Cuando alguien tiene pericia en la calle, significa que tiene una buena comprensión y conciencia de la situación. En palabras sencillas, sabe lo que ocurre a su alrededor y cómo desenvolverse en ese entorno. La forma en que lo hacen es práctica, generalmente fruto de la experiencia de la vida real.
Pero como todos tenemos orígenes diferentes, muchos de nosotros no hemos tenido la oportunidad de aprender estas lecciones. Sin embargo, nunca se sabe en qué situación se puede acabar, y saber cómo responder al peligro, o simplemente sacar el máximo provecho, puede marcar una gran diferencia en tu día.
Recientemente, Uber Facts, un proyecto en línea que comparte "las cosas más intrascendentes que nunca necesitarás saber" y que ya cubrimos en el pasado, tuiteó una pregunta: "Gente con 'pericia en la calle', ¿cuál es tu mejor consejo?" y recibió un montón de respuestas útiles. Así que hemos decidido recopilar las mejores y darte la oportunidad de aprender algo nuevo. Sigue leyendo y vota las respuestas que más te gusten.
Más información: Twitter
Créditos de la imagen: UberFacts
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Los niños suelen aprender sobre su propia inteligencia relativa en la escuela. En su inmensa mayoría, son los estudiantes pobres y/o de color los que no se sienten lo suficientemente buenos.
Jean Anyon descubrió en su trabajo sobre la construcción del conocimiento en las escuelas que, "los niños [de clase trabajadora] ya 'saben' que lo que se necesita para salir adelante es ser inteligente, y que ellos mismos, no son [inteligentes en los libros]".
Además, los estudiantes negros y latinos han estado excesivamente representados en los programas de educación especial y los programas para superdotados a menudo dan lugar a la re-segregación de las escuelas, donde los estudiantes blancos asisten al programa para superdotados mientras que los estudiantes de color son enviados a la programación educativa "regular".
Los niños negros ya en la etapa preescolar empiezan a estar sobrerrepresentados en lo que se percibe como clases de "baja capacidad" y/o clases para "retrasados mentales educables".
Como se ha mencionado anteriormente, la asignación a estas clases puede ser devastadora para la autopercepción de los alumnos y pueden incluso empezar a pensar que no son inteligentes.
En consecuencia, esto puede llevar a estos estudiantes a tener un bajo rendimiento, una falta de motivación y un deseo de abandonar la escuela por completo. Los fracasos de muchos de estos niños suelen atribuirse a sus propias capacidades y no a las de la escuela.