Hay muchas cosas que podemos aprender de nuestros ancestros, ya sea que se trate de historias sabias o cautivantes sobre ellos. Si hablamos con algún familiar de la generación más antigua, puede que nos cuente algunas historias inesperadas (tanto propias como de sus antepasados), como sucesos que ocurrieron durante alguna guerra o historias de amor que parecen salidas de una película.
Muchos ejemplos fascinantes parecidos fueron compartidos por los miembros de la comunidad “Ask Reddit”. El usuario Careless_Put_4770 había pedido que contaran la historia más interesante de algún ancestro que hubiera nacido antes que sus padres, y muchos usuarios de Reddit respondieron. Continúen leyendo para conocer sus historias, las cuales puede que los inspiren a querer conocer más aventuras de sus propios antepasados.
This post may include affiliate links.
Durante la década de 1890, mi bisabuelo, que pertenecía a una familia adinerada de Grecia/Albania, tuvo un encuentro con una campesina y la dejó embarazada. En lugar de casarse con ella, la familia organizó todo para que mi bisabuelo se fuera a Estados Unidos. Sin quedarse atrás, la campesina y su familia ahorraron suficiente dinero para enviarla a Estados Unidos y que lo buscara. Ella lo encontró en Nueva York y se casaron allí.
Las historias que suelen contar los padres y los abuelos sobre las generaciones pasadas pueden llegar a ser algunas de las más interesantes que alguna vez escucharemos. Ello es así no solo porque son relatos que se relacionan directamente con nosotros (después de todo, ¡esas situaciones locas y sorprendentes tuvieron que darse de esa forma para que hoy estemos aquí!), sino también porque nos remontan a épocas pasadas, donde la vida era muy diferente a como la conocemos ahora. Además, en muchos casos, entramos en contacto con culturas o religiones de las que puede que ya no formemos parte, pero que sí fueron una realidad muy importante para nuestros antepasados.
Los padres de mi abuela, de parte de mi madre, se conocieron en un accidente de trenes.
Mi bisabuelo viajaba en segunda clase, al lado de la ventana. Mi bisabuela viajaba en asientos de larga distancia. Algo hubo en las vías que causó un descarrilamiento y muchos heridos. Mi bisabuela, al haber estado sentada en la parte posterior, se encontró bien y ayudó a los que lo necesitaban. Mi bisabuelo se había golpeado contra la ventana y se había cortado gravemente la oreja: estuvo cerca de que se le cortara de la cabeza (casi). Ella se arrancó pedazos de su enagua para usarlos como vendas (¡oh la la!). Hasta que falleció, él bromeaba con que su oreja izquierda estaba más baja que la derecha porque “ella la había colocado mal”.
Oír relatos de personas que vivieron en sociedades con culturas y tradiciones muy diferentes a las nuestras puede ser asombroso. Estas personas suelen haber vivido hace cientos de años o ser inmigrantes que, por una razón u otra, tuvieron que dejar su país natal, y hoy en día son varias las asociaciones que intentan preservar la cultura de estas familias extranjeras para que sus historias no se pierdan con el tiempo.
Por ejemplo, durante la pandemia de la Covid, el gobierno de Argentina inició un proyecto donde se grabaron una serie de podcasts en los que muchos abuelos, provenientes de diversos países y colectividades, contaron relatos de sus países natales. Así, personas de países como Brasil y Venezuela grabaron historias que no solo eran significativas para sus culturas y para ellos mismos, sino que también ejemplifican la importancia de escuchar lo que los abuelos tienen para contarnos. “Es importante para que este tipo de tradiciones no se mueran. La educación principal del niño viene desde el hogar y la familia”, comentó uno de los participantes.
Soy holandés. Mi abuela, de parte de mi madre, fue parte de un grupo de personas que escondieron judíos y aliados en un pueblo escondido (de casas subterráneas) que hicieron en el bosque durante la Segunda Guerra Mundial. Más tarde, la SS los descubrió, pero de todas formas ya habían conseguido salvar a muchas personas. Hasta el día de hoy, se pueden visitar los restos del pueblo escondido para ver cómo solía ser.
Y, claro, también podemos aprender valiosas enseñanzas gracias a las historias de nuestros antepasados. A veces, para no repetir los mismos errores que ellos cometieron en el pasado; pero, en otros casos, para tomar sabias lecciones de vida de parte de personas que han vivido mucho más que nosotros. Pandas, ¿tienen algún relato de sus ancestros que les gustaría compartir? Pueden hacerlo en la sección de comentarios, y ¡no olviden votar por las historias de esta lista que más les hayan gustado!
