento, así que ¿por qué no entraba? Cuando estuve detrás de ella y le dije hola, se asustó y me preguntó: “¿Cómo rayos hiciste eso? ¿¡¿Cómo hiciste para volver a salir?!?”. Le expliqué que había ido al contenedor a vaciar la basura, pero me interrumpió y dijo: “No, me abriste la puerta y subiste las escaleras. Te llamé y te giraste para mirarme, pero no me dijiste nada y continuaste caminando”. Luego, comenzó a llorar. Busqué por el apartamento, pero no encontré nada. 6 meses después, nos mudamos a la casa en la que vivimos ahora. Un día, poco después de que nos mudáramos, mi esposa creyó verme caminar junto a las ventanas que, desde la cocina, dan al patio trasero; pero no era yo y, nuevamente, dijo que lo que vio era igual a mí, que caminó alrededor de la casa antes de desaparecer y que, luego, ella se dio cuenta de que yo estaba en la habitación.
Fue aterrador.
Cuando mi hijo más chico tenía unos 3 años, habíamos salido a comer y se había puesto un poco inquieto. Decidí llevarlo a dar un paseo y, mientras abría la puerta, se alejó de mí y salió corriendo (era una zona peatonal, así que era seguro).
Se dirigió a un sitio adyacente que tenía una capilla y unas casas de beneficencia en ruinas, con tableros con información para turistas. Lo encontré mirando las ruinas de la capilla.
“¿Qué estás haciendo, amiguito?”.
¿Su respuesta? “Hace mucho tiempo, me casé aquí”.
“¡¿Qué?!”.
“Hace mucho tiempo…”.
Luego, algo cambió, volvió a ser un enérgico niño de 3 años y salió corriendo nuevamente.
Me impresionó profundamente.
En un cementerio en la zona rural de Tailandia, vi orbes de luz azules que “saltaban” desde las lápidas hasta las copas de los árboles.
En Malasia, vi una multitud de personas vestidas con harapos que cruzaban una calle concurrida. Las otras tres personas con las que estaba en el coche no vieron nada. Esto ocurrió a plena luz del día.
Y más situaciones así.
He visto y oído cosas desde una edad temprana. Intenté muchas cosas para que dejara de ocurrir, pero nada funcionó. Así que vivo con ello, ya que no parece tener ningún efecto perjudicial en mí.
Esta es una historia de mi hermana y no sé si es paranormal o no, pero a ella le pareció un poco espeluznante.
Durante un verano, vivió en un diminuto apartamento tipo estudio, y había llegado a casa para comer algo rápidamente, alistarse y salir con amigos.
Puso un poco de pan en la tostadora y se dirigió al baño para lavarse la cara, colocarse maquillaje, etc. Oyó el “pop” de la tostadora y salió, pero las tostadas no estaban allí. Revisó todos los pisos y encimeras, pero no estaban allí. La tostadora todavía estaba caliente. Eso realmente la asustó.
Esto me sucedió cuando tenía 6 años. Estaba dormida en mi cama cuando sentí que el otro lado del colchón se movía lentamente, como si alguien se acostara a mi lado. Abrí los ojos y vi a una mujer adulta a mi lado.
No se veía particularmente aterradora, sino normal. Pero, como era una persona desconocida en mi cama, abrí la boca para gritar. Sin embargo, antes de que lo hiciera, puso su dedo en su boca, como si me pidiera que me quedara callada. Sus ojos se veían muy asustados y parecía rogarme en silencio que me quedara callada.
Por supuesto, empecé a gritar mucho y oí que mis padres se levantaban de la cama. La mujer desconocida se veía muy triste y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Mi papá encendió la luz de la habitación y, tan pronto como lo hizo, ella desapareció. No dejó ni un rastro. Esa noche, dormí en la habitación de mis padres. Tenía mucho miedo, pero, más que nada, sentí una tristeza muy profunda.
Esto ocurrió hace décadas y todavía lo recuerdo claramente.
He tenido algunos encuentros similares, pero con personas diferentes y jamás con la misma mujer.
No sé si esto cuenta, pero una vez, hace un par de años a fines del verano, vi a un gato, una liebre, una rata, un zorro, una gaviota y una comadreja de pie, sin moverse, en una calle cerca de Appleby. Lo raro es que estaban completamente inmóviles, ubicados en un pequeño círculo en la calle, mirándose los unos a los otros. Me acerqué con mi coche y tuve que detenerme. Esperé unos segundos y, luego, todos parecieron salir de un trance y se fueron en diferentes direcciones hacia los campos circundantes. Fue muy extraño y jamás he podido comprender qué estaban haciendo.
Esto no es tan aterrador, pero una vez saqué a mi perro de paseo, volví a casa y salí otra vez para ir a una tienda a 5 minutos de distancia. Cuando regresé, abrí la puerta y toda mi casa olía a perfume. Las puertas y la casa estaban cerradas, tenía cámaras de seguridad y mi perro le ladraba a todo. Vivo solo, nadie me había visitado y toda mi casa olía como si alguien hubiese rociado un Chanel N° 5 por todas partes. No suena creíble y jamás podré explicarlo, pero ocurrió.
Durante mi primer año de universidad, una noche, una chica con la que vivía trajo a su amigo. Él había filmado en el Puente de Londres a las 3 a.m. para poder obtener algunas tomas del sitio abandonado por la noche. Se lo veía muy alterado por algo e insistió con que lo viéramos con el audio a todo volumen y que escucháramos atentamente.
