Sin los postits estaríamos sumidos en el caos, nadie recordaría nada, ni podrían convertir las paredes de sus oficinas en murales, no podrían dejar notas pasivo-agresivas en los frigoríficos, ni se podrían tener guerras como esta que hubo recientemente en Nueva York.
Todo comenzó de forma inocente. Una empleada de Harrison & Star escribió un simple «hola» con postits en la ventana y esperó a que alguien respondiera. Y lo hicieron, pusieron «qué pasa». Hasta ahí, todo muy civilizado, pero es que no acabó la cosa. Ambos edificios albergan un buen número de agencias creativas y de marketing, y los trabajadores, tan creativos ellos, no pudieron resistirse. Pronto las ventanas estuvieron llenas de mensajes divertidos y dibujos. Pero como descubriréis si seguís leyendo, todo acabó de forma devastadora e inesperada…
(via: twisted sifter)
Todo comenzó con un inocente «Hola» en la 6ª planta del 75 de la calle Varick en Nueva York
Créditos de la imagen: @freshasthedayshewasborn
Pronto, «qué pasa» apareció en el edificio de enfrente
Créditos de la imagen: @Vinvox
Ambos edificios albergan un buen número de agencias creativas y de marketing, y al final se convirtió en una GUERRA
Créditos de la imagen: u/craftBK
Las ventanas empezaron a llenarse de imágenes divertidas y mensajes
Créditos de la imagen: Mike Segar
Alguien hizo un icono de Snapchat
Créditos de la imagen: Mike Segar
Otros le pusieron más imaginación
Créditos de la imagen: @gloddy
¡Hasta hubo Angry Birds!
Créditos de la imagen: Mike Segar
Los fabricantes de postits 3M se unieron a la guerra proporcionando munición gratis (más postits)
Créditos de la imagen: Mike Segar
Cuanto más creativa se volvía la guerra, menos claro estaba quién ganaría
Créditos de la imagen: @kBostley
¡Ni Spiderman podía detenerlo!
Créditos de la imagen: Mike Segar
Sin más opciones, Havas Worldwide acabó la guerra dejando caer un micrófono. Los empleados se quedaron hasta tarde con pizza y cervezas para crear este espectacular final
Créditos de la imagen: freshasthedayshewasborn
Por desgracia, la batalla terminó a causa de los gerentes de los edificios, quienes ordenaron a todos los participantes que lo quitaran todo y lo dejaran limpio el fin de semana. Aguafiestas.
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