Si miramos bajo lupa los hábitos alimenticios de cualquier individuo, nos daremos cuenta de lo selectiva que suelen ser las personas, incluso cuando dicen que no lo son. Para algunos, el jugo de tomate es un pecado que se ha desatado en el mundo. Otros detestan que se ponga apio en las comidas. Y unos últimos no pueden soportar que las ensaladas que pidieron sean servidas sin cortar.
El usuario de Reddit u/ahfansaerdet inició una discusión en la comunidad en línea de cocina r/Cooking cuando les preguntó a los demás qué cosas no les gusta comer a pesar de que parecen haber sido aceptadas en el mundo culinario o que a la mayoría de la gente le gusta. Y ¡muchos usuarios respondieron! Aquí hemos recopilado una lista con las comidas que a la gente menos parece gustarle, así que continúen leyendo para conocer las opiniones de estos internautas.
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Las pasas en las galletas de avena, en el pastel de zanahoria y en los rellenos. Siempre termino gastando mucho tiempo teniendo que sacar pasas de mis platos favoritos.
Las pasas parecen tener tendencia a no tener término medio... O te gustan o las odias profundamente. XD
Tener ciertas preferencias con respecto a la comida no es nada fuera de lo usual: después de todo, cada individuo tiene gustos diferentes y preferirá comer ciertos platos antes que otros. Hay quienes les gusta más la comida salada, mientras que otros suelen optar por platos más dulces o tener una preferencia por los sabores picantes.
No obstante, esto puede transformarse en un problema cuando dejamos de lado una gran cantidad de alimentos de nuestra dieta, ya que ello puede causar que no obtengamos los nutrientes que necesitamos para vivir y desarrollarnos adecuadamente. Esto es especialmente importante en los niños pequeños, quienes suelen ser bastante quisquillosos con la comida: se estima que un 60% de los niños tienen preferencias muy particulares a la hora de comer y que rechazan una gran variedad de alimentos, aun sin haberlos probado antes.
Cuando se colocan tomates cherry enteros en las ensaladas, por lo que ruedan alrededor del plato mientras uno intenta atraparlos con el tenedor. Gente: ¡córtenlos a la mitad!
Esos rollos de sushi súper gigantes que tienen como 4 capas de cosas encima de ellos. ¿Debería intentar meterme todo en la boca de una vez y esperar no ahogarme? ¿Debería morder un pedazo y dejar que el resto se desarme y se vuelva imposible de comer? El sushi extravagante me ha generado demasiada ansiedad en mi vida.
Según el Dr. Adrián García Ron, pediatra y profesor de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, los comportamientos quisquillosos de los niños con respecto a la comida: “Disminuyen por sí solos a medida que los niños alcanzan los años de Primaria”. Esta es una buena noticia para los padres que puedan estar preocupados por ello; sin embargo, en algunos casos, estos hábitos alimenticios continúan con los años e, incluso, pueden presentarse también durante la vida adulta: “Cuando más grandes se vuelven los niños, más preocupantes son estos comportamientos”, mencionó el especialista.
Según este experto, es importante que las familias de estos niños estén atentos a dichos problemas para solucionarlos y que no tengan una gran repercusión en: “La salud (por alteraciones nutricionales o del crecimiento), la socialización y las relaciones familiares”. Así, el doctor dio algunas recomendaciones para lidiar con ello, como fijar horarios para el almuerzo y la cena, evitando que los pequeños coman bocadillos durante el día, o volver a ofrecerles los alimentos que en un principio hayan podido rechazar. “Es importante la exposición repetida a algunos alimentos para integrarlos en la dieta habitual. A veces pueden ser necesarias hasta 15 experiencias positivas”, señaló García Ron.
Cuando la lechuga no ha sido cortada para comerla en un solo bocado, a menos que te la hayan servido entera a propósito porque esperan que tú la cortes (como en una ensalada de lechuga a la parrilla). Pero, si se trata de lechuga romana o un clásico como la ensalada César, entonces no tendría por qué cortarla yo.
Las aceitunas (con carozo) en la pizza… Es decir, ¿¿por qué las colocan??
Ahí tienes razón. Te puedes romper un diente. Mucho mejor sin hueso.
Cuando pides un plato con carne y la mitad de ello es grasa. Ayer, comí adobo de cerdo y al menos la mitad era grasa. Eso, de inmediato, me arruinó la cena.
Los grandes pedazos de cebolla en las ensaladas. Tendré que sacarlos para cortarla y distribuir el sabor.
Deberían dejar la cebolla rebanada en un recipiente aparte.
El quimbombó… Es una vil hierba viscosa.
Las nueces en el pan. Me gusta el pan y también las nueces; pero, por favor, no los cocinen juntos. El pan es suave y se siente raro sentir pedazos crujientes dentro de él.
La lechuga sin cortar en las ensaladas. Por el amor de todo lo que es bueno, corten las hojas para que pueda tomarlas con el tenedor y meterlas en la boca sin tirar aderezo por todas partes.
Cilantro: tengo el maldito gen que hace que le sienta mal sabor.
El aceite de trufa. Me alegra que la popular moda del aceite de trufa haya desaparecido casi por completo. Durante un tiempo, todo olía y tenía el sabor de una axila rancia.
Decir que algo tiene “triple chocolate” cuando una de esas capas es de chocolate blanco. Estoy seguro de que el chocolate blanco tiene un propósito, pero, personalmente, no puedo soportarlo. Le siento un sabor grasoso y asquerosamente dulce.
La gran cantidad de mayonesa que usan muchos restaurantes de sándwiches y hamburguesas. Usualmente, se la quito. No hay nada peor que comer un montón de mayonesa (sobre todo si está caliente, eso es peor).
El hinojo. Considero que tiene un sabor horrible y que arruina platos que, de otra forma, tendrían buen sabor.
Los pimientos verdes. Les siento un sabor similar al del olor de los pies sucios. Es muy desagradable.
Pues si tu pies sucios tienen aroma de pimiento, empieza a preocuparte
El pollo en waffles. ¿El pollo? Es rico. ¿Los waffles? También. Pero, para mí, comer las dos cosas juntas tiene tanto sentido como servir frijoles horneados en un pastel helado de limón.
Lo que menos me gusta es usar apio en un plato en el que normalmente no se pone apio.
Sí, mamá, agrega algo crujiente, pero también hace que todo el plato tenga sabor a apio.