Aproximadamente luego de un minuto, oímos una voz grave y amenazante que lentamente susurraba: “Mientras caminas por el camino del diablo…”. Luego, decía algo ininteligible y finalizaba con: “muerte”. Parecía algo muy malvado. Se volvió hacia nosotras y nos dijo: “¿Lo oyeron?”. Le respondí que había oído una voz. “¿Qué dijo?”. Le contesté lo que había oído.
Su rostro empalideció. “Oíste exactamente lo mismo que yo. No eres la primera persona en hacerlo”. Mi compañera de piso dijo que ella también había oído lo mismo. Él no había escuchado esa voz mientras estaba en el puente, solo la oyó cuando trabajaba en el audio, pero se la había mostrado a otra gente que oyó lo mismo.
No tuve otros encuentros paranormales, y puede que este no llame mucho la atención, pero, aunque suelo desconfiar de las cosas paranormales, esto me asustó. Esa noche, en el puente, había algún tipo de presencia que quería darse a conocer. Jamás querré saber qué era.
Mi mejor amigo y yo encontramos una tienda que no existe.
Estaba llena de cosas paganas y artículos similares, como collares de signos del zodíaco, velas y libros. Se hallaba en el centro de nuestra pequeña ciudad, ambos conocíamos la zona y jamás habíamos visto esta tienda antes. No compramos nada porque éramos dos adolescentes sin un centavo, pero acordamos regresar cuando tuviéramos dinero.
Pero, cuando tuvimos dinero, quizás unas dos semanas después, la tienda no estaba allí. No era como si el dueño la hubiese cerrado y hubiese dejado la tienda vacía. La puerta de entrada ya no existía. No había sido tapiada recientemente ni nada parecido. Simplemente, ya no estaba allí.
Como oficiales de una reserva, frecuentemente recibimos reportes de un “hombre alto” en diferentes partes de la zona. Una noche, pudimos atraparlo con la cámara térmica. Había unos 8 o 10 oficiales allí. Era una colina por encima del pueblo, que estaba debajo.
Era alto, entre 2,4 y 2,7 metros de altura. Tenía un largo cabello negro. Su rostro era humano. Era muy veloz.
Enviamos a los oficiales del pueblo para que fueran a la zona residencial a la que se dirigía, y pudimos ver que el oficial cruzaba una cerca y buscaba con su linterna, pero parecía que la figura estaba en un pequeño barrando a su lado y el oficial no pudo verla. Le dimos direcciones por la radio, pero nuestras radios portátiles apestaban y, a menos que estuviera al lado de nuestra unidad, no habrían funcionado. Lo observamos mientras la figura alta cruzó la calle. Pudimos oír que todos los perros de la zona residencial estaban como locos. Luego, no pudimos verlo más.
Jamás creí en fantasmas y siempre me burlé de la gente que lo hacía. Me fui de campamento con mi esposa, y dormimos en un granero. Llevamos a nuestra perra al granero e, inmediatamente, comenzó a alterarse. Esto era muy poco común para una perra tan relajada y cansada. Caminaba alrededor del colchón de aire y lloraba. Luego de unos 5 minutos en los que le decía que se calmara, una luz brilló a través del revestimiento de aluminio.
Imaginen como si sostuvieran una linterna al otro lado de una cortina mientras hacen una figura en forma de 8. Parecía como si una linterna brillara a través de la puerta de aluminio.
No dije nada por unos minutos, mientras cuestionaba todo lo que creía ser cierto. Mi esposa me preguntó: “¿Ves eso?”. Respondí: “Oh, rayos, ¿tú también lo ves?”. En ese preciso momento, en el que me di cuenta de que ambos lo veíamos, se transformó en el orbe más brillante que he visto. Iluminó todo el granero, como si fuera de día. Luego, comenzó a flotar hacia nosotros. Le grité a mi esposa que corriera, la perra ya estaba al lado de la puerta. Corrimos tan rápido como pudimos y no nos animamos a volver a buscar el colchón de aire. Nuestra perra jamás volvió a entrar al granero de nuevo.
Mi historia es un poco tonta, pero es la única que tengo. Era el verano de 2020, acababa de terminar de trabajar en un concierto al aire libre y me encontraba hablando con el resto del equipo mientras la audiencia se retiraba. En medio de la conversación, vi a una mujer que pasó detrás del grupo en bicicleta (fui el único que había mirado en su dirección). No sé qué me ocurrió, pero tan pronto como la vi, dije en voz alta: “Ese es un maldito fantasma”. Cuando volví a mirar, ya no estaba allí.
Lo que me resulta bizarro es que hubiese sido perfectamente razonable que una mujer pasara por el estacionamiento en bicicleta: un concierto acababa de terminar, y ello no me hubiese sorprendido. Lo que es extraño es que, cuando vi esta cosa totalmente normal, mi cerebro inmediata e inequívocamente la reconoció como un fantasma.
Vi un OVNI cuando tenía 11 años. Juraré que es verdad hasta el día que me muera.
Eran alrededor de las 9 o las 9:30 p.m., en primavera. Estaba despierto, completamente sobrio y sin haber tomado ningún medicamento.
Miré por la ventana y, entre mi casa y la casa del vecino, había un montón de árboles. Era un área boscosa. Pues, en el suelo de esta área, había un OVNI. Pero el entorno no se veía afectado: ninguno de los árboles estaba aplastado. El OVNI se quedó allí unos 5 o 10 minutos y, luego, despegó lentamente. Giraba en círculos mientras volaba y, cuanto más subía, más amplios se volvían los círculos. Esto duró otros 5 minutos, hasta que se desvaneció.