25 personas comparten historias de falsas gentilezas en sus trabajo del sector servicios
Trabajar en el sector servicios es difícil por varias razones. Aparte de tener que tratar con clientes difíciles y trabajar en turnos desalentadoramente largos y duros, también están todas las falsas gentilezas en las que la gente tiene que participar, tantas, de hecho, que se arraigan en sus hábitos.
Cosas como la voz de servicio al cliente, los gestos de cortesía y la sonrisa se asumen más allá de sus tareas de servicio, salir (y a menudo asustar) a la familia, a los amigos o a cualquier otra persona que pueda ser el objetivo de dichas gentilezas. Y, la mayoría de las veces, es todo menos auténtico.
Internet ha debatido este tema en varias plataformas de medios sociales, compartiendo sus propias historias sobre la cantidad de actuación que tienen que emplear durante el trabajo y lo mucho que se queda con ellos fuera del trabajo.
Consulta algunas de estas historias en la lista que encontrarás a continuación. Y, por qué no, vota y comenta las que te han gustado.
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Cuando trabajaba en el servicio de asistencia técnica, a menudo acababa recibiendo llamadas difíciles que me eran remitidas; no era mi trabajo, pero mi apodo era "técnico de la brigada antibombas", porque podía calmar incluso a la persona más enfadada. Algunos de los gerentes se burlaban de que sacara mi "voz de maestra de jardín de infancia" que, según su impresión, era amenazante y compasiva al mismo tiempo.
Era, y sigo siendo, una experta en aplastar los sueños de las Karen de hablar con un gerente.
La actuación que se requiere en el sector de los servicios está más allá de lo normal. Mi prima se asustó cuando vino a verme al trabajo porque estaba toda sonriente y amable mientras ayudaba a alguien que estaba haciendo preguntas estúpidas y que básicamente me obligó a acompañarle hasta el producto y a ponérselo en la p*ta mano, pero fui muy amable hasta que me di la vuelta para marcharme y mi comportamiento volvió a ser normal y murmuré en voz baja "qué p*to imbécil" mientras volvía con mi prima. Ella se limitó a mirarme sorprendida y a decir "no me extraña que estés tan agotada cuando llegas a casa".
Una vez fui a almorzar después de un turno a un restaurante de sushi cerca de donde solía trabajar. Después de pedir comida para llevar, me senté junto a la caja registradora y me puse a navegar en mi teléfono. Pues bien, una pareja estaba a punto de irse, se despidió, las personas que estaban detrás de la caja registradora se despidieron, yo me despedí. No he escuchado una risa tan sincera de nadie más que de esas personas que trabajan en el local de sushi.
Trabajo en la construcción y no trato con clientes todos los días, pero sí la mayoría de ellos, y cuando contratamos a alguien nuevo siempre es divertido ver cómo escuchan mi voz profesional por primera vez. Tengo acento sureño y digo bastantes palabrotas, pero cuando trato con un cliente soy completamente profesional. No digo palabrotas. Estoy muy informado sobre cualquier pregunta que me hagan. El acento sureño desaparece. Siempre profesional y normalmente me miran como si vieran un fantasma o la representación viva de la esquizofrenia o algo así. Enloquecen porque normalmente han pasado 3 días con este sureño pueblerino y bebedor de cerveza y entonces, de un momento a otro, me convierto en la persona más profesional y completa con la que se puede tratar.
Cuando empecé a salir con mi novia, ella contestaba mucho al teléfono en el trabajo, pero rara vez hablaba por teléfono con sus amigos y familiares; normalmente lo hacía por mensaje o por videollamada. Cada vez que la llamaba, durante unos 6 meses, recibía su voz de servicio al cliente hasta que empezaba a hablar de algo personal. Era muy desconcertante.
Lo que realmente me asusta es que yo tengo lo contrario: tengo una voz de cliente. Siempre es muy suave y más aguda que mi voz real, y más expresiva. Creo que es porque no quiero que la cajera o el camarero piensen que voy a gritarles.
