Esta mujer cuenta 20 cosas que se niega a hacer como su madre

Para saber cuáles son las razones por las que los hijos adultos no quieren ser como sus padres, Panda Curioso se puso en contacto con Emily Malamet, psicóloga clínica y psicoterapeuta del Centro de Psicología de París, quien compartió algunas ideas muy interesantes. 

Malamet nos dijo que seguramente puede ocurrir que algunos hijos no quieran ser como sus padres: “Es posible que los hijos hayan sido testigos de ciertos comportamientos paternos durante su infancia que no apreciaban o que eran perjudiciales para su bienestar o el de su familia, y no quieran recrearlos en sus propias vidas o como futuros padres”, afirma la psicóloga clínica.

Además, algunos individuos temen ser como sus padres o tener comportamientos similares, afirma Malamet. “Para algunos, las experiencias con las figuras paternas pueden dejar heridas emocionales, que son sentimientos a los que fuimos especialmente sensibles de niños y que pueden ser fácilmente despertados por otros en el presente”. 

Malamet explicó que es importante que estas personas trabajen para ser conscientes de las experiencias que los pueden poner mal y que se lo hagan saber a sus allegados. “Esto implica ser asertivo y hacer saber a los demás lo que pueden necesitar. Haciendo lo que no podían hacer de niños, pueden trabajar para reparar esas viejas heridas emocionales”.

A la pregunta de cuáles son las razones por las que algunos hijos deciden cortar con sus padres, Malamet respondió que hay muchas, pero que las más comunes son (aunque no se limitan solo a eso): “Abusos y abandono durante la infancia, diferencia de opiniones, haberse sentido controlados por sus padres, percepción de falta de apoyo, haber sido puestos en ambientes inseguros por sus padres mientras crecían, altas expectativas por parte sus padres, problemas de salud mental (que sufra el hijo o su padre o madre), acontecimientos traumáticos vividos con sus padres mientras crecían, divorcio o favoritismo hacia uno de los hijos”, concluyó la psicóloga.

A medida que avanzan las generaciones, es natural que los adultos quieran separarse de sus padres. En un mundo tan cambiante, a los adultos les resulta difícil mantener el contacto con los valores y las experiencias de sus padres. 

Los adultos de hoy se enfrentan a una serie de retos únicos que difieren enormemente de las experiencias de las personas que los criaron. Esto puede dificultar la relación y crear una sensación de desconexión en cuanto a valores y creencias; basta con pensar en lo mucho que la tecnología e internet han cambiado nuestra forma de comunicarnos, aprender y trabajar. Mientras tanto, el mercado laboral ha cambiado, con muchos empleos que no existían cuando nuestros padres eran jóvenes. Esto significa que los métodos para alcanzar el éxito y sentirnos realizados pueden ser muy diferentes de los que experimentaron ellos.

El deseo de los adultos de distinguirse de sus padres también puede estar impulsado por la idea de crecimiento personal. Muchos adultos quieren crear su propio camino y evitar seguir los pasos de sus padres. No quieren verse limitados por las expectativas y creencias que les impusieron y quieren explorar sus propios intereses y pasiones. 

Además, los adultos de hoy pueden sentir la responsabilidad de marcar la diferencia en el mundo. Pueden sentir la presión de utilizar sus habilidades y recursos para abordar los problemas a los que se enfrenta el mundo actual, lo que puede llevarlos a crear su propia versión del éxito. 

Un número creciente de estudios muestra también que los adultos de hoy cortan los lazos con sus padres con más frecuencia que nunca. En 1997, un estudio sobre las relaciones familiares en la edad adulta reveló que el 7% de los hijos había cortado lazos con la madre y el 27% con el padre. Mientras tanto, en 2020, un estudio del sociólogo Karl Pillemar mostraba que 1 de cada 4 estadounidenses estaba distanciado de su familia, unas 67 millones de personas.