Mi abuela esperaba su primer hijo y mi abuelo había sido considerado desaparecido en combate, ya que se creyó que había muerto (durante la Primera Guerra Mundial). Esto solía significar que dicho soldado realmente había sido asesinado, así que mi abuela estaba segura de que no volvería a verlo. Entonces, oyó un golpe en la puerta y vio a mi abuelo de pie allí, usando el uniforme azul del hospital que los soldados llevaban para demostrar que se encontraban recibiendo tratamiento. La explosión que todos pensaron que lo había matado en realidad lo había dejado inconsciente, y lo habían llevado a un hospital cerca de su hogar, sin ser identificado. Cuando despertó, como se encontraba ileso lo dejaron irse a su casa antes de que tuviera que regresar al frente. Debido a la conmoción, ¡mi abuela casi entró en trabajo de parto! Mi abuelo sobrevivió a la guerra, mi abuela y su bebé estuvieron bien y todos vivieron vidas bastante largas y saludables.
Mi bisabuela tuvo dos pretendientes: un hombre de Estados Unidos y otro de Manchester, Reino Unido. El chico de EE. UU. le compró un boleto para que cruzara el Atlántico y estuviera con él. Ella estaba a punto de irse, pero, a último momento, el chico inglés le confesó su amor y la conquistó. Y así fue como mis bisabuelos se casaron y mi bisabuela no falleció en el Titanic.
Mi tatarabuela fue la sirvienta de Winston Churchill. Cuando dejó su trabajo para casarse, él le rogó que se quedara, ya que le agradaba. Ella se negó, y él le obsequió una mesa y una silla de su salón como regalo de bodas. Mis padres tienen la silla en la oficina de mi mamá y la mesa, actualmente, está guardada.
Una de las abuelas de mi bisabuela era aristócrata. Se enamoró de un campesino que trabajaba en sus tierras.
Su padre le dijo que la desheredaría si decidía estar con ese chico.
Entonces, una noche oscura, el joven tomó a mi abuela y se escaparon de su hogar.
No hace falta decir que fue desheredada.
Y esa es la historia de por qué ahora debo trabajar y no tengo una suma de dinero que todos los meses ingresa a mi cuenta bancaria.
Omnia vincit amor.
Mi bisabuelo perdió un brazo durante la Primera Guerra Mundial. Luego de la guerra, decidió pedirle a mi bisabuela que se casara con él. Para demostrarle lo mucho que la amaba, pensó en obsequiarle un lindo par de zapatos de un buen zapatero, pero él vivía en el campo y en esa época no era muy común tener un coche.
Así que tomó su bicicleta, anduvo 70 kilómetros hasta la ciudad más cercana para comprarle un buen par de zapatos y regresó esos 70 kilómetros con la caja en su regazo, para dársela. Lo hizo TENIENDO UN SOLO BRAZO.
Eso fue bastante romántico, pero no es el fin de esta historia. El zapatero se equivocó y le dio 2 zapatos izquierdos por error. Entonces, al día siguiente, mi bisabuelo tomó su bicicleta y anduvo 70 kilómetros de ida y de vuelta para cambiar los zapatos. Luego, se casaron y vivieron felices para siempre.
Cada vez que le cuento esta historia a alguien que se ha casado, esa persona mira a su esposo con desdén, lo cual me resulta muy gracioso (aunque nunca le he contado esta historia a ninguna de mis novias).
El abuelo de mi abuelo fue hallado vagando desnudo por un bosque. Estimaron que tenía unos 8 o 9 años. No hablaba, pero entendía cuando le hablaban. Luego de algunos años, comenzó a hablar, pero nunca pudo recordar nada sobre su vida antes de que lo hallara la familia que lo adoptó: mis abuelos lejanos. Ellos lo criaron y todas las historias cuentan que creció siendo bastante normal.
Un abuelo lejano fue el primer convicto enviado a Australia para ser liberado luego de servir su condena. Él plantó el trigo que ahora consumimos aquí (el trigo europeo dejó de usarse).
A principios de 1900, la tía de mi papá vivía en Messina, Italia. En 1908, hubo un gran terremoto que destruyó la mitad de la ciudad y ella quedó atrapada debajo de los escombros durante 3 días enteros al lado de los cuerpos de sus padres y de sus 3 hermanos, sin poder moverse un centímetro. Cuando la encontraron, no tenía ni un hueso roto. Tuvo 10 hijos y falleció a los 97 años.
Mi bisabuelo creció en Italia siendo muy pobre. Tuvo una especie de infección en su brazo que iba a matarlo si no era tratada y, como era pobre, no fue al médico. Entonces, un día, a los 14 años, junto a unos amigos hallaron una botella de licor, un tronco y un hacha. En las fotos que he visto de él, tenía un solo brazo.
Mi abuelo era dueño de una ferretería en el centro de Bogotá cuando ocurrieron los disturbios del 9 de abril de 1948.
La gente quemó y saqueó tiendas.
Él tuvo que echarse entre los cadáveres para fingir estar muerto y así lograr que no lo mataran.