Una vez utilicé mi voz de vendedor con una compañera de trabajo y ella me dijo: "No utilices tu voz de servicio al cliente conmigo, sé que estás muerto por dentro como el resto de nosotros, es simplemente aterrador y raro"
El otro día pedí una mesa para dos con mi voz de servicio al cliente y la mesera me miró con los ojos entrecerrados y yo me aclaré la garganta y dije "Lo siento, todavía estoy en modo de servicio" y ella soltó la suya y nos intercambiamos historias sobre nuestro día y mi novio estaba como "Ustedes dos se acaban de convertir en dos personas completamente diferentes como en .5 segundos..."
La enseñanza tiene 4 voces diferentes. La voz de "soy la autoridad", pero amistosa para los niños, la voz de "servicio al cliente" para los padres, la voz profesional para los administradores y la voz normal para los colegas de confianza.
Siempre hacía que mis amigos y mi familia se extrañaran por mi voz y mis gestos de trabajo. A mi novio siempre le molestaba que dijera "por desgracia" antes de cada frase. "Por desgracia no tenemos más huevos en la nevera", " por desgracia no puedo ir a abrirle la puerta al gato ahora mismo". Me costó algunas semanas aprender a desactivar la fachada al llegar a casa del trabajo.
Me sale el acento sureño. No soy del sur de Estados Unidos. No tengo ni idea de dónde viene. Todo el mundo se convierte en "querido" o "cariño", independientemente de la edad y el sexo. Suelo sonar un poco insípida, pero investigo el fraude a los seguros, así que eso es intencionado. Es mucho más fácil conseguir la información que necesito si mis clientes piensan que soy tonta.
Me encanta llevar una máscara mientras soy mesera. Ninguno de los clientes puede verme ni oírme refunfuñar y cuando me molestan lo único que consiguen es una mirada perdida. Tengo que contestar al teléfono con mi sonrisa forzada muchas veces, para no parecer maleducada cuando la gente llama para pedir comida a domicilio en nuestra hora más concurrida de la noche.
De mis prácticas en una residencia de ancianos aún me queda una voz muy suave, pero elocuente, de "ayuda a los ancianos con su comida", que todavía se me escapa cuando les pregunto a mis amigos qué quieren beber.
Yo solía trabajar en el soporte técnico por teléfono para impresoras de negocios... Nuestros números de serie tenían unos, L minúscula e I mayúscula. También O y ceros.
Así que muchas veces en el teléfono si tengo que dar CUALQUIER número, sin pensar los digo en códigos de letras militares y números hiper enunciados. Mi madre siempre me dice "¡deja de ser un robot conmigo! ¡Soy tu madre! Habla normal!" Lo siento mamá, me pediste que googleara la dirección de la tienda a la que tenías que ir, así que la culpa es tuya.
Llevo tanto tiempo trabajando en la hostelería que mi cara de estrés es una sonrisa gigante. Mis clientes habituales que nunca han trabajado en el sector me dicen "¿por qué estás tan contento?". Los que sí trabajan en la industria me preguntan qué pasa.
He sido recepcionista durante la mayoría de mis trabajos. Es absolutamente agotador ser amable y positivo con todo el mundo todo el día. Por fin poder ser tú mismo es como quitarse un peso de encima. Lo peor es que la gente puede ser grosera contigo y tienes que aceptarlo.
Una clienta se burló hoy de mi voz de atención al cliente. Para ser justos, parecía tener unos 19 años, así que no puedo estar demasiado disgustado, pero me agarró tan desprevenida jajaja. Mi voz se vuelve más aguda cada vez que hablo con los clientes, por lo que ella subió el tono de voz y dijo "¡muchas gracias!" mientras se alejaba. Si querías que fuera grosera y te diera mi voz monótona habitual, podías habérmelo dicho.
Trabajé en un centro de llamadas en un idioma diferente, así que el "Ahora" no se me pegó en la vida normal.
Pero al teléfono, tengo que hacer un esfuerzo para no evitar el aire muerto narrando lo que estoy haciendo. Hay un temporizador de 3 segundos arraigado en mí y no puedo quitármelo de encima.
