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El fotógrafo residente en Tokyo Danilo Dungo utiliza drones para hacer magníficas fotografías de las flores de cerezo japonés. Cada primavera, se dirige al parque Inokashira para admirar las flores, y aunque los fotógrafos «normales» captan la belleza del parque, los drones son capaces de revelar algo más.

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Visto desde gran altura, el lago del parque Inokashira parece estar totalmente cubierto de flores. Parecido al polen que flota sobre los arroyos, las flores hacen que el lago se vuelva de un color rosa surreal, algo que la mayoría no había visto hasta que llegaron los drones. Si quieres ver más fotos de Dungo, no te las pierdas en la web de National Geographic.

Más información en: nationalgeographic.com

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