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Parece que la gente necesita que sus dispositivos y redes funcionen sin problemas ahora más que nunca. Tanto si hablamos de la comodidad de sus hogares como de una cafetería cualquiera, los estadounidenses esperan y confían en que el acceso a Internet esté disponible casi dondequiera que vayan.

Sin embargo, la Comisión Federal de Comunicaciones calcula que más de 21 millones de personas en Estados Unidos no tienen esa conexión. Eso incluye a casi 3 de cada 10 personas, el 27%, que viven en lugares tan rurales como las afueras de Maine y los fértiles campos de Indiana, así como el 2% de los que viven en ciudades.

Los estudios muestran que hasta el 40% de las escuelas carecen de banda ancha, al igual que el 60% de los centros de salud fuera de las áreas metropolitanas. Además, se trata de estimaciones conservadoras.

Y en un momento en el que el acceso a la banda ancha es cada vez más esencial, cualquier comunidad sin una internet rápida y fiable está condenada "a una larga y oscura muerte", dijo Peggy Schaffer, directora ejecutiva de la Autoridad ConnectME de Maine, que trabaja para ampliar el servicio en el estado.

Sin banda ancha, dijo Schaffer, "los niños no pueden hacer los deberes. Las personas mayores tienen que conducir fuera de nuestras islas para hablar con un médico. Los barcos que entregan langostas vivas desde el océano y que no pueden 'hablar' en tiempo real con sus clientes pierden una ventaja competitiva en la cadena de suministro. En poco tiempo, las familias jóvenes, los ciudadanos mayores y los puestos de trabajo se van. No llegan nuevos empleadores".

El coste es uno de los obstáculos que dificultan la extensión de la internet de banda ancha a todos los que la desean. Las empresas que prestan los servicios necesitan una rentabilidad adecuada para justificar su inversión en la infraestructura necesaria de cables y torres.

Y en el otro extremo de la ecuación oferta-demanda, muchos estadounidenses con bajos ingresos carecen de acceso porque no pueden pagar las facturas mensuales que conlleva la conexión de un ordenador a Internet de alta velocidad.