Mi pareja y mis amigos dicen que hablo con voz de bebé a los clientes. Sueno de forma cursi y también tengo un ligero acento estadounidense (soy de Australia), sobre todo cuando contesto al teléfono. Pero los clientes se lo comen. Piensan que soy súper simpática y burbujeante y que me debe encantar trabajar porque estoy "tan contenta de estar allí". Supongo que lo que funciona funciona. El ambiente se arruina cuando vuelvo a poner mi voz normal y es mucho más grave y lenta, sin acento.
Trabajo en el inventario de una tienda, pero antes estuve en el departamento de ventas durante unos cuatro años. Mi voz de atención al cliente es más alta y más femenina de lo que suelo hablar. Pero no soy femenina en absoluto, y maldigo como un marinero, así que es una diferencia bastante drástica.
También utilizo mi voz de cliente con mis compañeros de trabajo cuando me enfado, sobre todo en los estúpidos radios que usamos.
Compañero de trabajo por radio: "¿A quién tenemos en el inventario ahora mismo?"
(Que es el código para: Oye, persona de inventario cualquiera, porque ni siquiera sé quién de ustedes está aquí ahora mismo, necesito algo de ti).
Yo internamente: Estoy haciendo otras tres cosas solo porque todos los demás están descargando un camión, ¿qué mi*rda quieres?
Yo en voz alta, aguda y cantarina: "Soy KalicoKat, ¿cómo le puedo ayudar?"
Tengo la costumbre de dar las gracias cuando la gente me da las gracias. Un par de veces, cuando salgo del trabajo, voy a la tienda y en la caja tengo la costumbre de empezar el saludo que hago en el trabajo. Me sorprendo a mí mismo a mitad de camino cuando sigo todavía en modo de servicio al cliente. El empleado que vea ese día se extraña un poco por ello.
Soy del sur y mi acento suele ayudarme. También tengo una voz de niña y parezco mucho más joven de lo que soy. Sin embargo, según mi experiencia, esto hace que las llamadas de los Boomers sean innecesariamente largas. No me parece que la afirmación "los Boomers sólo quieren que se hagan las cosas" sea aplicable. Me dicen "cariño", "amor", "querida", etc. "¿Cómo está el tiempo allá arriba?" "¡Bueno, cariño, tú suenas muy bien!" Un boomer se pasó 20 minutos al teléfono diciéndome cómo hacer el sándwich de jamón perfecto. Como estoy en el sur, tengo muchos entusiastas de las armas: un anciano habló durante 45 minutos sobre los diferentes tipos de balas. He escuchado historias de pesca durante horas. Y siempre están esos viejos boomers que dicen: "¡Oh, estoy tan contento de hablar con una chica blanca!".
He oído mi voz de servicio al cliente y no tengo ni idea de quién es esa señora.
Pero, sinceramente, con todo el ruido de fondo, los problemas tecnológicos, las distracciones, las barreras lingüísticas, etc., las palabras cortas en frases cortas son lo mejor para todos los implicados.
Mi voz se vuelve más aguda y sueno con menos acento. Tengo una voz muy suave y siento que sueno como un conejo de Pascua con mala suerte.
Odio escuchar mis llamadas porque la voz me pone de los nervios, pero hace que los demás se calmen. Yo tampoco puedo dejar de hacerlo jajaja.
Mi voz en el chat también es totalmente diferente. Es muy formal, educada y de tipo bibliotecario.
Trabajé en el festival de terror de Six Flags como uno de los personajes inquietantemente agradables y mi voz en el personaje básicamente deshizo años de entrenamiento vocal. Entonces, no es realmente lo mismo, pero todavía me sale cuando trato con gente que me desagrada.
Utilizo mi voz de servicio al cliente casi siempre que interactúo con alguien que no conozco o con quien no tengo buena relación. Sigo intentando mantener conversaciones amenas, pero tienes que conocerme antes de empezar a escuchar todas mis tonterías.
