Cada año es notorio por diferentes razones. El 2019 fue el año de las impugnaciones públicas de Trump, lleno de altibajos. Y 2020... ¿realmente necesitamos volver allí? Quiero decir, este notorio resumen que publicamos el año pasado debería hacer el trabajo en su lugar.
Y resultó que el año 2021 no fue menos caótico. Con la pandemia convirtiéndose en la nueva normalidad y cambiando las formas de vivir más allá del reconocimiento, haciendo que los precios de los inmuebles se disparen y dejando a los millennials en un eterno estado de desesperación por el alquiler, el tiempo de la incertidumbre demostró ser el caldo de cultivo perfecto para suposiciones falsas, noticias falsas y mitos totalmente locos. Y vaya que tuvimos una tonelada de ellos.
¿Así que deberíamos dar a este año una medalla por ser básicamente los 365 días más tontos de la historia moderna? Bueno, a continuación hay algunas publicaciones que demuestran que deberíamos hacerlo. Si no, podemos esperar al próximo año para ver si ese va a estar a la altura del desafío.
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Se puede decir que este año ha sido un caldo de cultivo perfecto para todos los niveles de estupidez. Desde los antivacunas, que han inventado las teorías conspirativas más descabelladas, hasta un aumento sin precedentes de la desinformación en Internet, la gente no ha tenido reparos en mostrarse, digamos, no precisamente brillante.
Al mismo tiempo, la inteligencia humana varía de forma asombrosa y es bastante difícil etiquetar a una persona como tonta y a otra como inteligente. Al fin y al cabo, incluso el grupo más inteligente puede ser propenso a tomar decisiones y comportamientos estúpidos. ¿Y quiénes somos nosotros para juzgarlos?
El hecho de que alguien publique una cosa que te parezca tonta o con la que no estés de acuerdo, no significa necesariamente que sea eso, es un hecho. Sin embargo, algunas personas parecen estar muy seguras de hacer declaraciones atrevidas e improcedentes. Mientras tanto, otras tienden a detenerse, reflexionar e incluso criticarse a sí mismas antes de actuar con audacia y sacar conclusiones.
Pues resulta que la confianza es algo poderoso. En la mayoría de los casos, es totalmente productiva y todos nos beneficiaríamos bastante si trabajáramos en tener más de ella. Además, demasiada autocrítica es destructiva y nos atrapa en un eterno limbo. Así que para saber cuándo tener demasiada confianza en uno mismo no sirve de nada, hablamos con Susan Petang, coach de vida certificada y autora de "The Quiet Zone Coaching".
Susan explicó que "el exceso de confianza puede llevarnos a cometer grandes errores o a asumir riesgos innecesarios", así que no, el dicho "nunca se puede tener suficiente confianza" no es exactamente correcto. "El exceso de confianza también puede contribuir a que nos sintamos superiores y no tengamos en cuenta los sentimientos de los demás", dijo.
"Es importante tener un sentido saludable de la autoestima y la confianza en uno mismo, que esté arraigado en la realidad, y considerar también las necesidades y los sentimientos de los demás", dijo Susan. Sugirió preguntarse: "¿Dónde encajas en la red de personas que te rodean? ¿Cómo estás influyendo en su mundo?".
Además, para asegurarte de que tus acciones son justas y no te pasas de la raya, Susan sugiere considerar un par de cosas de antemano:
A) ¿Lo que pienso hacer va a herir a alguien?
B) ¿Lo que pienso hacer me va a perjudicar a mí?
C) ¿Estoy dispuesto a aceptar las posibles consecuencias de esta acción?
D) ¿Es esta acción algo que encaja en mi sistema de valores? ¿Haría esto la persona a la que aspiro?.
Comprender las consecuencias de tus actos también desempeña un papel importante a la hora de dar la impresión de ser una persona inteligente. Esto no quiere decir que las consecuencias no sean importantes, ya que nos hacen aprender lecciones, pero en muchos casos, la gente no está abierta a ninguna transformación que provenga de ellas, porque implica reconocer el hecho de que te equivocaste.
Por ejemplo, difundir noticias falsas, como la de que hay microchips insertados con el pinchazo del covid, puede parecer inocente a primera vista. Pero contribuye a profundas consecuencias que incluyen: la desconfianza en los medios de comunicación, el debilitamiento del proceso democrático, la alimentación de las plataformas para las dañinas teorías conspirativas y el discurso del odio, y la difusión de ciencia falsa o desacreditada.
Las personas que todavía llevan una mascarilla debajo de la nariz tienen menos células cerebrales que un bebé
En su sentido más profundo, las noticias falsas crean una realidad falsa que no sólo compran una o dos personas, sino miles, y crean una realidad que los creadores de las noticias falsas pueden manipular para que sea lo que ellos quieran. Esas mentiras, si se siguen realizando, pueden volverse mortales o amenazar la estabilidad de la sociedad.
Lamentablemente, no existe un sistema adecuado de transparencia y responsabilidad cuando se trata de lo que se comparte y quién lo comparte en Internet. Sigue siendo una zona gris, en la que se vomitan diariamente enormes cantidades de información. ¿Deben rendir cuentas esas personas? Y esta es una pregunta abierta, al menos por ahora.
Black Friday. No hay espacios para aparcar. El dueño de este coche me vio haciéndole una foto, me hizo la peineta y me llamó Karen
Y finalmente, este tipo
