20 Médicos comparten cosas extrañas y verdaderamente preocupantes que han oído de mujeres embarazadas
El consultorio de un doctor es un lugar seguro no solo para hablar sobre problemas médicos, sino también para resolverlos. Y, como nuestra privacidad se mantiene tras las puertas cerradas, nos resulta difícil imaginar con qué lidian los médicos a diario.
Esta vez, no hablaremos de cualquier clase de médicos, sino específicamente de obstetras, ginecólogos y parteros que conocen y tratan a personas embarazadas. Ellos son quienes ayudan a que los pacientes traigan a sanos y felices angelitos, también conocidos como pequeños diablillos, a este loco mundo.
“Para los parteros y ginecólogos de Reddit: ¿qué fue lo más raro que le has oído decir a una embarazada o a su familia y que te hizo pensar que no tuvo una previa educación sexual o médica?”, preguntó alguien en "Ask Reddit". El hilo pronto se convirtió en algo muy esclarecedor que nos permitió echarles un vistazo a todas las locuras que los doctores han tenido que oír de sus pacientes.
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No es una historia de un partero o de un ginecólogo, sino de un doctor de la ciudad en la que solía vivir.
Un hombre y una mujer habían tenido una niña. Luego, de alguna forma (¿en un accidente en una granja?) él perdió un testículo. Luego, un año después, la pareja tuvo un niño. Así que sus partes seguían funcionando, ¿verdad? Unos años después, tuvieron otra hija y se desató el caos entre las dos familias, en la sala de espera de la maternidad. La familia de él insistía en que la madre lo había engañado, ya que: “Había perdido el testículo que hace a las niñas en el accidente”. El doctor tuvo que separarlos y darles una clase sobre reproducción allí mismo, explicándoles que los testículos de los hombres no se dividen para que uno cree a los niños y otro haga a las niñas. Dijo que, aparentemente, los miembros de ambas familias estaban confundidos sobre ello.
Ya he contado esta historia antes, pero merece ser repetida…
Trabajaba como enfermera en el teléfono de urgencias y recibí una llamada de una mujer joven muy preocupada. Dijo que estaba embarazada y que había ido a una consulta con su obstetra/ginecólogo, pero que tenía algunas preguntas. Esto es bastante común: los pacientes pueden sentir que los apuran en la oficina del doctor o se olvidan de las preguntas que querían hacer, por lo que luego llaman y nos las hacen.
Yo: “OK, ¡no hay problema! ¿En qué puedo ayudarte?”.
Mujer embarazada: “Pues, ¡el doctor me dijo que no puedo tener sexo hasta que nazca el bebé!”.
Yo: *Veo su expediente médico en la computadora*. “OK. Veo que estás bastante avanzada y que has tenido contracciones antes de tiempo, lo que puede ser causado por el sexo. Entonces, el doctor te recomendó que no tengas sexo para que el bebé no nazca antes”.
Mujer embarazada: “PERO ¿¡¿CÓMO ALIMENTARÉ AL BEBÉ?!?”.
Yo: “Ehhhh… ¿Qué?”.
Resulta que su pareja la había convencido de que los bebés necesitaban comer semen para desarrollarse y que esto solo podía hacerse por medio del sexo. Le dije que ello era totalmente erróneo y le expliqué rápidamente sobre el cordón umbilical. Se mostró escéptica hasta que le señalé que las mujeres solteras y las lesbianas tienen bebés perfectamente sanos sin tener sexo todo el tiempo. “Oh, ¡OK! ¡Eso tiene sentido!”, dijo. Luego, me agradeció y, mientras colgaba el teléfono, pude oír que llamaba a su pareja. ¡Me hubiese encantado ser una mosca en la pared para oír esa conversación!
Ocurre así:
Yo: “Tu prueba de embarazo dio positivo”.
Paciente: “Oh, ¡no podría estarlo!”.
Yo: “¿Eres sexualmente activa?”.
Paciente: “Sí”.
Yo: “¿Usas algún método anticonceptivo?”.
Paciente: “No”.
Yo: “Entonces, ¿por qué crees que no puedes estar embarazada?”.
Paciente: “Porque ¡no podría estarlo!”.
Yo: “…”.
Repitan esa escena muchas veces, durante los últimos 20 años.
La negación es más frecuente de lo que uno pensaría.
Como parte de mi educación como partera, una mujer de una clínica de fertilidad nos habló sobre el proceso por el que pasan muchos de nuestros clientes para quedar embarazadas. Dijo que lo primero que SIEMPRE debemos preguntarles a los pacientes, sin importar su origen, es con qué frecuencia tienen relaciones sexuales. La cantidad de personas que creen que puedes quedar embarazada en cualquier momento luego de tener sexo (es decir, que tienes sexo y que, debido a ello, puedes quedar embarazada 6 meses después) es una locura. Además, existe gente que proviene de entornos muy religiosos y conservadores, que no sabían nada sobre el sexo y que no comprendían por qué no quedaban embarazadas luego de casarse.
