Somos seres terrenales, nuestra cabeza se mantiene en alto para poder absorber todo lo que el mundo tiene para ofrecernos. Lo cierto es que nunca logramos apreciar en su totalidad la inmensa belleza que nos rodea.
Una respuesta que suele repetirse a la pregunta de un superpoder deseado es la de tener la capacidad de volar. Tal vez nos dan envidia los pájaros que tienen la libertad de recorrer el cielo a sus anchas, cruzándose constantemente con maravillas.
Como nos hacía falta esa perspectiva, el ser humano, siempre curioso, ingenioso e inventivo, logró adoptar la habilidad de estos animales y conquistó también las alturas. Ahora podemos volar, planear y capturar las imágenes más extraordinarias.
El fotógrafo Rei Hanada es uno de los tantos que se dedica a la fotografía con drones. Al usar esta tecnología ha sido capaz de captar asombrosos paisajes para deleitar la vista. No quiso dejar pasar la oportunidad de compartir la magia de la tierra desde ese ángulo.
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Rei nos muestra el esplendor de la primavera rosa de Tokio cuando los cerezos —o sakuras— florecen tiñendo de este color el espacio urbano. "Da la sensación de que el camino de flores aparece de pronto en medio de la ciudad", dijo. Además, en esa línea, gusta de retratar el contraste de la unión de la naturaleza con las estructuras hechas por el hombre. Sus vistas aéreas están llenas de los colores más bonitos que nos regala nuestro entorno. Desde imágenes montañosas, acuáticas, vibrantes campos coloridos, el esplendor de la nieve… Rei aleja la cámara del suelo para acercarnos un poco más al encanto terrenal.
La fotografía aérea —aquella que se toma desde el aire, de forma vertical u oblicua— tiene sus orígenes en el siglo XIX, cuando se empezaron a utilizar globos aerostáticos para obtener imágenes desde el aire. Su finalidad era militar y exploratoria: se usaba para investigar objetivos militares y para realizar mapas cartográficos. Con el tiempo, al comenzar a utilizar aviones y drones, las imágenes capturadas lograron mayor precisión y flexibilidad.
Actualmente, este tipo de fotografía se utiliza para exploraciones medioambientales, científicas, geográficas, de marketing, arqueológicas, entre otras; también, por supuesto, con fines artísticos como contamos previamente. Puede valerse de diferentes métodos para capturar imágenes: hacer uso de un avión, un drone o un helicóptero. Requiere de equipos específicos, que varían dependiendo de la altura de vuelo y la resolución deseada de las imágenes. Estos pueden incluir cámaras fotográficas tradicionales, cámaras digitales de alta resolución, cámaras infrarrojas, cámaras multiespectrales y sensores LiDAR (detección y medición de la distancia por luz), entre otros. Los drones o vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) también son populares para este estilo de fotografía debido a su versatilidad y accesibilidad.
La fotografía aérea ofrece numerosos beneficios: la obtención de imágenes desde una perspectiva única y elevada que no podrían obtenerse desde el suelo, la capacidad de cubrir grandes áreas en poco tiempo, la posibilidad de capturar imágenes detalladas y de alta resolución, y la capacidad de monitorear y documentar cambios en el paisaje a lo largo del tiempo. Asombroso, ¿no?
Buff, ese verde causa dolor de ojos... Que manía con sobresaturar el color. Le restas belleza a la REALIDAD, que no es esa.
¿Qué les parecieron estas imágenes aéreas, queridos Pandas? ¿Cuál es la que más les gustó? ¿Les gustaría incursionar en este tipo de fotografía? ¡No se olviden de votar por sus capturas favoritas y de compartir sus opiniones en los comentarios! ¡Los leemos y hasta pronto!