Probablemente todos tenemos un plato específico que nuestros padres preparaban cuando éramos pequeños y que todavía puede hacer que se nos revuelva el estómago. Llegabas a casa de la escuela, abrías la puerta y te golpeaba un aroma que mataba instantáneamente cualquier atisbo de hambre.
Así que un internauta preguntó en Reddit qué platos quedaron arruinados gracias a las terribles decisiones culinarias de sus padres. Desde el disgusto por los condimentos hasta cocinar toda la carne hasta quedar irreconocible, las personas detallaron esas opciones de alimentos que tuvieron que volver a descubrir más adelante en la vida. Así que ponte cómodo, y ojea esta lista . Vota por tus favoritos y comenta tus propias experiencias a continuación.
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Pues la pizza. Mi bisabuela era siciliana y hacía la mejor pizza del mundo, todo desde cero, excepto el queso. No he vuelto a encontrar una pizza tan buena.
En mi culltura creen que hay que tener un año de comida almacenado. Por lo que la mayoría de nuestras comidas eran de lata. Lo peor eran las zanahorias. Estaban saladas, olían mal y tenían la consistencia de los potitos. No me podía levantar de la mesa si no las acababa, a veces me daba medianoche intentando tragarlas. Hoy sigo sin soportar las zanahorias cocidas. Quizá al horno, pero tienen que estar crujientes.
Toda la comida. Hasta no ser adulto no descubrí que la comida podía ser buena. Mi madre compraba ternera de la buena, la freía durante 30 minutos y luego le añadía agua para cocerla hasta que era incomible. Crecí pensando que comer era una tarea.
Mi querida madre adora el eneldo y se lo pone a todo. Mis hermanos y yo ya no lo queremos ni ver.
Mi padre cocinaba la ternera hasta tal punto que era difícil cortarla, comérsela era un trabajo. Me mudé a Corea y mis ojos se abrieron ante un nuevo mundo de carne.
Tarta de manzana. Mi madre decía que la manzana cocinada no iba a estar buena, que la fruta se tiene que comer cruda. Cuando comencé a trabajar me pedí tarta de manzana en McDonald's y fue amor al primer bocado.
Creo que no me gustaban las verduras porque siempre salían de una lata y las metían al microondas, sin sazonar de ningún modo.
El pastel de carne y el gulash que preparaba mi madre eran tan buenos, que ni usando sus recetas puedo recrearlos. Están arruinados para mi porque nunca conseguiré ese sabor.
Mi madre tenía 5 recetas en su repertorio, y siempre comíamos eso o comida basura. Se enganchaban a una cadena de comida rápida y comíamos ahí una vez a la semana, hasta que se cansaban y probaban otra.
El cerdo, siempre lo cocinaban demasiado y estaba seco sequísimo. Nos contaban historias constantes sobre los parásitos si comes cerdo poco hecho.
Pechugas de pollo, siempre compraban las más grandes, y tenían textura como de madera, estaban secas y sin sazonar.
Chuletas de cerdo. Siempre estaban sequísimas, cocinadas con tanto calor que el centro se volvía gris.
Casi todo, porque mi madre cocinaba fatal. Gracias a Food Network y youtube por enseñarme que la comida tiene que sazonarse.
Fríjoles. Cuando los preparaba mi madre siempre estaban duros, eran lo peor con arroz. La primera vez que los comí tiernos, aluciné.
Ternera strogonoff. Mi madre la preparaba a menudo porque era fácil y barata, pero el olor me da asco hoy en día.
Yo sólo la he comido una vez y no creo que vuelva a pedirla nunca más. Aquel plato que me sirvieron parecía haber sido comido y vomitado. Repugnante total!
El ketchup. Mi hermano se lo ponía a todo, en exceso. Me daba asco verlo. No se lo pude poner a nada hasta los 30 años
Salchichas de Bolonia, las comíamos constantemente, es todo lo que compraban. En sandwiches, con huevos... no puedo ni olerlas.
El romero, le ponían demasiado a todo. Tenía más de 30 años cuando pude probarlo de nuevo.
Les cociné calabacines a mis padres y les puse pimienta negra. Mi padre quería saber qué eran esas cositas negras, no le gustó.
Mi madre me arruinó los espaguetis, la lasaña, la carne picada y las gachas de avena. Constantemente preparaba cantidades ingentes de estos platos y tenía que comer las sobras durante una semana. Las gachas de avena eran el desayuno de todos los días.