Trabajo en salud pública y medicina familiar. Tenemos situaciones muy especiales. Muy recientemente, una mujer con clamidia afirmó que no usaba métodos anticonceptivos porque: “No puedes quedar embarazada si tienes una ETS”. Sí, sabía que tenía una ETS y sí, era sexualmente activa.
Un día, una mujer llegó a urgencias sin signos de dolor, pero con la seguridad de estar de parto. Negaba haber sentido pérdidas de fluido, contracciones o dolor. Cuando le hicimos más preguntas, dijo que ya estaba “dilatada 4 centímetros”. La acompañaba su abuela, quien explicó que ELLA había revisado a su nieta en casa y que, como había podido meterle cuatro dedos en la vagina, sabía que era hora. No en su cuello uterino, sino en su vagina.
Una de las enfermeras con las que solía trabajar dijo que una vez llegó una mujer de parto (de su primer hijo) y que le dio una bata de hospital para que se cambiara. Cuando fueron a revisar cuán dilatada estaba, notaron que todavía llevaba puesta su ropa interior. La enfermera le dijo que tenía que quitársela. La paciente estaba confundida. Resulta que no sabía que el bebé saldría de su vagina.
Dos de mis historias favoritas:
“¿Qué día de la semana debo tener sexo para tener un varón?”.
“Luego del nacimiento, ¿les colocan microchips a los bebés?”.
Una mujer de unos 40 años, que tenía 6 hijos, no sabía que las mujeres tienen la uretra separada de la vagina.
Una mujer me preguntó: “¿Cuándo sabes si una niña cambiará a un niño?”. Tuve que pedir que me aclarara: “Quieres decir, ¿cuándo un ultrasonido puede decirte si es un niño o una niña?”. Respondió: “No, ya hicimos un ultrasonido que decía que era una niña, pero no sé cuándo puede volverse un niño”. No supe qué responder a ello.
Cuando mi bisabuela tenía 18 años y se puso de parto de su primer hijo, preguntó cómo saldría el bebé, y la partera dijo: “De la misma forma en la que entró, cariño”.
Hago ecografías. Cuando era estudiante, hice turnos en una pequeña clínica de obstetricia y ginecología. Un día, una mujer vino junto a su esposo para hacerse una ecografía pélvica. Habían venido a la consulta con el doctor porque tenían problemas para concebir. Dijeron que habían tenido sexo regularmente durante casi un año y ella todavía no quedaba embarazada. Mi instructor le preguntó a la paciente si tomaba medicación (una pregunta estándar).
“Solo píldoras anticonceptivas”.
Durante el año en el que intentó quedar embarazada, ni ella ni su esposo pensaron que debería dejar de tomar las píldoras anticonceptivas.
Trabajo en un laboratorio microbiológico y les hacemos hisopados rutinarios a las mujeres embarazadas para descartar ETS u otras infecciones que pudieran dañar al bebé durante el parto. Utilizamos un espéculo para poder ver y tomar muestras del cuello uterino. La paciente preguntó si, ya que estábamos allí, podíamos tomar una foto del bebé con su teléfono móvil. Una foto dentro de la vagina. Creía que, si mirábamos dentro, podíamos ver al bebé.
Mi papá era obstetra y ginecólogo para pacientes con altos riesgos. Una vez, tuvo que discutirle a una mujer que su hija no quedó embarazada por haber tragado. A pesar de que protestaba, al decir que su hija era virgen, mi papá le respondió que solamente sabía de otra virgen embarazada en la historia.
Una mujer llamó a la oficina para programar una cita y, cuando le pregunté para qué era, me dijo que necesitaba una trompa de Falopio. Le respondí: “Quieres decir que… ¿¿¿quieres que te aten las trompas???”.
Ella contestó: “No, estoy intentando quedar embarazada”.
Una chica llamó a la oficina porque se había tragado una semilla de cereza y le preocupaba que el bebé se ahogara con ella.
Una prima tenía una amiga que le dijo que una forma en la que podía ahorrar dinero era al dejar de tomar sus píldoras anticonceptivas durante 6 meses. La amiga le dijo que las píldoras seguían siendo efectivas, aun 6 meses luego de tomarlas. Como podrán adivinar, terminó quedando embarazada y esa fue la razón por la que nos enteramos de su astuto plan para ahorrar dinero.
Soy partera. Al menos una vez al mes, tengo que cuidar de una mujer que se asombra al enterarse de que la forma de revisar la dilatación cervical es a través de una examinación vaginal.
Tengo una tía que es ginecóloga y me contó que una mujer pidió que la revisaran debido a que un hombre la besó y tenía la superstición de que las mujeres pueden quedar embarazadas por medio de besos o toques con las manos. Fue muy extraño.
Una vez, oí que una mujer embarazada decía: “Quiero afeitarme, pero no quiero lastimar al bebé”.