Un día, mi bisabuelo llegó temprano del trabajo y encontró a su esposa en la cama con el lechero (o con el cartero, no lo recuerdo). En fin, se pelearon y el lechero/cartero salió por la ventana de la habitación y falleció 2 días después en el hospital. Esto ocurrió en el mismo hogar en el que crecí, ya que esa casa había sido de la familia durante mucho tiempo.
Intenté encontrar artículos de noticias y cosas similares sobre este incidente, pero nunca hallé nada. Solía comentarse durante las fiestas familiares y siempre quise saber más sobre mi bisabuelo. Resulta que trabajaba como sepulturero. Quién lo diría.
Mi tatara-tatara-tatara-tatara-tatara abuelo Andrew arrojó piedras hacia la ventana de su arrendador, en Cork, se subió a un barco hacia Canadá, montó una granja en el río Ottawa, se cambió el apellido a MacDonald para que la gente creyera que era escocés y encerró al recaudador de impuestos en su sótano cuando le exigió que pagara los impuestos de sus tierras.
tu tatara tatara tatara tatara tatara abuelo es muy molon
Esta no es una historia realmente, pero, una vez, durante una reunión familiar (yo tenía unos 14 o 15 años), hablamos sobre la iglesia (no necesariamente de buena manera). Mi primo (que tenía unos 12 años en ese momento) nos pidió que habláramos de otra cosa porque era aburrido. La respuesta de mi abuela (que tenía 80 años, que nunca había salido del país y que solo se había ido de su pueblo pocas veces) fue: “Oye todo, mi niño. Si te gusta, guárdatelo; si no, déjalo ir. Así es como creces”. Para mí, en esa época, eso que dijo me cambió la vida y me abrió a cosas que nunca pensé que me gustarían. La frase me hizo crecer y ¿las consecuencias? No podría describirlo. Me cambió la vida.
Durante la partición de la India en 1947, mi abuela y su familia (sijíes) vivían en un pueblo junto a otros sijíes, a hindúes y a una familia musulmana.
Entre la brutalidad general, la gente del pueblo quiso atacar a la familia musulmana, pero mi bisabuelo intervino y logró que no salieran heridos. Luego, los ayudó a irse del pueblo para que llegaran a Pakistán desde el lado indio de Punjab, donde se encontraba el pueblo de mi abuela. Hasta el día de hoy, no sabemos qué le pasó a la familia musulmana y si sobrevivieron o no.
Tengo dos historias que, de alguna forma, están conectadas.
Mi bisabuelo, durante la Segunda Guerra Mundial, vivió varias cosas locas. Lo enviaron a un gulag y escapó del transporte en alguna parte de lo que hoy es Bielorrusia. Luego, regresó a su casa caminando, que se encontraba en el medio del norte de Polonia, donde vivimos hoy (si quieren conocer el sitio exacto, busquen en Google mi ciudad, Tczew). Después de algunos años, durante los cuales nació mi abuelo, se lo llevaron para que sirviera en el ejército alemán. Su base estaba en algún lugar de Noruega. Volvió a escaparse, pero no sin antes hacer explotar el almacén de armas del cual, más o menos, estaba a cargo.
La otra historia más ligera y graciosa: él tuvo 12 hermanos. Su madre (mi tatarabuela) le puso Stanisław a su segundo hijo y, también, a su último hijo… Había tenido tantos hijos que se olvidó que ya había usado ese nombre, LOL. El segundo Stanisław no vivió más allá de su infancia.
La abuela de mi abuela caminó el Sendero de Lágrimas. Sus padres no sobrevivieron (se presume que fallecieron). Cuando llegó a Oklahoma, fue adoptada por una pareja de raza blanca. Debido a esto, la anotaron como mitad cheroqui, mitad blanca.
Mi abuela (de parte de mi madre) fue abandonada en un orfanato por mi bisabuela, quien deseaba escaparse y casarse con otro hombre, el cual no quería a sus hijos. Entonces, mi bisabuelo, quien estaba en el ejército de la Primera Guerra Mundial, fue a verlos y les prometió regresar luego de la siguiente batalla. Esa fue la batalla del Somme, y él falleció.
Esta misma abuela no sabía cuántos años tenía. Más adelante en su vida, cuando obtuvo una copia de su certificado de nacimiento, se enteró que era un año más grande de lo que pensaba.
El abuelo de mi papá era un artista publicitario, bastante famoso en su época. Tenemos una obra original de él que se heredó entre los miembros de la familia, la cual ahora la tiene el hermano mayor de mi papá. Se trata de un niño corriendo por una famosa calle de mi ciudad del norte, pasando por un famoso teatro que sigue siendo utilizado hasta hoy.
Me han gustado mucho las historias muy interesantes deberían hacer otro post como este
Me han gustado mucho las historias muy interesantes deberían hacer otro post como este