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Aunque la mayoría de antiguas repúblicas soviéticas han destruido los monumentos de aquella época, en la ciudad de Voronezh alguien ha tenido una idea mejor: transformar la estrella soviética de un edificio en Patricio, el amigo de Bob Esponja.

Por desgracia, a la policía de Voronezh no le hizo mucha gracia. Se estima que los trabajos de restauración costarán 1500 $ a la ciudad, y quién quiera que lo haya hecho se enfrenta a 15 días de arresto (si lo encuentran, claro).

¿A ti qué te parece? ¿Deberían ser castigados los «vándalos» o mejor darles un premio por su creatividad?

Créditos de la imagen: Vladimir Malder

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