Hace una década, Will McPhail no era más que otro estudiante de zoología. Ahora, dibuja regularmente para la revista New Yorker, mundialmente famosa. ¿Cómo consigue alguien cambiar así en su vida? McPhail admite que dibujaba a sus profesores cuando debía estar aprendiendo. Y aunque se graduó, fue suficiente para hacer carrera como caricaturista.
Así que en vez de seguir estudiando el reino animal, eligió adentrarse en la fauna de las cafeterías y bibliotecas de Edimburgo. Allí analizó el comportamiento social de la gente, transformando sus descubrimientos en ingeniosos y divertidos cómics.
Ahora se espera de McPhail que tenga entre 8 y 10 ideas a la semana para el New Yorker, la popular revista estadounidense creada hace 94 años. "Lo mejor que puedo hacer es encontrar un área del que quiera hacer una tira cómica y aceptar el escenario. Y entonces espero que mi sentido del humor entre en ese escenario," dijo el artista a la BBC.
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"Tu sentido del humor se acumula durante la vida, y cuando el lápiz toca el papel, esperas que aparezca. La razón por la que soy bastante decente dibujando es porque no era muy atractivo en el instituto, así que desarrollé mi sentido del humor para compensarlo."
"Escocia me atrae. Tiene algo que atrae a la gente creativa y eso es lo que yo sentí. Es mi trabajo captar los diferentes ritmos e idiosincrasias de la vida, y Edimburgo y Escocia en general tienen cantidad de clases y nichos distintos de gente. Hay todo tipo de avenidas sociales fascinantes por las que pasear, y encuentras a gente de todo trasfondo. Es muy inspirador cuando necesitas que se te ocurran ideas."
"Me di cuenta de que no necesitaba permiso para ser creativo. La educación es algo bueno, pero pienso que muchas veces la gente cree necesitar permiso académico para ser creativa, y no es así, puedes hacerlo sin más."